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jueves, 22 de abril de 2010

Prensa 19 Abríl

El Gobierno, la patronal y los sindicatos se reúnen para discutir la nueva propuesta de reforma laboral


Este nuevo encuentro -al que acudirán los interlocutores habituales del diálogo social: los secretarios de Acción Sindical de UGT y CC.OO, Toni Ferrer, y Ramón Górriz, y el secretario general de CEOE, José María Lacasa, entre otros- tratará de desatascar unas negociaciones que, según las previsiones iniciales, deberían culminar en un acuerdo de reforma laboral a finales de abril, pero que las partes ya no ven factible hasta mayo o incluso el mes de junio.

Como sucediera hace exactamente una semana, la reunión 'a tres bandas' tendrá lugar por la tarde. Las mismas fuentes indicaron que la reunión pretende ser discreta, aunque previsiblemente servirá para que, al menos desde el frente sindical, se presenten nuevas propuestas en busca de una posición común.

La razón es que el texto de 14 páginas que el Gobierno puso encima de la mesa el pasado lunes no convence ni a sindicatos ni a empresarios y ha desatado la polémica al plantear lo que muchos han considerado un abaratamiento del despido en los contratos de fomento del empleo.

Las medidas de la discordia

En concreto, el Ejecutivo de Zapatero plantea impulsar el contrato de fomento del empleo igualando el coste de la indemnización del despido improcedente por causas económicas y disciplinarias, como sucede en el contrato indefinido ordinario, en 33 días.

En la actualidad, el contrato de fomento sólo contempla una indemnización de 33 días en el caso de despido improcedente por causas económicas, con lo que la medida propuesta por el Gobierno extendería esta modalidad más barata también a aquellos despidos por causas disciplinarias, que actualmente tienen una indemnización de 45 días.

Además, y en lo que se ha visto como una concesión a las tesis de la CEOE, el Gobierno ha llevado a la mesa la propuesta de que el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa), que se compone de fondos que abonan los empresarios, asuma "con carácter transitorio y excepcional" parte de los costes de despidos colectivos y objetivos, como ya ocurre para el 40% de las indemnizaciones de las empresas de menos de 25 trabajadores.

No se ponen de acuerdo

Los sindicatos ya han mostrado su animadversión a lo que consideran abrir la puerta al abaratamiento del despido, por lo que han pedido al Gobierno, en palabras del secretario general de UGT, Cándido Méndez, que "reoriente" su propuesta.

En esta misma línea, el líder de CC.OO, Ignacio Fernández Toxo, cuestionó tales planteamientos por el "tufillo" a reducción de los costes del despido. "El documento se sesga hacia el asentamiento de que la estabilidad del empleo depende de los costes del despido y las causas y regulación de éste", reprobó por su parte Toni Ferrer.

Mientras, desde la patronal se ha proyectado una imagen titubeante. El primero en salir a la palestra fue el vicepresidente de la CEOE, Joan Rosell, quien calificó de "buen punto de partida" el documento del Gobierno, lo que se interpretó como la confirmación del 'guiño' de Zapatero a los empresarios.

Sin embargo, el líder de la patronal, Gerardo Díaz Ferrán, en un principio se alineó con Rosell con un "amén a todo lo dicho", sólo tardó 24 horas en rectificar y cuestionar la reforma del Ejecutivo. "No podemos valorar el documento como positivo, porque es bastante ambiguo y no concreta nada", criticó.

Tanto antes como después de que el Gobierno presentara su nueva propuesta de reforma laboral se especulaba con un rebaja de las cotizaciones sociales, algo que desde el Grupo Socialista se ha empeñado en desmentir: "No hay ninguna propuesta de rebaja de las cotizaciones sociales", reiteró la portavoz socialista en la Comisión del Pacto de Toledo, Isabel López i Chamosa.

Tampoco se esconde cierto optimismo desde el Gobierno, a tenor a la reflexión de la secretaria general de Empleo, Maravillas Rojo, que descartó un rechazo a la propuesta por parte de sindicatos y empresarios, al rebajar las críticas a "apreciaciones". Y se aventuró a asegurar: "Habrá acuerdo en breve".


El PP condiciona su apoyo al 'decreto Zurbano' a más rebajas fiscales


El apoyo que el PP dispensará mañana en el Congreso al decreto que recoge la treintena de medidas expuestas por el Gobierno en el llamado diálogo de Zurbano no será incondicional. Antes de que se convalide por una amplia mayoría esta iniciativa, el primer partido de la oposición dejará huella de que su apuesta fundamental para superar la crisis pasa por una rebaja selectiva de impuestos a pequeñas y medianas empresas y autónomos.

En la proposición de ley que el PP someterá a debate se defiende establecer una reducción del 20% del rendimiento neto positivo declarado en el Impuesto sobre la Renta por los autónomos que ejerzan actividades cuyo importe neto del volumen de negocio sea inferior a cinco millones de euros.

De prosperar, esta proposición se tramitaría igual que un proyecto de ley. También se establece en ella una reducción de la tributación en el Impuesto sobre Sociedades para aquellas empresas con cifras de negocio inferiores a 12 millones de euros anuales. A la base imponible comprendida entre cero y 300.000 euros se le aplicaría un tipo del 20% y a la restante, del 25%.

El PP espera conseguir el respaldo a esta rebaja fiscal de CiU y el PNV, como mínimo. Los apoyos serán negociados a partir de hoy lunes por el diputado Baudilio Tomé.

Por otra parte, el respaldo que dará el PP a la convalidación del llamado 'decreto Zurbano' será muy crítico ya que su equipo económico considera que no alberga una visión de conjunto para la salida de la crisis y sólo reúne medidas parciales, aunque tampoco tendrán efectos secundarios contraproducentes.

El decreto será respaldado por la mayoría de los grupos parlamentarios de la oposición también con una actitud bastante crítica. De hecho, ninguno de ellos se prestó a acudir a la reunión a la que les intentó convocar el Gobierno para clausurar la ronda de contactos por el miedo a ser utilizados de acompañamiento en una foto que todos rechazaron.

El PP pedirá que el decreto se tramite como proyecto de ley, pero es difícil que lo logre.


Las empresas pagan una media de 10.000 euros por cada despido


El permanente debate que ha abierto la negociación de la reforma laboral sobre el coste del despido en España suele plantearse en términos de días de salario y límite de mensualidades que le corresponden a cada empleado según su contrato. El panorama se clarifica, sin embargo, al hablar de cifras reales. Durante el pasado año, en el que los datos provisionales arrojan un saldo de casi 1,5 millones de despidos, las empresas pagaron una media de casi 10.000 euros a cada asalariado del que prescindieron, según la información que manejan fuentes del mundo empresarial.

La cifra osciló entre los 10.316 de los primeros tres meses de 2009, y los 9.489 euros que se abonaron a cada ex empleado en el segundo trimestre del ejercicio. Durante el resto del año, las cantidades oscilaron entre estas dos cifras. Un coste derivado, en parte, del uso de la modalidad más frecuente de extinción de la relación laboral en los últimos años, el conocido como despido exprés. Este sistema, aprobado en 2002, permite al empresario prescindir inmediatamente de su empleado ingresando la indemnización en el plazo de 48 horas. La cuantía debe ser siempre la máxima recogida por la ley, dado que se admite que el proceso es improcedente. Así, en caso de un contrato indefinido ordinario el trabajador recibe 45 días de salario por año en la empresa, con un límite de 42 mensualidades.

Por eso, el Gobierno apuesta en el diálogo social por ampliar el uso del contrato de fomento cuya cuantía se reduce a 33 días por año, y un tope de 24 meses. En ambos casos, si la compañía en cuestión es capaz de justificar causas objetivas para el despido (económicas u organizativas, por ejemplo), el coste se reduce a 20 días.

Cobraran lo que cobrara en un inicio, del millón y medio de despedidos durante el año, 125.000 llevaron su caso ante los tribunales. Los jueces dieron la razón a los trabajadores en cinco de cada seis sentencias, de las 63.700 que dictaminaron en 2009. Su efecto se tradujo en el reconocimiento de 368,5 millones de euros que las empresas tuvieron que pagar a sus antiguos asalariados, lo que equivale a una media de 5.777 euros.

La cifra casi duplica los 3.600 euros con que se saldaron las indemnizaciones marcadas por sentencia en el año 2006, antes de que comenzara la crisis. El duro ajuste del empleo que viene sufriendo España ha multiplicado la salida de trabajadores indefinidos con mayor antigüedad en sus empresas, encareciendo considerablemente la cuantía media que se ven obligados a pagar los patronos. Los despidos llevados a juicio conllevan, normalmente, la reclamación de una indemnización mayor a la que se ha concedido. Si el juez considera que el empresario no lo justifica debidamente, lo declarará improcedente.

La conciliación también se encarece

Dentro del aumento que experimentó el número de litigios, también se incrementaron los casos que se cerraron con la conciliación de las partes. De los 15.744 acuerdos alcanzados en 2006, se pasó a 28.600 el año pasado. Ante los costes extras que supone el juicio y la posibilidad de perderlo, trabajadores y empresarios pactaron indemnizaciones extrajudiciales por un valor de 188 millones de euros. El resultado, es que estos desembolsos también ascendieron cuantitativamente con respecto a hace tres años. Si entonces el pago era de 4.123 euros de media por trabajador, durante 2009 la cifra superó los 6.500 euros.



El Ibex se desploma un 2,29% al cierre y se coloca en 11.200 puntos, arrastrado por Goldman Sachs


El parqué madrileño cerró la sesión con una caída el 2,29%, el mayor descenso desde el pasado 23 de febrero, que devolvió al Ibex 35 en el nivel de los 11.259,7 puntos, arrastrado por el sector financiero internacional después de que la SEC de EE.UU acusase a Goldman Sachs y a uno de sus vicepresidentes de un presunto fraude relacionado con instrumentos de deuda vinculados a hipotecas 'subprime'.

El Ibex se situó durante toda la sesión en terreno negativo, sin embargo, el desplome de Goldman Sachs, que al cierre de los mercados europeos caía un 13%, arrastró al resto de bancos y a Wall Street, que contagió al resto de mercados europeos. La caída sufrida hoy borró toda la ganancia de la semana, y el Ibex cedió en los últimos cinco días un 1,18%.

En Europa, los principales indicadores registraron caídas inferiores a Madrid, y París retrocedió un 1,94%, seguido de Francfort (-1,76%) y Londres (-1,39%).

En el mercado español, la banca se situó entre los mayores recortes del día, pero fue ArcelorMittal quien lideró los descensos (-3,96%), por delante de Telecinco (-3,95%), Sacyr Vallehermoso (-3,76%), Acciona (-3,48%) e Iberia (-3,38%).


Banco Popular, por su parte, se dejó un 2,90%, seguido de Repsol YPF (-2,82%), Banco Santander (-2,78%), Telefónica (-2,52%), BBVA (-2,34%), Bankinter (-2,04%) y Banco Sabadell (-1,69%). En lado de los repuntes sólo se situaron cuatro valores: Grifols (+1,81%), Endesa (+0,61%), Ebro Puleva (+0,28%) y Banesto (+0,01%).

 
En concreto, la SEC alega que Goldman Sachs estructuró y comercializó obligaciones de deuda colateralizada (CDO) dependientes de la evolución de valores respaldados por hipotecas residenciales 'subprime' (RMBS) sobre los que no proporcionó "información vital" a los inversores, especialmente en lo que se refiere al papel del 'hedge fund' Paulson & Co. en la selección de dicha cartera y en la circunstancia de que dicho fondo estaba 'corto' respecto a los CDO.

 
Los expertos explican que el repunte de los mercados no está consolidado, por lo que 'sobrerreaccionan' a cualquier decisión, y subrayaron que los inversores se dejaron llevar hoy por el temor a una nueva oleada de la 'crisis subprime'.

 
En el mercado de divisas, el euro pierde posiciones frente al dólar y al cierre de la sesión bursátil de hoy el cambio entre las dos monedas quedaba fijado en 1,3483 unidades.



Wall Street acusa el golpe de Goldman Sachs, pero aguanta los 11.000 puntos


Wall Street acusó hoy el duro golpe que supuso la demanda contra Goldman Sachs y cerró con sensibles pérdidas en sus principales índices, aunque el Dow Jones aguantó la cota de 11.000 puntos que recuperó esta semana.

Ese nivel, que no lograba superar desde septiembre de 2008, estuvo a punto de perderse de nuevo tras conocerse que esa financiera está en el punto de mira de las autoridades reguladoras, que la acusan de engañar a inversores en la promoción de un producto financiero vinculado a las hipotecas de alto riesgo, o subprime.

Goldman Sachs manifestó de inmediato que las acusaciones de la Comisión del Mercado de Valores de EE.UU. (SEC, por su sigla en inglés) eran "completamente infundadas" y que se defenderá, pero eso no evitó que sus acciones se depreciaran más de un 12% y arrastrara en el descenso a otros bancos.

El sector financiero bajó en conjunto el 2,51% y Bank of America (-5,49%), JPMorgan Chase (-4,73%) y American Express (-3,36%) lideraron el descenso entre las empresas incluidas en el Dow.

El fuerte retroceso de esos y otros componentes de ese índice lo situaron al final de la sesión en 11.018,66 unidades, lo que supone una baja del 1,13% (125,91 puntos) respecto del jueves.

El selectivo S&P 500 descendió el 1,61% (-19,54 puntos) y concluyó en 1.192,13 enteros y el índice compuesto del mercado Nasdaq descendió el 1,37% (-34,43 puntos) y concluyó en 2.481,26 unidades.

El Dow ha acumulado no obstante una ganancia del 0,19% en la semana y el Nasdaq ha avanzado el 1,1%, en tanto que el S&P 500 perdió el 0,18%.

El mercado neoyorquino había cerrado las últimas seis sesiones con ganancias y el Dow rebasó al cierre los 11.000 puntos el lunes, por primera vez desde el 26 de septiembre de 2008.

La semana estuvo dominada por el inicio de la oleada de difusión de resultados de las grandes empresas estadounidenses, que seguirá la próxima semana con las financieras Citigroup, Goldman Sachs y Morgan Stanley y otros componentes del Dow, incluidos IBM, McDonald's, Coca-Cola, Boeing, Verizon y AT&T, entre otras.

Los beneficios conseguidos en el primer trimestre de este año por JPMorgan Chase e Intel, así como las buenas perspectivas de la empresa de paquetería UPS, contribuyeron a alentar expectativas de que continuará la recuperación de la economía y compensaron el escaso entusiasmo que despertaron las cuentas de Alcoa, Google, Bank of America o General Electric, que se conocieron también esta semana.

En el ámbito económico, se constató que el déficit comercial de EE.UU. aumentó el 7,4% en febrero, más de lo esperado y el "libro beige" de la Reserva reflejó que la actividad avanzó en marzo a un ritmo algo más rápido que en meses anteriores y que la recuperación abarca a casi todo el país.

También se conoció que las ventas minorista aumentaron el 1,6% en marzo, por encima de lo que se preveía, lo que alentó expectativas de un mayor ánimo comprador de los consumidores.

No obstante, datos preliminares de la Universidad de Michigan, difundidos este viernes, apuntaron a una actitud menos optimista de los consumidores en abril respecto de la evolución de la economía y de sus finanzas personales, algo que suele inquietar en Wall Street por el efecto negativo que puede tener en el consumo y en los beneficios empresariales.

Los inversores también estuvieron atentos a cualquier novedad relacionada con las finanzas de Grecia y el plan de ayuda que han preparado sus socios europeos en caso de que lo necesite, que el Gobierno heleno pidió esta semana discutir con la Comisión Europea, el BCE y el FMI y cuyos detalles comenzarán a perfilarse la próxima semana.

El euro se cambiaba este viernes a 1,3510 dólares al cierre del mercado bursátil, frente a 1,3579 dólares el día anterior.



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