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viernes, 29 de abril de 2011

Prensa 29 abril

La inflación se sitúa en el 3,8% en abril


Los factores que más influyeron fueron el aumento de los precios del viaje organizado y de los alimentos y bebidas no alcohólicas

La tasa de inflación se situó en abril en el 3,8% interanual, dos décimas más que en marzo, según el indicador adelantado del índice de precios de consumo (IPC), publicado hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

En este resultado, según el INE, los factores que más influyeron fueron el aumento de los precios del viaje organizado y de los alimentos y bebidas no alcohólicas.

El INE publicó también el indicador adelantado del IPC armonizado (IPCA), que mide la evolución de los precios con el mismo método en todos los países de la zona del euro, y según el cual, la inflación interanual queda en abril en el 3,5 %, dos décimas más respecto al mes anterior.



4.910.200 parados


El paro aumentó en 213.500 personas en el primer trimestre del año, con lo que el número total de desempleados se situó en 4.910.200 personas y la tasa de paro se colocó en 21,29%, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) hecha hoy pública por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El volumen total de parados marcó un nuevo récord al rozar los cinco millones. En los últimos doce meses el volumen de desempleados aumentó en 297.400 personas.

Además, en el primer trimestre del año se destruyó empleo al caer la ocupación en 256.500 puestos de trabajo (-1,39% en tasa interanual), situándose el número de ocupados en 18.151.700 personas. La pérdida de ocupación se debió al incremento del paro y del número de inactivos. La destrucción interanual de empleo entre los hombres (181.000 ocupados menos) triplicó la de las mujeres (61.500).

Cada día se destruyeron 2.850 empleos, con 2.372 parados más al día, mientras que la población activa descendió en 42.900 personas en el trimestre, hasta colocarse el número total de activos en 23.061.800 personas. El incremento del paro es menor que la caída del empleo debido a la bajada de la población activa en este trimestre.

La tasa de paro se disparó casi un punto porcentual hasta situarse en el 21,29% desde el 20,3% de finales de 2010, lo que supone su nivel más alto de la serie histórica comparable, que arranca en 2001. La tasa de actividad bajó 11 centésimas, hasta el 59,88%.

Por sexos, el incremento del desempleo afectó en mayor medida a las mujeres (123.800 más) que a los varones (89.800). La tasa de paro masculina fue del 20,76% y la femenina, del 21,94%. Por nacionalidad, el paro se cebó más con los españoles (165.700 parados más) que con los extranjeros (47.900 más).

El desempleo aumentó en todos los sectores. En Servicios hay 94.700 parados más; en Industria, 21.200 más; en Agricultura, 17.200 más, y en Construcción, 3.300 más.

El paro también aumentó entre las personas que perdieron su empleo hace más de un año (en 60.100) y entre los que buscan su primer empleo (en 17.000).

Desciende la temporalidad

Entre enero y marzo, el número de asalariados bajó en 193.400 trabajadores (-1,26%), de los que 139.100 tenían contrato indefinido (-1,21%) y 54.300 eran temporales (-1,43%). La tasa de temporalidad se situó en el 24,77%, lo que supone cuatro centésimas menos que en el trimestre precedente.

El número de parados de larga duración se incrementó en el trimestre en 60.100 personas, un 2,93% más.

A 90.000 parados de los cinco millones

El Gobierno rechazó ayer que se fueran a alcanzar los cinco millones de parados, aunque reconoció que la cifra de la EPA era mala -apenas faltan 89.800 personas para llegar a los cinco millones- y que la situación es "inasumible". La última revisión del cuadro macreconómico realizada por el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero elevó cinco décimas la tasa de paro para este año y un punto la del año que viene.

El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, cifró ayer en 900.000 personas el número de parados que carece de algún tipo de protección por desempleo, bien porque no han cotizado lo suficiente para ello, bien porque ya la han agotado.

A años luz de Alemania

La mayor economía de la zona euro da pagos firmes hacia una recuperación sostenible. La cifra de parados en Alemania registró en abril un descenso de 37.000 personas, lo que deja el total de desempleados en 2,97 millones, el número más bajo desde junio de 1992, según los datos ajustados a las variaciones de calendario publicados ayer por la Oficina Federal de Empleo.

De este modo, la tasa de paro ajustada al calendario de Alemania se mantuvo estable en el 7,1%, mientras que el dato desestacionalizado se situó en el 7,3%.

58.000 hogares más con todos sus miembros en paro

Los hogares con todos sus miembros activos en paro aumentaron en 58.000 y se situaron en 1.386.000, un 4,37% más que en el trimestre anterior.

En el último año, los hogares donde todos sus miembros están parados se han incrementado en 87.500, un 6,74%.

Al mismo tiempo, los hogares con todos sus miembros ocupados se redujeron en 154.600 en el trimestre y en 129.000 en un año.



El paro español triplica al alemán pese a iniciar la crisis igual


Una historia reciente de sobreendeudamiento, burbuja inmobiliaria y de excesos contra un pasado inmediato de cuidar a la industria, de competitividad y austeridad. Todo resumen es una exageración, pero la economía española está en medio de una década peligrosa, mientras que la alemana está viviendo una crisis muy productiva. Alemania presentó ayer unos datos de desempleo tajantes: el paro bajó de los tres millones de personas (en un país de más de 80 millones de habitantes) por primera vez en los últimos 19 años. La tasa de paro cayó al mínimo desde la reunificación, al 7,1%, mientras el desempleo español afecta a casi cinco millones de personas (4.910.200), lo que supone un 21,29% de la población activa, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) publicados por el Instituto Nacional de Estadística, con lo que prácticamente triplica ya el alemán, aunque partía del mismo nivel al inicio de la crisis.

Los mercados de trabajo de España y Alemania simbolizan de alguna manera la divergencia creciente entre el centro y el norte de Europa, que han salido de la crisis con fuerza, y la periferia, inmersa en severos problemas fiscales y con una recuperación lenta, frágil y cada vez más complicada por la subida de los tipos de interés del BCE. Alemania llegó bien equipada a la crisis: hizo profundas reformas en el mercado laboral, la sanidad y las pensiones hace ya más de 10 años -que le costaron el Gobierno al socialdemócrata Gerhard Schröder-, y ha salido del túnel gracias al fenomenal potencial exportador de su industria, que ha encontrado en los mercados emergentes demanda para sus productos.

La economía alemana sufrió un fuerte revés en 2009 -cayó el 4,7%-, pero el año pasado creció al 3,5%, y tanto este año como el próximo los incrementos se situarán holgadamente por encima del 2%. El Bundesbank -el banco central- consideraba en su último informe que "las tendencias positivas fundamentales proseguirán en los próximos meses", y eso se deja notar en el mercado de trabajo, que está batiendo todas las previsiones: solo en abril Alemania creó 37.000 empleos, y las expectativas es que esa tónica continúe por el fuerte tirón de la industria del automóvil.

El contraste con los datos del mercado laboral en España es demoledor. La Encuesta de Población Activa que se presentado hoy sitúa la tasa de paro en el 21,29%. La vicepresidenta Elena Salgado ayer ya hablaba de unas cifras "inasumibles" para España. La última encuesta situaba el número de parados rozando los 4,7 millones, aunque ni Salgado ni el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, contemplan que se alcance el listón de los cinco millones de parados durante este año. El desempleo español no admite comparación con el de ningún otro país desarrollado: las últimas cifras de la OCDE daban un 6,3% para Alemania en febrero, frente al 8,9% de Estados Unidos, una media europea del 9,9% y el 20,5% español.

El principal elemento diferenciador es que Alemania no tuvo una burbuja en la construcción, un sector que se ha llevado un millón de empleos. Pero a esa superburbuja de la vivienda y de endeudamiento privado hay que añadir otros dos factores: "Alemania tuvo la habilidad de poner en marcha medidas para amortiguar la caída del empleo en la industria, y ha mantenido bajo control los costes laborales durante una década", explica Josep Oliver, catedrático de la Autónoma de Barcelona. "Además, en 2008 y 2009 en España aún entraron 700.000 personas en el mercado de trabajo, en buena parte por la inercia de la inmigración de los últimos años", destaca.

Charles Wyplosz, del Graduate Institute de Ginebra, añade que España, a pesar de los últimos cambios, "no ha reformado todo lo que debía su rígido mercado laboral: durante los años del boom la tasa de paro bajó notablemente, pero básicamente con empleo temporal. Cuando la crisis llegó, esos empleos temporales no se renovaron, y el desempleo volvió a despegar. Y no estoy convencido de que se haya aprendido la lección".

El futuro tampoco parece demasiado prometedor: el Gobierno prevé que la economía empiece a crear empleo a final de año, aunque el empleo perdido desde que se inició la destrucción de puestos de trabajo en 2007 -cuando el paro alemán era incluso algo superior al español- no se recuperará hasta 2017, según las previsiones de los expertos. El propio Gobierno contempla en sus previsiones para los próximos años solo una tímida recuperación del mercado laboral.



El dilema de los 'segundones': Jefes con ‘síndrome de Carlos de Inglaterra’


Alcanzar un cargo de máxima responsabilidad es la meta de muchos profesionales. Pero algunas veces resulta necesario saber ser un buen ‘número dos’.

Hay muchos Carlos de Inglaterra en el mundo de la empresa y la política? Lo cierto es que sí. Son los eternos segundones que no pierden la esperanza de alcanzar el cetro de mando.

El profesor del IESE José Ramón Pin, habla del Síndrome de Carlos de Inglaterra para referirse a aquellos que esperan durante largo tiempo para llegar a ocupar el cargo de máxima responsabilidad en una empresa, pero se convierten en eternos aspirantes. Algo más común de lo que parece y de una importancia vital para el éxito y supervivencia de una compañía. Pin asegura que el delfín –sucesor, designado o probable, de un político o de una personalidad importante– es más frecuente en las empresas familiares, pero también se da en compañías e instituciones de todo tipo.

Sin embargo, hay que hacer una distinción importante entre los número dos: los que ocupan esta posición a la espera de ser el máximo responsable y los que la eligen libremente, porque es más cómoda y menos expuesta.

Motivaciones aparte, el desempeño de sus funciones es vital para la consecución de objetivos, porque la realidad es que reunir en un solo líder todas las cualidades para que una organización triunfe resulta muy difícil. Por este motivo, los mejores CEO se distinguen por elegir con sumo cuidado a su colaborador más directo, no cejan hasta contar con el mejor, potencian sus habilidades y, sobre todo, no tienen miedo al talento ajeno.

El rasgo fundamental en la relación entre el número uno y el número dos es la complementariedad. José Medina, socio director de Odgers Berndtson Iberia, opina que “cuando el primero es malo y el segundo es bueno, el primero trata de aprovecharse, pero terminará por hundirse, y el segundo seguirá adelante. Mientras que si el jefe es realmente bueno su segundo tendrá pocas opciones y terminará saliendo de la compañía”. El problema es cuando ambos son malos. Entonces se forma una bolsa de incompetencia peligrosa que tiende a agrandarse y a permanecer y que no se soluciona hasta que se lleva a cabo un cambio radical en la compañía”.

Plácido Fajardo, socio de Leaders Trust International, señala que “el hecho de que el segundo trabaje para el primero no ha de significar que se le encasille en el papel de gregario, que tira del pelotón en los momentos difíciles para que luego sea el primero quien remata la faena en el sprint, alcanzando los laureles”. No obstante, decidir cómo se quiere vivir en segundo plano es una opción que sólo depende de uno mismo. Algunos individuos se sienten muy cómodos en su papel de sombra de un gran líder, han nacido para ello y la idea de subir algún peldaño en su carrera profesional para llegar a la cumbre no les seduce.

Cuando al profesional no le basta con su actual posición, sus opciones pasan por luchar e intentar arrebatar la presidencia; esperar a ver qué pasa o convertirse en el mejor segundo y ayudar al máximo responsable a mantener el puesto. Obviamente, la opción de dejar de ser un aspirante y apostar por ser un buen segundo es la más aconsejable.

El ‘rol’ de segundo

La clave para ser un buen segundo es cubrir las espaldas del CEO y nunca aspirar a sustituirlo. Por tanto, es crucial la lealtad, saber complementar las competencias del presidente y fomentar la existencia de un equipo eficiente y unido que no cree fisuras en la relación primero-segundo. Medina afirma que “el segundo siempre debe apoyar y ayudar a su jefe. Nunca debe trabajar en su contra ni fomentar las intrigas”. El rasgo que distingue a un buen segundo es su honestidad y honradez. Por eso, “cuando comienzan a discrepar en cuanto a las estrategias a seguir y sobre todo si considera que su superior es un incompetente, lo dicen abiertamente y se van”, comenta Medina.

Por su parte, Pin avisa de que “el CEO debe cuidar a su mano derecha otorgándole independencia de criterio y fijándole tareas específicas. Y nunca debe olvidar que una forma de abatirle es arremeter contra su segundo o tentarle ofreciéndole que se convierta en su propio jefe”.



Desmontando la empresa familiar


“Antes de las corporaciones multinacionales existían las empresas familiares. Antes de la revolución industrial existían las empresas familiares. Antes de la civilización griega y el Imperio Romano, existían las empresas familiares.” Y nadie le puede quitar la razón al profesor William O’ Hara, coautor del libro Centuries of Success. Pero como en todo, la evolución de una empresa familiar tiene su ocaso y cuando se llega a él hay que saber cómo actuar.

Normalmente, cuando el fundador decide retirarse suele producirse el hecho de la sucesión. Pero, en este caso, el trono no lo pasa a ocupar el primogénito de la familia, debe trocearse y cuando se da este paso es necesario saber planificar este proceso y contar con asesores externos. Un relevo bien preparado “obliga a la formación intensa de uno o varios sucesores y también a establecer las condiciones que regularán en el futuro las relaciones entre accionistas, directivos y personal de la empresa”, explica Josep Tàpies en su libro Familia empresaria.

Y es que la empresa familiar no puede regirse por las mismas normas con las que funcionan las de propiedad anónima. Cuando deja su cargo quien lidera el negocio no suele abandonar del todo la empresa. Algo habitual, pues con frecuencia suele ser también el fundador, por lo que estas compañías suelen buscarle un hueco equilibrado, un sitio que no limite las nuevas funciones de sus sucesores.

Según Tàpies, cuando llega el momento de la sucesión hay que prestar atención a cuatro puntos indispensables:

1) Preparación de los sucesores

2) Desarrollo de la organización empresarial, es decir, establecer la estructura de responsabilidades directivas; los sistemas de dirección y los órganos de gobierno.

3) Completar las relaciones empresa/familia. Y es que el principal objetivo es mantener la unidad familiar. “Sin unidad no hay empresa familiar”.

4) Preparación para la época del retiro. “Hay que saber qué hacer y evitar dar una vueltecilla por la empresa todos los días”.

Cambio de escenario

Pasar de una cultura paternalista a una participada es el principal reto al que se debe enfrentar la segunda generación en una empresa familiar. En este tipo de compañías se mezclan los roles de jefe, padre, empleado, hijo “y en caso de crítica es muy complicado ser objetivo en la relación familiar”, asegura María García, socia de SyCConsultoría. Por lo tanto, el problema fundamental que se plantea cuando el líder del negocio decide retirarse es la gestión de personas. Es decir, hay que analizar a fondo el funcionamiento de los comités de dirección, en el que se sientan miembros de la familia, “definir los pilares básicos en la gestión de personas y diseñar un plan de acción que responda a las necesidades estratégicas de la empresa”, indica García.

Habría que preguntarse, qué pasa cuando una empresa familiar acaba en manos de otras personas. En algunas ocasiones, los hijos deciden no continuar con el negocio que forjaron sus padres o, en otros casos, lo mejor es vender la compañía para evitar problemas. Esta venta siempre viene precedida de algún que otro debate familiar en el que se ponen sobre la mesa los intereses de cada uno. Pero, cuando la decisión está tomada hay que llevarla a su término y no creer que vender la empresa familiar es un fracaso. Que es lo que se suele pensar llegados a este punto. Lo que no se debe hacer, tal y como explica Tàpies en su libro, es inventar excusas para evitar la venta del negocio. Si la empresa ha entrado en pérdidas, si es necesaria una inversión significativa para su mantenimiento y no se puede llevar a cabo, o si hubiera que buscar inversores extranjeros hay que pararse a pensar. “El valor, que se ha destruido en estos casos, se ha perdido para los propietarios de esta empresa y para la sociedad”, indica Tàpies, por lo que “si no se puede desarrollar y diversificar la compañía, quizá se debiera reflexionar sobre diversificar el patrimonio”.

Según un estudio realizado por la cátedra de empresa familiar del IESE, la mayoría de las compañías de estas características duran menos de 30 años, es decir, no pasan de la segunda generación. El 29% de ellas logran sobrevivir enter 30 y 60 años, y tan sólo un 3% pasan los 90 años de vida.

Lo importante es no confundir la empresa con la familia aunque ambas convivan de la mano. Cuando una empresa muere no hay que enterrar con ella el árbol genealógico.



Panasonic despedirá 40.000 trabajadores en dos años


El gigante japonés de electrónica de consumo, Panasonic, despedirá 40.000 trabajadores en dos años en un intento de mejorar su competitividad frente a los rivales asiáticos, según Reuters. La compañía emplea a 380.000 personas e invertirá más de mil millones de dólares en la reestructuración de la empresa. Los analistas consideran que se trata de un gran movimiento para modernizarse. La información no ha sido confirmada por la empresa.

La industria japonesa de la electrónica, pionera en este sector, se enfrenta a una creciente competencia de fabricantes coreanos (como Samsung o LG) y chinos. Panasonic está intentando reorientar el foco de su producción prestando más atención al ahorro energético con, por ejemplo, baterías recargables, robótica, paneles solares...

Según los analistas, una de las causas de este despido masivo debe buscarse en la compra en 2008 de Sanyo. La integración completa de ambos equipos se terminó en abril de este año y Panasonic querría con esta medida racionalizar su plantilla, particularmente fuera de Japón.

Los últimos resultados presentados este mes por la compañía muestran unos beneficios anuales de 643 millones de euros, confirmando la salida de los números rojos al término del ejercicio 2010-2011. Panasonic no ha dado expectativas para este año debido al seismo.

Durante el año pasado, Panasonic ha disfrutado de un aumento de sus ventas de televisores y sistemas de refrigeración gracias a una política de subvenciones en Japón que buscaba la renovación del parque de la electrónica doméstica con aparatos de mayor eficiencia energética.

Panasonic ya había realizado recortes de plantilla con anterioridad, tras el estallido de la burbuja tecnológica (más de 25.000 empleos) y la crisis de Lehman Brothers (unos 15.000).

El recorte de Panasonic es uno de los mayores despidos de personas en la historia, un nivel que no se veía desde que las firmas financieras estadounidenses despidieron a miles de personas como consecuencia de la quiebra de Lehman en 2008. El despido de Panasonic equivale aproximadamente a todas las pérdidas de empleos en Estados Unidos en marzo, según datos dados a conocer por Challenger, Gray & Christmas, una firma de recolocación que elabora la cifra de desempleo mensual en Estados Unidos.



El Ibex 35 sube un 1,18% al cierre de la sesión y se acerca a los 10.900 puntos


El parqué madrileño ha cerrado la sesión con una subida del 1,18%, que ha situado al Ibex 35 en el nivel de los 10.867,8 puntos, impulsado por el repunte de los dos grandes bancos: BBVA (+1,5%) y Banco Santander (+1,49%).

El selectivo ha sumado este jueves su sexta jornada consecutiva de repuntes, con lo que cumula un avance del 5,05%. La relajación que ha experimentado la prima de riesgo ha permitido al selectivo acelerar los repuntes en las últimas jornadas. Si el Ibex mantiene la senda alcista hasta mañana viernes, cerrará abril con repuntes.

Entre las subidas del día también se situaron Enagás (+2,04%), Grifols (+2,02%), Endesa (+1,88%), Gas Natural (+1,83%), Banco Sabadell (+1,22%), Telefónica (+1,07%), Repsol YPF (+1,07%), Banco Popular (+0,69%) y Bankinter (+0,48%). En el lado negativo se colocaron IAG (-1,07%), OHL (-0,55%), Amadeus (-0,35%), Ferrovial (-0,18%) y Abertis (-0,06%).

En Europa, los principales indicadores también cerraron con ganancias, que lideró Francfort (+0,95%), seguido de París (+0,91%), Lisboa (+0,41%) y Londres (+0,03%).

El mercado español ha acogido de forma positiva las declaraciones del presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, pese a que no avanzó ninguna idea estratégica nueva, aunque los matices de su discurso invitaron al optimismo.

Los expertos aseguran que las revisiones a la baja de las perspectivas de crecimiento económico y al alza de las de inflación no fueron excesivas, y el mercado ha premiado la contención en ambas proyecciones.

Además, anunció que mantendrá los tipos de interés en niveles bajos y que cumplirá de forma íntegra con la compra de bonos. Sin embargo, los expertos resaltan del discurso de Bernanke su pronóstico de que los mercados no van a reaccionar al fin de los estímulos y de las inyecciones masivas.

En este sentido, señalan que el dato del preliminar del PIB de Estados Unidos del primer trimestre ha sido decepcionante (1,8% frente al 2% esperado), con una disminución del consumo y los gastos de negocios y un importante aumento de los inventarios, lo que incrementa las dudas sobre la sostenibilidad de la economía americana.

A pesar de la euforia, los analistas recuerdan que en Europa aún pesan algunos factores, entre los que se encuentra la posible reestructuración de la deuda de Grecia, situación que aún no han recogido las cotizaciones de los bancos europeos en Bolsa.

En el mercado de divisas, el euro ha cedido posiciones frente al dólar y al cierre de la sesión bursátil el cambio entre las dos monedas quedaba fijado en 1,4785 unidades.



Wall Street cierra con ascenso del 0,57 % en el Dow Jones de Industriales


Wall Street ganó hoy impulso en la recta final de la jornada y el Dow Jones de Industriales, su principal indicador, acabó con un ascenso del 0,57 % pese a que se difundieron datos macroeconómicos peores de lo esperado en EEUU.

Según datos provisionales al cierre, ese índice, que agrupa a las 30 mayores empresas cotizadas de EEUU, sumó 72,35 puntos para cerrar en 12.763,31 unidades, el selectivo S&P 500 subió el 0,36 % y el índice compuesto del mercado Nasdaq avanzó el 0,09 %.



El termina con una subida de 1,62%


El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio subió hoy al cierre 157,90 puntos, o el 1,62 por ciento, hasta situarse en 9.849,74 puntos. El índice Topix, que agrupa a todos los valores de la primera sección, ganó 11,98 puntos, el 1,42 por ciento, hasta 851,85 enteros.

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