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viernes, 16 de abril de 2010

Los peligros del recetario laboral europeo


Las comparaciones siempre son odiosas. Y pese a ello, el interminable debate de la reforma del mercado de trabajo acude recurrentemente a los ejemplos de algunos países vecinos. Un ejercicio que ha llevado a políticos, sindicatos y empresarios a hablar a diario, y a menudo con ligereza, de la importancia del modelo austriaco o del exitoso caso danés. Ocurre normalmente, además, que en función de la parte interesada que esgrime el argumento, su discurso elude convenientemente ciertas contrapartidas que conllevaría aplicar la propuesta. Se dice que tal país abarató el despido hasta casi regalarlo, pero no se cuenta que se subieron los impuestos a las empresas para compensarlo con una mayor cobertura en la prestación por desempleo. O viceversa. Y lo que es más importante, a menudo se olvida que el modelo finlandés, por muy ilustrativo que pueda ser, fue creado para Finlandia y a consecuencia de los problemas concretos del país.



El ejemplo más reciente de llamamiento a la importación de un mercado de trabajo lo planteó el lunes el Gobierno, que incluyó en su nuevo borrador de propuestas una invitación a adaptar el modelo austriaco. Éste establece un fondo individual para cada trabajador, que la empresa va engordando cada mes, y que el asalariado arrastrará consigo a lo largo de su vida laboral recurriendo a él en caso de ser despedido. El montante funciona, además, como una suerte de plan de pensiones privado que el interesado recibirá cuando alcance la jubilación.



Movilidad geográfica



El ejemplo, que convence más al Ministerio de Economía que al de Trabajo, fue incluido en el documento bajo la promesa de que permitiría "incrementar la estabilidad en el empleo y fomentar una movilidad laboral más sana". Austria, efectivamente, modificó su mercado de trabajo en 2003 y a falta de un recorrido mayor, es cierto que pese a la crisis mantienen una tasa de paro de entorno al 5% de la población activa, frente al 18% que ronda España. Asimismo, la movilidad geográfica entre puestos de trabajo de los asalariados parece haberse multiplicado. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que toda Austria es menor que Andalucía. En la comparación, mudarse para encontrar un empleo de Viena a Salzburgo, dos de las principales ciudades del país, conlleva un desplazamiento familiar menor del que le supone a un granadino establecerse en Huelva.



Por no hablar de que la población activa de Austria apenas supera los 4,2 millones de personas, frente a los 22 millones en edad de trabajar que hay en España, y el hecho de que en el país centroeuropeo 9 de cada 10 trabajadores disfruta de un contrato indefinido, y aquí uno de cada cuatro son temporales.



De ahí que el propio director del gabinete para el diálogo social, Alfonso Morón, admita que "ningún modelo foráneo es transplantable" al 100%. El mediador, no obstante, hace un flaco favor a la ya de por sí volátil situación del mercado laboral al no querer precisar mínimamente cuáles son los aspectos del sistema austriaco que al Ejecutivo le gustaría adaptar. No es lo mismo eliminar definitivamente las indemnizaciones por despido, sustituyéndolas por el citado fondo, que mantener un coste mínimo de extinción de los contratos que se complementaría con el montante acumulado.



Otro de los modelos que ha calado en la negociación de la reforma laboral es el alemán, Kurzabeit. En él se conjugan la reducción de jornada y salario, para ahorrar costes al empresario, con el cobro de prestaciones sociales por el trabajador, para que no pierda poder adquisitivo. El objetivo es evitar que los ajustes vayan por la vía del despido. Siendo, quizás, la medida que más consenso ha logrado en la actual etapa del diálogo social, no deja de ser un guante para la vasta industria alemana, que no termina de ceñirse al tejido empresarial español, donde son las pequeñas empresas, dedicadas a la construcción y a los servicios, de las que emanan los parados.



¿Y adaptar el ejemplo danés?



Pese al reciente protagonismo de los casos alemán y austriaco, adoptados por sindicatos y Gobierno respectivamente, los ejemplos no acaban ahí. Una de las principales fuentes de comparaciones viene siendo la CEOE, que si bien ha apuntado alguna vez hacia los Alpes, suele enfocar sus miras hacia Dinamarca. El país de la flexiseguridad por excelencia se ha fraguado mediante despidos rápidos y muy baratos. Lo que no ha calado tanto en las reclamaciones de la patronal es la fuerte presión fiscal que soporta el país para sufragar unas de las prestaciones por desempleo más altas y prolongadas (hasta cinco años) de toda Europa.



Otra de las voces habituales en el asunto, el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ha aludido también al ejemplo danés cuando el dato del paro se ha recrudecido especialmente. Meses antes de la vorágine, en 2007, su propio organismo advertía, sin embargo, que el modelo danés "resulta inadecuado para estados en una situación fiscal desfavorable y con un desempleo alto". ¿Les suena algún país así?



En definitiva, se puede recurrir al recetario europeo en busca de inspiración e ideas interesantes, pero es en el espejo de España donde hay que mirarse para buscar una reforma a medida. Corremos el peligro, si no, de olvidar que este país no padece problemas universales. Ni siquiera europeos. No hay fórmulas mágicas prefabricadas para la España de la burbuja inmobiliaria, el empleo temporal, los salarios bajos aunque inflexibles y el despido caro, pero abusivamente utilizado. Si de lo que se trata es de copiar, busquemos un país donde agentes políticos, sociales y económicos sean capaces de arrimar el hombro cuando sus calles se llenan de parados.




CC OO y UGT piden a Trabajo que "reoriente" su propuesta laboral

 
No me gusta ni el tono ni la música", destacó ayer el secretario general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, sobre la nueva propuesta de reforma laboral que el Gobierno entregó el lunes a los agentes sociales. Algo en el documento chirría al oído de las centrales: la aceptación tácita de que reducir los costes del despido puede favorecer la creación de empleo. Una idea defendida por la patronal que tanto los sindicatos como el Gobierno, habían rechazado siempre.



Aunque la ampliación del uso del contrato de fomento (indemnizado con 33 días por año trabajado en caso de despido, en lugar de lo 45 días tradicionales) llevaba sobre la mesa del diálogo social desde febrero, la nueva posibilidad de que el Estado subvencione parte del coste del despido a las empresas que usen este contrato, no ha sido digerida por los sindicatos.



Lo mismo ocurre con la iniciativa de igualar la indemnización a 33 días para la modalidad de fomento tanto en el caso de un despido objetivo, como en el de uno disciplinario (hoy por hoy pagado con 45 días). "Sería una perversión del modelo que precariza las condiciones de trabajo", argumentó Toxo, que comenzó criticando el borrador en una entrevista en RNE, y continúo haciéndolo en el acto a favor del juez Garzón que convocaron junto a UGT. Cándido Méndez, líder de ésta, se sumó a Toxo para reclamar al Gobierno que "reoriente" sus propuestas.



Corbacho admite cambios



Ante el silencio de la patronal, y la animadversión causada en sus socios habituales de negociación, el Ejecutivo en pleno salió a defender su borrador. La vicepresidenta del Gobierno María Teresa Fernández de la Vega aseguró que la reforma "no recortará derechos" de los trabajadores. Lejos de ello, la adopción del fondo de despido al estilo austriaco, defendió la responsable de Economía, Elena Salgado, sería un gran motor de empleo. Por su parte, el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, recordó que la propuesta "está abierta" aún a la negociación.

 
Rajoy emplaza al Gobierno a cambiar el mercado laboral sin delegar en los sindicatos


Al documento entregado por el Gobierno a los sindicatos y empresarios le falta lo fundamental: nuevas modalidades de contratación, reformar la negociación colectiva, fomentar la formación y resolver el problema de los parados de larga duración. Este es el juicio que el líder del PP, Mariano Rajoy, emitió ayer en el Congreso sobre la reforma del mercado de trabajo que se plantea el Ejecutivo.



"Es un documento que no decide nada, sólo es un conjunto de sugerencias. Después de dos años de marear la perdiz, el Gobierno sigue delegando sus responsabilidades", abundó el líder del PP. Rajoy es partidario de que el Ejecutivo afronte la reforma del mercado laboral sin mayores dilaciones, en el supuesto de que el diálogo social se complique.



Modelo austriaco



Según su equipo económico, al Ejecutivo le falta una "visión de conjunto" sobre la reforma laboral, además de una mayor precisión sobre temas muy delicados. Entre ellos, Rajoy citó el llamado modelo austriaco, que se basa en la creación de un fondo individual para cada trabajador con el que se pueda hacer frente bien a las indemnizaciones que surjan a lo largo de su vida laboral como consecuencia de posibles despidos, bien a la jubilación. Si fueran los trabajadores los que tuvieran que costear este fondo, dijo Rajoy, perderían salarios. Si fueran las empresas, se dispararían los costes laborales y si fuera el Gobierno, aumentarían los impuestos. Esta es la compleja ecuación con la que trabaja el equipo económico del PP, para quien este modelo de reforma "no resolverá el problema del paro ni el de la temporalidad".



Rajoy recordó que el Banco de España ha advertido en numerosas ocasiones de que el paro "es el mayor riesgo para la banca" ya que provoca un efecto dominó. En "esta pescadilla que se muerde la cola", consideró , "el principal problema no es ya la crisis económica, sino la inacción del Gobierno".


Ventajas e inconvenientes del modelo austriaco que inspira la reforma laboral del Gobierno


Flexibilizar el mercado laboral y ofrecer un capital a largo plazo a todos los trabajadores son los dos aspectos principales de la reforma laboral que introdujo el Gobierno de centroderecha austríaco en 2003 y que ahora propone implantar el Ejecutivo español.





El Gobierno del conservador Partido Popular austríaco (ÖVP) y el Partido Liberal (FPÖ), del fallecido Jörg Haider, propusieron la reforma, aprobada por todos los grupos parlamentarios en junio de 2002 y calificada como "un hito" por los democristianos.



Austria cuenta con una de las tasas de desempleo más bajas de Europa, el 4,7% en el último semestre de 2009, y en marzo volvió a crearse trabajo tras 16 meses de destrucción de puestos por la crisis.



La principal novedad de este modelo es que el trabajador cuenta con un sistema de indemnización por despido que funciona como un fondo de ahorro, que puede mantener aunque cambie de trabajo y que el Estado incentiva utilizar como complemento a la pensión pública.



Esta "hucha" o "mochila", como la definen en Austria, se va llenando con la aportación mensual de la empresa del 1,53 por ciento del salario bruto del trabajador, como si fuera una especie de salario diferido.



El Estado garantiza el cien por cien de las aportaciones netas, mientras que la caja que gestiona el fondo invierte el dinero para conseguir un rendimiento del capital, que acumula una media anual del 3,5% de interés desde su introducción en 2003.



El trabajador tiene derecho a acceder de inmediato a su dinero si es despedido, pero si deja su trabajo de forma voluntaria, sólo podrá acceder a él después de cinco años sin empleo. En caso de fallecimiento el dinero iría a parar a sus herederos.



Si el capital se utiliza como un complemento a la pensión pública el Estado no grava de ninguna forma el patrimonio alcanzado, mientras que si decide recuperarlos de una sola vez, Hacienda impone un impuesto del seis por ciento.



"La principal ventaja es que introduce una mayor movilidad y flexibilidad en el mercado laboral. Las Pymes pueden, además, racionalizar sus gastos ya que su liquidez no pasa por apuros cuando afronta despidos", según explicó a Efe Fritz Janda, secretario general de las cajas que gestionan los fondos de despido.



"Las empresas hacen pequeñas aportaciones mensuales y no deben hacer frente a una gran suma de golpe por los despidos", agrega Janda, que representa los intereses de la patronal austríaca.



Esto es especialmente ventajoso para las Pymes, que conforman más del 90 por ciento del tejido productivo austríaco y que no tienen tantas facilidades para acceder a liquidez.



La principal ventaja citada por los representantes de los trabajadores es que el capital por despido se universaliza a todos los empleados, incluidos sectores marcados por la temporalidad como el turismo o la construcción. Además, no se pierde la antigüedad al cambiar de trabajo.



Hasta la introducción de la reforma, el 96 por ciento de los trabajadores del sector turístico, fundamental en Austria, carecían de una indemnización por despido, según la Cámara de Comercio de Viena.



"La desventaja es que este sistema carece de trabas para el despido", tercia Josef Wöss, director de política social de la Cámara de los Trabajadores, una organización que representa a todos los asalariados del país.



Aún así, Wöss explicó a Efe que el modelo ha aportado mejoras para los trabajadores respecto al anterior sistema de despido austríaco, parecido en grandes líneas al vigente en España.



Antes, por ejemplo, los empresarios despedían a los trabajadores que llevaban 36 meses en las empresas para no asumir los costes de despido que alcanzaba en ese momento el empleado, mientras que ahora eso ya no ocurre.



Otra crítica de los sindicatos es que la cantidad mensual, el 1,53% del salario bruto, es insuficiente y exigen que suba al 2%, algo que la patronal no acepta.



De forma gráfica, un trabajador que gane 2.000 euros mensuales lograría 27.496 euros tras 30 años de trabajo con un rendimiento del capital del 3,5% y una inflación del 2,5%.



Otro aspecto polémico es si el nuevo modelo ha encarecido los costes del empleo. Para Thomas Url, economista del Instituto Austríaco de Investigaciones Económicas (WIFO), la respuesta es "no".



"Este modelo encareció el empleo en algunos sectores como el turismo y la construcción, sectores marcados por la temporalidad, pero bajó, y mucho, los costes en otros sectores. Por lo que sumando el empleo incluso se abarató en términos generales", declaró Url.



La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha venido elogiando en distintos informes la reforma como una forma creativa de aportar seguridad a los sistemas de pensiones públicos.



Además, la reinversión de los fondos a través del mercado de capitales es elogiada por la OCDE como una forma de "mejorar la función del mercado de capitales para apoyar el crecimiento".



El Banco de España cree que el paro masivo es el mayor riesgo para la banca


El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, advirtió hoy de que el mayor riesgo que planea sobre las entidades de crédito españolas es "el desempleo masivo", razón por la que reclamó que la reforma laboral se apruebe "pronto y con el mayor consenso posible".



En el XVII Encuentro del sector financiero organizado por Deloitte, Abc y la Sociedad de Tasación, Fernández Ordóñez aseguró que si se mantienen durante un periodo prolongado "millones de trabajadores en el paro", el sistema bancario podría pasar de "haber sido un soporte de la economía durante la crisis a convertirse en un obstáculo para conseguir la recuperación económica".



Por esta razón, consideró que, si la reforma laboral se demora, las entidades de crédito sufrirán más morosidad, menor negocio, mayor endeudamiento público y, en consecuencia, un encarecimiento de la financiación mayorista.



Además, se refirió al "terremoto regulatorio" internacional, que exigirá a las entidades mayores niveles de capital, por lo que valoró "muy positivamente" el anuncio del Gobierno de plantear una nueva normativa para afrontar este problema.



Pese a considerar positivos todos los cambios regulatorios, se mostró preocupado por el hecho de que la "nueva banca" vaya a estar "por definición" menos dispuesta a prestar a actividades empresariales con determinado nivel de riesgo.



"Como se suele decir, no se puede sorber y soplar al mismo tiempo", subrayó Fernández Ordóñez, quien añadió que "nada impedirá" que la banca que surja de la nueva regulación sea una banca "mucho más prudente" y centrada en la labor de intermediación clásica.



Financiación a emprendedores



En este sentido, insistió en que la nueva regulación internacional obliga a las instituciones financieras a comportarse tan "conservadoramente" como sea necesario para no volver a sufrir una crisis como la actual, e instó a estudiar la forma en que los emprendedores puedan contar con la financiación suficiente para sacar adelante sus proyectos.



En este sentido, aseguró que este es uno de los retos más importantes para España, con fuerte denominación bancaria en relación con alternativas de financiación que proporcionan los mercados de valores, y que hoy por hoy sólo son accesibles para un número reducido de grandes empresas.



El gobernador insistió en que se debe ir pensando en cómo favorecer el crecimiento económico bajo el nuevo marco regulatorio y en cómo financiar a las empresas en un entorno con una mayor aversión al riesgo.



Por otro lado, advirtió de que la situación de los mercados financieros dista mucho de haberse normalizado, por lo que consideró imprescindible que las entidades sigan prestando especial atención a la liquidez y la financiación.



La ayuda a Grecia



Fernández Ordóñez valoró que la Unión Europea haya acordado por "unanimidad" los mecanismos para prestar hasta 35.000 millones a Grecia si lo solicita y consideró que se trata de una acción de una "importancia casi histórica".



Además, el gobernador rechazó que los préstamos que podrían darse a Grecia, en los que España aportaría hasta 3.675 millones, puedan considerarse un "subsidio". Y para ello destacó que las ayudas al país heleno se darían a un tipo superior (próximo al 5%) al que pagarían los países de la zona del euro para captar ese dinero en los mercados.



A juicio de Fernández Ordóñez, cuando un país está "en dificultades" hay que exigirle que cambie "radicalmente" (sus políticas macroeconómicas) pero a la vez hay que facilitar que dichos requisitos los pueda llevar a cabo.



Por eso, el gobernador piensa que si hace un mes la UE aprobó las exigencias para que Grecia reduzca su elevado déficit fiscal, ahora era necesario la unanimidad de todos los países del euro para concretar la fórmula en que se darían esas ayudas.



Era un paso "absolutamente necesario", añadió, y supone que todos los países de la zona del euro han llegado a un acuerdo en que "no sólo hay que exigir sino facilitar los ajustes".


 
El FMI sugiere gravar a las entidades según el riesgo que supongan para el sistema

 
El Fondo Monetario Internacional (FMI) reconoce la necesidad de una reforma en la regulación y supervisión financiera que cuente con métodos más directos para controlar el riesgo para el conjunto del sistema que pudieran incluir recargos de capital basados en el riesgo sistémico o incluso quizá limitando el tamaño de ciertas actividades comerciales.



A este respecto, la institución dirigida por Dominique Strauss-Kahn advierte en la última edición de su "Informe sobre la estabilidad financiera mundial" sobre la falta de análisis en las últimas reformas sobre los "incentivos de los propios reguladores", que tienden a mantener a flote instituciones cuando deberían desmantelarlas.



"Los reguladores a menudo tienen un incentivo para mantener una institución a flote, aun cuando es insolvente, ya que experimentan un fuerte rechazo a clausurar las instituciones que vigilan, sobre todo porque algunas podrían llegar a recuperarse si tuvieran suficiente tiempo", señala el informe.



De este modo, la institución internacional señala que es necesario evaluar métodos más directos para controlar el riesgo sistémico, entre los que cita, a modo de ejemplo, la aplicación de recargos de capital basados en el riesgo sistémico, que gravarían a las entidades según su contribución al riesgo del conjunto del sistema, o incluso quizá limitando el tamaño de ciertas actividades comerciales de las entidades.


El Ibex 35 cierra plano la sesión y continúa en la cota de los 11.461 puntos

El parqué madrileño vivió hoy una sesión muy volátil, a diferencia de las dos últimas jornadas, y el Ibex 35 se paseó entre las pérdidas y las ganancias, superando en algunos momentos de la sesión la cota de los 11.500 puntos, aunque finalmente no se decantó por ningún signo y cerró en tablas.



El Ibex volvió a quedarse a las puertas de los 11.500 puntos, en una nueva sesión marcada por el debate sobre el plan de ayuda a Grecia, aunque los inversores no se apoyaron en esta medida para impulsar al selectivo. En Europa, los principales indicadores también cerraron en negativo y con descensos más pronunciados que Madrid.



En concreto, París cayó un 0,46% y Francfort perdió un 0,32%, mientras que Wall Street registraba caídas del 0,4% al cierre de los mercados europeos, después de que el consejo del supervisor bancario de EE.UU votase hoy a favor que los bancos con mayor riesgo sistémico paguen mayores tasas.



El día terminó con la mitad de los valores en positivo, encabezados por Gamesa (+2,34%), Mapfre (+1,01%) y BME (+0,84%), y la otra mitad en negativo, con Iberia al frente de los descensos (-2,16%), seguida de OHL (-1,23%) y Ferrovial (-0,98%).



En el sector de la banca, BBVA repuntó un 0,58%, seguido de Banco Sabadell (+0,56%), Banco Popular (+0,17%) y Banco Santander (+0,05%), mientras que Bankinter cedió un 0,85%, seguido de Banesto (-0,63%). Repsol YPF, por su parte, cayó un 0,59%, Iberdrola, un 0,08% y Telefónica terminó plana.



En el mercado de divisas, el euro pierde de nuevo posiciones frente al dólar y al cierre de la sesión bursátil de hoy el cambio entre las dos monedas quedó fijado en 1,3581 unidades.


Wall Street sube 0,12% a pesar de aumentar el déficit comercial de EEU

La Bolsa de Nueva York cerró hoy en positivo una sesión muy variable y en la que el Dow Jones de Industriales avanzó el 0,12%, a pesar de datos poco alentadores de Alcoa y de que aumentó el déficit comercial de Estados Unidos más de lo esperado.



Ese indicador bursátil ascendió 13,45 puntos y finalizó en 11.019,42 unidades, al tiempo que el selectivo S&P 500 avanzó el 0,07% (0,82 puntos) y se instaló en 1.197,30 unidades.



El índice compuesto del mercado Nasdaq ganó el 0,33% (8,12 puntos) y se elevó a 2.465,99 puntos.



El mercado bursátil neoyorquino logró terminar con ganancias una sesión en la que los principales indicadores oscilaron con frecuencia entre el territorio positivo y el negativo, aunque dentro de márgenes cortos respecto del día anterior.



El sector de empresas de servicios (0,45%) y el industrial (0,39%) tuvieron una jornada más favorable que el resto y los mayores descensos se los anotaron los sectores de compañías de materias primas (-0,49%), de energía (-0,39%) y de equipamiento (-0,35%).



Home Depot (2,57%), General Electric (1,28%), Kraft Foods (1,02%) y American Express (1,01%) encabezaron el grupo de empresas en el Dow Jones que cerraron con ganancias, en tanto que las acciones de Intel se revalorizaron el 1,02%, poco antes de difundir sus resultados del último trimestre.



El productor de aluminio Alcoa (-1,58%), lideró el grupo de componentes del Dow Jones que finalizaron con pérdidas, tras presentar resultados el día anterior que no respondieron del todo a lo que se esperaba, sobre todo en el apartado de ingresos.



También cerraron a la baja el fabricante aeronáutico Boeing (-1,02%), Caterpillar (-0,81%), DuPont (-0,75%), At&T (-0,68%) y Pfizer (-0,64%), que registraron pérdidas superiores a otras empresas incluidas en ese índice.



En el ámbito económico se constató que el déficit comercial de EE.UU. aumentó un 7,4% en febrero, a 39.700 millones de dólares, frente a unos 38.500 millones que se esperaban.



La deuda pública estadounidense a diez años subía de precio, para ofrecer una rentabilidad del 3,82%.



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