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martes, 6 de noviembre de 2012

Prensa 6 noviembre


Las empresas aplazan 2.000 millones de cuotas a la Seguridad Social


Desde el pasado 15 de julio el ingreso fuera de plazo de las cotizaciones a la Seguridad Social tiene un recargo del 20% siempre y cuando se haya presentado los documentos de cotización en el plazo reglamentario. Esto supuso un endurecimiento desde los recargos vigentes antes de esa fecha, que estaban fijados de forma progresiva entre un 3%, 5%, 10% y 20% en función, de si se abonaban dentro del primer mes de vencimiento, el segundo o a partir del tercero. La ley no modificó, sin embargo, el recargo en los casos en los que el deudor no presenta los documentos en plazo, que sigue fijado entre un 20% y un 35% de la deuda.

Este aumento de los recargos no está disuadiendo demasiado a las empresas e instituciones públicas y privadas de aplazar o directamente dejar de pagar las cuotas de sus trabajadores. De hecho, fuentes de la Seguridad Social calculan que el sistema tiene cotizaciones aplazadas por valor de unos 2.000 millones de euros. Esto supone cerca de un 11% desde los 1.800 millones aplazados en 2011.

"Los aplazamientos de las empresas y las instituciones siguen creciendo pero no a unos niveles que nos preocupen demasiado", indican estas mismas fuentes.

De hecho, los responsables de la Seguridad Social cuentan con estos aplazamientos como ingresos (derechos reconocidos). Si bien, en realidad, en estos casos la entrada de dinero en la caja no se produce; esto unido a la fuerte pérdida de afiliados (con un ritmo de caída anual del 3,6%) ha provocado que se hayan registrado momentos puntuales de falta de liquidez para pagar las pensiones, que se han solventado con los más de 4.000 millones del fondo de las mutuas y la utilización de 3.063 millones del fondo de reserva, que se uso por primera vez este año.

Precisamente, el secretario de Estado de Seguridad Social, Tomás Burgos, se refirió ayer a las finanzas del sistema de pensiones, al informar de que la Generalitat de Cataluña saldó en octubre la deuda que tenía de alrededor de 200 millones (incluido el recargo), por impago de las cotizaciones de sus trabajadores, cuyo aplazamiento no había negociado. Esta era la única comunidad que tenía sin regularizar su deuda ya que hay otra (Valencia) que sí negoció un aplazamiento y cumple los pagos según van venciendo, según fuentes de la Seguridad Social. Baleares también solicitó aplazar cuotas pero no le fue concedido.
Dicho esto, Burgos precisó que si las comunidades autónomas -responsables del 10% de los ingresos mensuales del sistema de Seguridad Social- "siguen en este escenario (pagando regularmente las cuotas de sus trabajadores) no sería necesario de dotarnos de pagos adicionales".

Se refería así a la supuesta necesidad de volver a recurrir al fondo de reserva en lo que queda de año, para lo que habría incluso que cambiar la ley que regula estos excedentes.

En cualquier caso, Burgos asumió que la Seguridad Social volverá a cerrar el ejercicio con números rojos, pero se negó a cifrar una previsión de déficit real. Sí criticó claramente "las acusaciones" de quienes culpan a la Seguridad Social del posible incumplimiento del objetivo de déficit este año (6,3% del PIB).

En respuesta a las afirmaciones de la pasada semana de la secretaria de Estado de Presupuestos, Marta Fernández Currás, quien afirmó que el Estado estaba "haciendo hueco" para un posible déficit de la Seguridad Social, Burgos precisó que "las cuentas públicas son un todo; y rechazamos las acusaciones sobre hipotéticas desviaciones que pudieran comprometer al objetivo de déficit".

Asimismo, el secretario de Estado volvió a sugerir que el Gobierno aún no ha tomado una decisión definitiva sobre la fórmula final de revalorización de las pensiones aunque "cumplirá la ley".



El Estado ya ha gastado el 82% de lo previsto para prestaciones


Los malos datos del paro han pulverizado las previsiones que los ministerios de Empleo y Hacienda habían realizado sobre el gasto en prestaciones por desempleo durante este año, una partida que alcanzaba los 28.805.050 millones de euros. De confirmarse esta tendencia, a final de año, el Estado invertirá en prestaciones alrededor de 2.764 millones de euros más de lo presupuestado para todo 2012.

Lo cierto es que hasta el 30 de septiembre, el gasto en esta partida había aumentado un 5,87%, hasta alcanzar los 23.697.012,62 millones de euros, es decir, un 82,17% de lo presupuestado para todo el año.

Todo ello a pesar de que en los Presupuestos para 2012 el Gobierno había previsto precisamente ahorrarse un 5% en la partida de prestaciones por desempleo. Los expertos ya advirtieron en marzo, cuando se presentaron las Cuentas, que ese pronóstico pecaba de optimista teniendo en cuenta la grave crisis económica en la que está sumergido el país.

España cerró 2011 con 4.422.359 parados registrados. En lo que va de año, 411.212 personas se han apuntado al paro en las oficinas de empleo. Las previsiones no son muy positivas, especialmente después de que la época estival, tradicionalmente favorable para el empleo, tampoco arrojara datos muy positivos.

Los beneficiarios de la prestación a finales de septiembre eran 2.836.592, un 4,3% más que el mes anterior. La retribución media de cada parado ha aumentado y es de 937,7 euros, lo que supone un aumento sobre el mismo mes del año anterior de 22,5 euros, un 2,5% de incremento.

En términos relativos cada vez son menos los parados que tienen derecho a cobrar la prestación. Según los últimos datos dados a conocer por el Ministerio de Empleo, en España hay 1,99 millones de parados que, a pesar de estar dados de alta en los servicios de empleo, no reciben ningún tipo de prestación. En septiembre de 2012 la cobraron 2.836.592 desempleados, el 63,5% de todos los parados. En agosto de 2011, la cobertura del sistema alcanzaba al 68% de las personas sin trabajo. 

Previsiones optimistas para 2013

Además, para 2013, el Gobierno prevé que el gasto por las prestaciones por desempleo se sitúe en los 26.993 millones. Son 1.807 millones menos que lo inicialmente previsto para este año, esto es, un recorte del 6,3%. Este tijeretazo se debe al ajuste aprobado el pasado julio, que reducía las prestaciones a los parados a partir del sexto mes (del 60% al 50% de la base de cotización). La reducción también obedece a que muchos desempleados verán cómo se agota su prestación (la prórroga de la ayuda de 400 euros dura hasta el próximo febrero).

  
  
Los 'despidos dorados' y los blindajes pasan por caja


Anunciar a bombo y platillo que las administraciones públicas y sus organismos autónomos dependientes también podrán aplicar despidos colectivos con indemnizaciones de 20 días por año trabajado en determinadas circunstancias y, al mismo tiempo, tener que leer diariamente en la prensa cuán magros son algunos despidos de los altos ejecutivos de las principales empresas españolas es cada vez más difícil de explicar a la opinión pública y, sobre todo, de digerir por parte de los máximos responsables de Hacienda.

Por ello, desde hace algunas semanas una idea ronda la cabeza del equipo que dirige Cristóbal Montoro: "hay que penalizar fiscalmente las indemnizaciones millonarias que reciben algunos altos ejecutivos de numerosas empresas del sector privado en caso de despido improcedente", admiten fuentes oficiales.

Para ello, los técnicos de Hacienda estudian qué fórmula aplicar, según adelantaron La Vanguardia y El Mundo. Las mismas fuentes explicaron que primero "habrá que definir qué es una indemnización millonaria". Algunas fuentes fijan el listón en 300.000 euros, otras dicen que el ministro quiere ir mucho más allá. El punto de partida será el sistema actual.

¿Cómo tributan en la actualidad las indemnizaciones por despido? En la legislación laboral se contempla que cuando un trabajador es despedido por su empresa de manera improcedente, la indemnización que percibe, ya sea de 45 días por año trabajado (según la norma anterior a la reforma laboral) o de 33 días (en aplicación del nuevo marco legal) está exenta de tributar a Hacienda.

Reducción del 40%

Ahora bien, toda cantidad que reciba dicho trabajador por encima de esas cuantías (45 o 33 días por año) sí debe ser declarada a Hacienda. En este segundo caso, es decir, cuando se ha cobrado un despido más generoso de lo que establece estrictamente la ley, todo lo que exceda de esos máximos debe tributar como rentas extraordinarias en un solo ejercicio.

En aras de que esa tributación no castigara por igual a los despidos meramente generosos frente a los retiros multimillonarios de verdad, el PSOE introdujo en la pasada legislatura una cláusula por la que se establecía que en los primeros 300.000 euros de indemnización, el contribuyente tenía derecho a una reducción del 40% de la cantidad que debía declarar al fisco, el resto tributaría a su tipo marginal sin derecho ya a aplicar más reducciones.

Dada esta situación, Hacienda admite que una posible penalización sería reducir ese porcentaje del 40% a la mitad o incluso menos.

La otra opción es clara: en lugar de aplicar al resto de la indemnización el tipo marginal del contribuyente en función de sus rentas, decretar una retención de hasta el 75%, según se ha apuntado en algunos círculos próximos al Ejecutivo de Mariano Rajoy. "Cómo se va a hacer es algo que todavía se está estudiando, la fórmula del cómo no está clara. Lo que sí queremos es trasladar un mensaje a quienes perciben esta clase de indemnizaciones y es que van a tener que pagar más impuestos por ellas", declaran desde Hacienda.

Frente a quienes aseguran que la medida se quiere que entre en vigor el próximo 1 de enero, tampoco son tajantes. "El objetivo es perfilar el modelo para que pueda aplicarse cuanto antes, pero tampoco está decidido el cuándo", subrayan las mismas fuentes. Desde el Gobierno se pretende desvincular este proyecto a los límites establecidos para los sueldos en las empresas públicas y en las entidades financieras que hayan recibido ayudas públicas.
  
Sueldos en el sector público

"Son supuestos que nada tienen que ver. Una cosa son los salarios en las empresas públicas, donde el Ejecutivo es obvio que sí puede poner límites. Otra cosa es en las entidades financieras que han necesitado de fondos públicos para sanear sus cuentas, donde los contribuyentes no entenderían que Hacienda no estableciera condiciones. Y la tercera, muy distinta, es actuar sobre el ámbito de las indemnizaciones por despido en el sector privado", explican fuentes oficiales.

Hacienda sostiene que no se trata de impedir que los altos ejecutivos negocien con las compañías los llamados blindajes, que son las indemnizaciones que cobrarán cuando finalice su relación laboral con la compañía. Algunos de estos pagos pueden llegar a equivaler a dos años completos de salario o más.

"Las empresas son libres de pactar con sus ejecutivos las clásulas que estimen oportunas, pero dentro de muy poco esas indemnizaciones deberán tributar de otra manera", insisten.

La iniciativa, impulsada desde Moncloa por el presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy, pretende además lanzar un claro mensaje a la opinión pública: "los sacrificios en tiempos de crisis no deben recaer en los más débiles".

De hecho, con una medida de este tipo se estaría, en parte, respondiendo a las acusaciones del principal partido en la oposición, el PSOE, que tacha al Gobierno de favorecer a las clases más altas eludiendo la puesta en práctica de un nuevo impuesto para las grandes fortunas, tal y como han hecho otros países europeos.

Además, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ya puso la atención en uno de sus últimos informes sobre la necesidad de dotar de mayor transparencia a esta clase de indemnizaciones que reciben, entre otros, numerosos altos ejecutivos de las empresas que integran el Ibex 35 y resto de sociedades cotizadas.

Dicho organismo regulador calcula que solo en las empresas del índice selectivo habría más de 260 directivos cuyos contratos incluyen blindajes millonarios, remuneraciones que suelen contar con la única autorización del consejo de administración de la compañía de turno, siendo aprobadas, por tanto, al margen de la junta de accionistas.

Otras empresas, sin embargo, aseguran haber informado a la junta general de haber permitido la inclusión de este tipo de cláusulas. Solo resta por tanto saber el cómo y cuándo para concluir si será una medida puramente estética o algo más.



Paliza para el Ibex 35 mientras el resto de bolsas esperan las elecciones en EEUU


La bolsa española ha focalizado el castigo de hoy lunes. El selectivo pierde un 1,88% aguantando los 7.800 puntos con el sector financiero recibiendo la presión bajista. La explicación hay que buscarla en el mercado secundario deuda donde los diferenciales de la deuda española con la alemana se vuelven a ampliar. La prima de riesgo escala hasta los 434 puntos básicos, en máximos de dos semanas, con el bono a diez años al 5,72% y el bund al 1,42%. Los inversores vuelven a buscar el refugio de los activos alemanes, en una señal clara de desconfianza. A corto plazo la deuda germana vuelve a ofrecer rentabilidad negativa.

A primera hora, el diario alemán "Die Welt" ha informado de que los bancos españoles habían tomado prestados fondos del BCE con un recorte del 0,5 %, pese a que la calificación de las Letras del Tesoro español presentadas como colateral exigía un recorte del 5,5 %. La noticia disparó la prima de riesgo desde los 420 puntos hasta por encima de los 430 puntos básicos. "Esto es un problema para la banca española porque de ser así, hay que buscar dinero extra para poder tener acceso al crédito del BCE y es una cantidad enorme de dinero. Se especula con que es un aviso a Rajoy para que, o bien acabe pidiendo el rescate, o para que siga en la senda de las medidas para continuar con la reducción de déficit", explicaba José Luis Cárpatos, analista de Serenity Markets.

Los valores bancarios han sido durante toda la jornada el principal lastre para el Ibex 35. Los descensos no han bajado del 2% para Santander y BBVA. En Bankia y Popular, las caídas se aproximan al 3%. A pesar de ello, el pero valor de la jornada ha sido Abengoa con un 5% de caída.

En el resto del selectivo, el rojo ha predominado. Entre los blue chips, Telefónica, Repsol e Intitex han terminado cediendo más de un 2%. Solo un puñado de valores se han salvado de las pérdidas, destacando IAG que sube 1%. gracias a que la Justicia ha mando repetir el laudo entre Iberia y el sindicato de pilotos.

Fuera de España, la jornada ha sido mucho más tranquila marcada por las elecciones presidenciales de Estados Unidos mañana. Sólo Milán seguía los pasos de la bolsa española al ceder un 1,5%. París cayó un 1%; Frankfurt y Londres, sólo perdieron un 0,5%. En la bolsa estadounidense cotizan con signo mixto, en parte gracias a Apple que sube más de 1,5% gracias a las ventas de tres millones iPad.

"En cuanto a la valoración que pueda hacer el mercado, tampoco conviene sobrevalorar la cita electoral. Los mercados consideran las elecciones como un evento más en el que se descuenta y ya se incorpora una victoria de Obama. La sorpresa pasaría por la victoria de Romney, cuya intención de reducción de impuestos y aumento el gasto sería negativo para los bonos y para el dólar, al contrario que una reelección de Obama, que en principio cotizaría positivamente para el dólar", apunta Javier Flores, analista de Asinver.

En otros mercados, el euro sigue su descenso hasta los 1,278 dólares, en mínimos de septiembre; la cotización del petróleo permanece estable con el Texas en 85 dólares el barril y el Brent, en 105 dólares y la onza de oro baja ligeramente hasta los 1.278 dólares.



Wall Street cierra con un aumento del 0,15 % en el Dow Jones de Industriales


Wall Street cerró hoy ligeramente al alza y el Dow Jones de Industriales, su principal indicador, subió el 0,15 %, en un mercado tranquilo que se mantiene a la espera de las elecciones presidenciales de mañana en EEUU.

Según datos provisionales al cierre de la sesión, ese índice sumó 19,35 puntos para acabar en las 13.112,51 unidades, en tanto que el selectivo S&P 500 ganó el 0,22 % y el índice compuesto del mercado Nasdaq el 0,59 %.
  


El Nikkei cae 32,29 puntos, el 0,36 por ciento, hasta 8.975,15 enteros


El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio cerró hoy con una caída de 32,29 puntos, el 0,36 por ciento, y quedó en 8.975,15 unidades.

El índice Topix, que agrupa a todos los valores de la primera sección, perdió 3,07 puntos, un 0,41 por ciento, hasta 744,88 enteros.

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