¿Soportará
su jubilación una pensión de la mitad de su salario?
Está preparado para afrontar una
rebaja sustancial de la pensión pública por jubilación? La mayoría de los
asalariados, hasta 34.000 euros anuales, no lo está y será difícil que pueda
ahorrar lo suficiente hasta el momento de la jubilación.
Con España al borde del abismo,
pocos se han parado a pensar qué puede ocurrir con las pensiones de jubilación.
Quien más quien menos, ya había hecho los cálculos para saber cuánto podría
perder tras la entrada de la reforma de las pensiones que se aprobó el año pasado.
Los agentes del sector calculan que las pensiones de jubilación de las capas
medias salariales pasarán de una cobertura del 95 por ciento del último salario
percibido a percibir una prestación del 78 por ciento, cuando entre plenamente
en vigor en el año, que afecta a los que hoy tienen 51-52 años.
Pero, tras las últimas
advertencias del FMI, los expertos están convencidos de que esta cobertura
bajará mucho más, es posible que hasta el 50 por ciento. "Efectivamente,
hay riesgo de que la pensión pública no sólo se congele como así ha ocurrido con
el Gobierno anterior, sino que, por las exigencias normativas que conlleve la
reducción del déficit público, se amplíe la brecha entre el último salario y la
pensión pública", explica María Asunción Bauzá, socio de Cuatrecasas,
Gonçalves Pereira.
Los tres pilares del sistema de pensiones
El sistema público de pensiones
consta de tres pilares: la pensión pública, los planes de empleo (también
conocidos como planes de empresa) y los planes del sistema individual. Los
países de nuestro entorno tienen coberturas similares de la pensión pública a
las que podrían darse pronto en nuestro país: Francia (60,4%), Alemania (56%),
Estados Unidos (47,3%) o Reino Unido (37,4%), según la OCDE. Es más, según el
organismo, las personas que empiezan a trabajar ahora pueden esperar una
pensión pública media equivalente a la mitad de su remuneración en caso de que
cumplan el periodo completo de cotización, que en España es previsible que se
amplíe de los 25 años a los 40 años. La pregunta es si los ciudadanos españoles
están preparados para afrontar en un futuro muy próximo, probablemente en los
próximos cinco años, según los analistas, la brutal rebaja de las pensiones
públicas que van a tener que sufrir.
Y la respuesta de los expertos es
que no, si no se toman medidas urgentes. Entre nuestros vecinos, los ciudadanos
consiguen elevar la tasa de retorno hasta el 70 por ciento sobre su último
sueldo con las prestaciones de los planes de empleo y privados, a los que han
aportado durante su vida laboral. Sin embargo, en España, pese a que los planes
cumplen 25 años, todavía están poco desarrollados, excepto entre las capas
salariales altas, donde la tasa de cobertura de la pensión pública es, ya de
por sí, muy inferior al último salario cobrado (un 30 por ciento para un
salario neto de 6.000 euros al mes). Principalmente, indican desde la
Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva (Inverco), porque con
salarios hasta 34.000 euros brutos anuales los trabajadores obtienen una
pensión pública equivalente al 80% de su último sueldo y porque los ciudadanos
españoles preferían como ahorro para la jubilación la inversión en ladrillo y
disponer de vivienda propia en el momento del retiro profesional.
Cambio de mentalidad
Pero esta forma de hacer planes
para la vejez ya no sirve en el panorama actual. Los pisos ya se ha demostrado
que no suben continuamente y que en situaciones de crisis son un bien
prácticamente ilíquido. En teoría, este escenario debería favorecer el
desarrollo del sector de previsión para la jubilación. "Cuanto más se
reduzca la pensión pública de jubilación, mayor va a ser el espacio que quede
para el desarrollo de los sistemas privados complementarios de las pensiones
públicas. A todo el mundo cuando se jubila le gustaría tener una fuente de
ingresos que le permitiera vivir a un nivel cercano al que tenía mientras
trabajaba. Si la pensión pública se distancia de este escenario, lo lógico es
que los planes privados de jubilación tomen mayor protagonismo", explica
María Asunción Bauzá.
Sin embargo, a juicio de Ángel
Martínez- Aldama, director general de Inverco, este proceso no se va a ver a
corto plazo porque el español medio todavía no es consciente de la situación. "La
gente está pendiente de la crisis económica y de sus efectos inmediatos. Le
preocupa si va a crecer el paro o si van a subir los impuestos indirectos, como
el IVA o los impuestos especiales. Los efectos de la reforma empezarán a causar
efecto en la conciencia ciudadana cuando se apliquen en las prestaciones",
añade. Para Inverco, los planes de pensiones del segundo y tercer pilar están
preparados, lo que falta es demanda.
Según los expertos, se tiene que
dar un vuelco a modelo actual, para que se produzca un cambio que estimule las
aportaciones a los sistemas de ahorro complementario de la pensión pública. En
algunos casos, citan modelos como el británico o el francés donde hay una
obligatoriedad de aportar a planes complementarios, principalmente de empleo,
pero en España esta aportación es voluntaria y se aplica sobre todo a las
plantillas de funcionarios y empresas públicas. Es más, desde el sector señalan
que con la necesidad de recortes estas aportaciones se están congelando.
Mejorar la fiscalidad de los planes de pensiones
Respecto a los planes del sistema
individual, desde los gestores indican que se debería favorecer la fiscalidad,
al igual que con los planes de empleo. Es cierto que en el programa electoral
del Gobierno se prometió impulsar los planes de pensiones. Pero la actual
situación de recorte presupuestario hace que los analistas sean escépticos
sobre una pronta mejora fiscal. "Creo que existe margen para mejorar la
fiscalidad de los sistemas de previsión social. En concreto, que en materia de
prestaciones se separe la tributación de los rendimientos financieros de la
fiscalidad de las aportaciones y que, para favorecer el desarrollo de los
planes de empleo, se recupere la duplicidad de los límites anuales máximos a
las aportaciones", afirma María Asunción Bauzá.
Mientras, los asesores repiten
que, a falta de cambios en la normativa, son los ahorradores los principales
interesados en planificar su futura jubilación. Y señalan que aunque los
vehículos actuales, (tanto planes de pensiones como seguros de jubilación) tienen
una buena fiscalidad. Deben, sin embargo, ser exigentes con el gestor y vigilar
los rendimientos y fijarse en las comisiones.
Bajan las rentabilidades de los planes a mayo
"Tienen que definir su
perfil de inversor y programar sus aportaciones. Aunque tampoco deben
obsesionarse con las rentabilidades a corto plazos", explica Ángel
Martínez Aldama. Concretamente, tras unos buenos meses de enero, febrero y
marzo, las rentabilidades de mayo han sido malas (véase ránking adjunto). En
efecto, los planes de pensiones del sistema individuales registraron de media
una rentabilidad negativa del 4,08 % en los últimos doce meses. La volatilidad
de las bolsas y las presiones sobre la deuda española han presionado a la baja
los resultados de las carteras de los gestores y llevado a muchos planes a no
superar la inflación interanual. De los 1.181 planes registrados en las
estadísticas de Inverco, sólo 179 superan el 1,9% de inflación internual que se
registró en mayo.
Tampoco consiguen en plazos
largos superar ampliamente la inflación. Aunque las medias ponderadas alcanzan
rentabilidades del 4,65% y del 3,89%, respectivamente para los plazos de 20 y
15 años, hay que tener en cuenta que la inflación interanual se situó en esos
plazos en el 4,04% y en el 3,37%.
En las estadísticas de mayo han
llamado especial atención las malas rentabilidades a corto plazo de los planes
garantizados, "Al invertir en activo a largo plazo, han sido los que más
se han visto afectados por las últimas turbulencias. Pero los partícipes tienen
que estar tranquilos, porque precisamente en estos casos funcionan las
coberturas de garantía y como mínimo recuperan la totalidad del capital
invertido", afirma Ángel Martínez Aldama.
La
supervisión independiente de seguros tendrá que esperar
Lo mejor es enemigo de lo bueno,
dice la sabiduría popular. Y de esto sabe algo la industria del seguro. Esta
pata del sector financiero disfruta de un supervisor propio y especializado que
reconoce su idiosincrasia. Pero hay una pega: su regulador depende orgánica y
presupuestariamente del Ministerio de Economía. Es decir, del Gobierno. El
Fondo Monetario Internacional (FMI) ha incluido en su informe sobre España la
necesidad de corregir "la ausencia de independencia presupuestaria y
financiera del regulador de seguros". El contenido íntegro de dicho
documento se conoció hace unos días, si bien sus conclusiones fueron desveladas
el pasado abril.
Moncloa acata las recomendaciones
pero, en la más clásica tradición hispana, no las cumple. Al menos por el momento.
El borrador de la Ley de Supervisión de Seguros Privados (LSSP) reconoce a la Dirección General
de Seguros y Fondos de Pensiones (DGS) una "autonomía funcional en el
ejercicio de sus funciones supervisoras". Funcional, no plena.
La nueva ley de supervisión no
entrará previsiblemente en vigor hasta finales de año. En ella se especifica
que "la actuación del supervisor español debe regirse exclusivamente por
criterios técnicos y su independencia resulta indispensable por razones de
homologación con las autoridades de otros Estados dentro del sistema europeo de
supervisión financiera".
A raíz de la quiebra de Lehman
Brothers, Europa ha constituido tres autoridades supervisoras para coordinar el
control de las instituciones financieras en los 27 Estados miembros. Una se
hace cargo de la banca (EBA, en inglés), otra de los mercados (ESMA) y la
tercera de los seguros (Eiopa).
España cuenta actualmente de una
arquitectura de supervisión similar a la europea al disponer del Banco de
España, la CNMV y la DGS.
Pero solo los dos primeros son orgánicamente independientes y
previsiblemente la situación seguirá así a medio plazo porque los tiempos no
acompañan. El pasado enero, la vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de
Santamaría anunció una reducción generalizada de los organismos independientes.
En este contexto de recortes, el sector da por sentado que no es viable la
constitución de un regulador autónomo.
A las compañías de seguros
tampoco les preocupa mucho la situación. Como señala un directivo del sector,
"aunque formalmente depende de Economía, la DGS ya actúa de forma
independiente y aplica criterios técnicos en temas como la supervisión y la
intervención de entidades". La industria se siente cómoda con el statu quo
y rehúsa depender de algún regulador no especializado. "No tendría sentido
que nuestra supervisión se encomendara al Banco de España porque nos aplicaría
modelos de solvencia propios de entidades de crédito cuando el negocio
asegurador es distinto", afirma el ejecutivo. Y remata, "el modelo
actual reconoce una supervisión especializada e independiente de facto.
Francamente, no creo que la secretaría de Estado contradijera alguna vez a la
DGS y, por ejemplo, llegase a parar la intervención de una aseguradora".
Nuevo sistema de financiación
La constitución de una DGS
independiente exigiría dotar al nuevo supervisor de autonomía económica. Hoy,
depende de los Presupuestos Generales del Estado. Las aseguradoras se muestran
abiertas a desembolsar unas tasas.
En este campo, el anteproyecto de
LSSP recoge un pequeño anticipo. El Gobierno ha impuesto unas tasas por
inscripciones y certificaciones de los registros administrativos. En concreto,
la solicitud de autorización administrativa llevará un gravamen del 0,2 por mil
sobre el capital social hasta un pago máximo de 30.000 euros. Por inscribir o
modificar los demás datos registrales de una firma se aplicará una cuota de 150
euros, mientras que la entrega de una certificación exigirá pagar 15 euros por
documento.
Las cifras
15 millones de euros es el
capital social exigido para entrar en vida, responsabilidad civil, caución y
crédito.
4,4 millones de euros de capital
son necesarios para operar en cualquier otro ramo de seguro.
30.000 euros pagarán las nuevas
entidades para inscribir su autorización en la DGS.
La falta de dinero amenaza a la DGS
La supervisión no sale gratis. El
Fondo Monetario Internacional (FMI) lo sabe y llama la atención sobre la
necesidad de reforzar la financiación de la Dirección General
de Seguros (DGS) para asegurar su eficiencia.
La dura realidad económica hace
prever, a ojos del organismo internacional, que "el presupuesto del Estado
se mantendrá estancado, si es que no disminuye, en el futuro próximo". Y
esto afectará a la DGS, porque tampoco es previsible que aumente el peso del
dinero que se le asigna desde las arcas públicas. Al problema de los ingresos
se suma, de otro lado, el de los gastos. La nueva normativa internacional exige
a la DGS disponer de más gente y medios tecnológicos para aplicar la regulación
y coordinarse con otros países en la supervisión de multinacionales.
Por estas razones, el FMI
vaticina que "la efectividad de la supervisión de la DGS podría verse
seriamente perjudicada dadas las crecientes exigencias y los limitados recursos
disponibles".
El organismo que dirige Flavia
Rodríguez-Ponga manejó un presupuesto de 12,8 millones de euros el pasado
ejercicio. Casi todo el dinero provino de las arcas públicas porque la DGS no
percibe casi nada de las aseguradoras ni de los fondos de pensiones. Solo
ingresa tasas por la inscripción de nuevas compañías y el dinero de las multas
que impone. En 2011, logró 700.000 euros por tasas.
Para recortar gastos y aliviar la
carga de trabajo, el FMI propone a la DGS externalizar el departamento de
atención de reclamaciones. En él trabajan 31 personas.
Operar en el negocio asegurador
será más caro cuando entre en vigor la nueva Ley de Supervisión de Seguros Privados
(LSSP). El texto preparado por el organismo que encabeza Flavia Rodríguez-
Ponga ha fijado en 15 millones de euros el capital social necesario para
trabajar en los ramos de vida, caución y crédito, responsabilidad civil y
reaseguro. Hasta ahora, había que desembolsar 9 millones por estar presente en
estos segmentos. La factura ha subido un 66%.
Entrar en cualquier otro ramo
exigirá un capital social de 4,4 millones de euros. Supone duplicar la cantidad
necesaria actualmente para vender pólizas de accidentes, enfermedad y
asistencia jurídica (2,1 millones) y una subida del 46% para el resto de líneas
de negocio (3 millones) como autos, hogar, etcétera. En el sector adelantan que
el impacto de las nuevos requisitos de capital será limitado porque las
compañías europeas pueden desembarcar en España por medio del pasaporte
comunitario si disponen de licencia en su país de origen.
Los nuevos requisitos afectarán
principalmente a los grupos que quieran ampliar su campo de acción a nuevos
ramos y a las compañías de nueva creación. En los últimos años han proliferado
las firmas de venta directa y bancaseguros.
Los
trabajadores afectados por ERE no pactados hasta abril suben el 317,5 %
En los cuatro primeros meses del
año se autorizaron o comunicaron (con la reforma laboral, en vigor desde el 12
de febrero, se ha suprimido la autorización administrativa) 10.379 ERE, el 57,5
% más que un año antes.
Del total de trabajadores
afectados por un ERE no pactado a 6.962 les incluyeron en uno de extinción (el
148,9 % más), a 22.912 en uno de suspensión (el 334,7 % más) y a 8.498 de
reducción (el 696,7 % más).
También en los cuatro primeros
meses de 2012 ha
habido 96.214 asalariados (el 14,5 % más) a los que se les ha aplicado un ERE
pactado entre la empresa y los representantes de los trabajadores.
Para 17.199 de ellos fue uno de
extinción (el 3 % más), para 59.185 de suspensión (el 32,5 % más) y para 19.830
de reducción (el 12,4 % menos).
Si se suman las personas
englobadas en los ERE pactados y los no acordados el total ascendió a 134.586,
el 44,4 % más que entre enero y abril de 2011.
De ellos 24.161 perdieron su
empleo (el 24 % más), a 82.097 les supuso una suspensión temporal (el 64,4 %
más) y 28.328 una reducción de su jornada (el 19,1 %).
En cuanto a la causa alegada para
presentar un ERE, para 20.241 trabajadores fue problemas de tesorería o
financiación (el 40,2 % más), para 9.434 restricción de demanda y rescisión de
contratos (el 5,5 % más), para 113 quiebra, suspensión de pagos, deudas; para
3.564 baja productividad (el 1.331,3 % más) y para 55.994 aplicación de medidas
económicas (el 114,7 % más).
Para 988 personas se presentó un
ERE por razones técnicas (el 24,4 % menos), para 92 por ruinas u obras
inmuebles y falta de materia prima (el 42,8 % menos), para 43.184 por causas
organizativas o de producción (el 7,7 % más) y 903 por fuerza mayor (el 24,6 %
menos).
El sector
bancario despidió a 14.000 empleados en 2011
Los bancos y cajas de ahorros que
operan en España redujeron su plantilla en 14.367 empleados elpasado año y
cerraron 2.905 sucursales, principalmente debido al proceso de reestructuración
del sector. Al cierre de 2011, las entidades financieras españolas contaban con
223.492 empleados, 107.492 en bancos y 116.000 en cajas, segúnlos datos de la Asociación Española
de Banca (AEB) y la
Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA). Esto
supone 14.367 empleos menos que al cierre de 2010, cuando contaban con 237.859.
El mayor ajuste corresponde a las cajas, responsables de eliminar 12.165 de
estos puestos de trabajo.
Por lo que respecta a las
sucursales, al cierre de 2011 ascendían a 35.118, 2.905 menos que un año antes.
Los bancos contaban el pasado año con 14.331 sucursales, 387 menos que el año
anterior, principalmente debido a las 135 oficinas que ha cerrado Banco
Guipuzcoano, las 128 de Barclays, las 46 de Banesto, las 45 de Banco Sabadell,
las 30 de Banco Pastor y las 20 de Banca March.
Las cajas, por su parte, cerraron 2.518 oficinas, con lo que al finalizar 2011
contaban con 20.787 sucursales.
Desde UGT apuntan que la
supresión de empleos y el cierre de oficinas se debe "sobre todo" al
proceso de reestructuración de lasantiguas cajas de ahorros, ya que al
agruparse se ha prescindido denumerosas sucursales. El sindicato insiste en la
necesidad de encontrar "soluciones no traumáticas" para esta
reestructuración, es decir, que el proceso se realice mediante el acuerdo entre
las empresas y los trabajadores. En
este punto coincide el secretario general de Comfia-CCOO, José María Martínez , quien
exige que la reestructuración "se haga como hasta ahora", con
"acuerdo social".
Las pérdidas de empleo siguen la
tendencia de los últimos años,como recuerda Martínez, que estima que el sector
financiero ha suprimido 30.000 puestos de trabajo desde que empezó la crisis,
lamitad debida a la caída del negocio y la otra mitad a lareestructuración del
sector.
Banca pública
Además, los sindicatos apuntan
que esta tendencia va en aumento. UGT calcula que, solo con las medidas que ya
han sido anunciadas, 2012 terminará con 2.900 oficinas y 13.200 trabajadores
menos, "una reestructuración muy fuerte porque es un periodo corto de
tiempo". Desde CCOO no ofrecen datos de previsiones, pero advierten de que
los ajustes que se hagan a partir de ahora "van a depender de las
condiciones que ponga Europa al préstamo" que va a conceder a las
entidades financieras españolas para su recapitalización.
En ese sentido, Martínez pide
"que se limpien de incertidumbre palabras tan gruesas como
liquidación", en el sentido de que estopuede implicar la absorción de unas
entidades por otras y nonecesariamente su eliminación.
De cara al futuro, UGT aboga por
la creación de una "banca pública" con las cuatro entidades
auxiliadas por el Estado (Banco de Valencia, Catalunya Banc, Novacaixagalicia y
Bankia), porque despejaría la incertidumbre sobre su futuro, permitiría que
fluyerael crédito y evitaría "que la gente acabe llevándose los depósitos".
Los salarios
de la miseria en Portugal
Unas 605.000 personas ganan el
salario mínimo
Los 485 euros mensuales se quedan
en unos 430 netos
El poder de compra es un 23%
inferior a la media europea
La crisis no solo ha llevado
desempleo a Portugal, también ha llevado sueldos cada vez más bajos. Según los
últimos datos de la
Seguridad Social , actualmente 605.000 portugueses ganan el
salario mínimo nacional, valorado en 485 euros que se convierten en poco más de
430 euros netos en la práctica, una vez descontados los impuestos.
Con este dinero tiene que
sobrevivir Laura Carvalho, una mujer de 52 años que desde hace 12 trabaja
limpiando en una empresa de Lisboa. Con este dinero "es imposible llegar a
fin de mes", por lo que además de las ocho horas diarias, Laura trabaja
otras tres limpiando en otra empresa, y dice que "ni aún así lo
consigue". Está separada y vive con el más pequeño de sus 5 hijos, que
todavía está estudiando.
Nació en la república africana de
Santo Tomé y Príncipe, en el Golfo de Guinea, y mirando al estado de la
economía portuguesa, Laura no sólo se arrepiente de haber venido, sino que
además le aconseja a su hijo que se vaya a buscarse el futuro fuera de Portugal.
La última vez que ella consiguió ir de vacaciones a su país natal fue hace tres
años, y aunque dice que "la esperanza es lo último que se pierde",
ahora que ya no consigue ahorrar nada se pregunta si algún día podrá volver a
su país.
"Aquí los políticos no hacen
más que humillar cada vez más a los portugueses", se queja resignada
Laura, que considera que con lo que gana le da la sensación de que apenas
"sobrevive como las hormigas bajo tierra". Vive en una casa de
protección oficial pero aún así le cuesta desembolsar los 250 euros mensuales
del alquiler. A primeros de mes aprovecha para ir al supermercado después de
pagar todas las facturas de la casa, pero dice que a partir de la segunda o
tercera semana ya no tiene "ni para yogures".
Actualmente, el 10,9% de la
población activa portuguesa vive más o menos en la misma situación que Laura,
una cifra que se ha disparado durante los últimos años, ya que hace cuatro años
sólo el 6% de la población activa ganaba el salario mínimo. Las mujeres son las
que se llevan la peor parte, sobre todo en sectores como la limpieza y la
hostelería.
Y mientras algunos políticos,
dentro y fuera de Portugal, insisten en que hay que bajar los sueldos para
hacer la economía más competitiva, Paulo Lorenço, vigilante de seguridad en una
farmacéutica, se pasa el día "con la calculadora en la mano" para
poder llegar a fin de mes. A sus 47 años, está casado y tiene dos hijos, y
explica que sus 700 euros netos apenas dan para pagar la letra de la casa y las
facturas.
El sueldo de su mujer es para
pagar el resto de las cosas. "No podemos hacer excursiones ni demasiados
extras, compramos lo esencial, por las noches sólo cenamos pan y sopa, y
estamos siempre atentos para ver cuál es la gasolinera que tiene los precios
más bajos", explica. En esta línea del ahorro y la austeridad educa a sus
hijos, en especial al mayor, de 20 años, que estudia y ya trabaja para
"aprender el valor del dinero". Y aunque en su empresa cada vez se
trabaja menos horas –porque los clientes también están recortando gastos-, de
momento Paulo da gracias por tener al menos un empleo.
Según el Instituto Nacional de
Estadística, el poder de compra de los portugueses es un 23% inferior a la
media europea y esto se debe, sobre todo, a los sueldos bajos, una situación de
la que no escapan los jóvenes, que son, por otro lado, los más afectados por el
desempleo, con una tasa superior al 36%. Y cuando los jóvenes portugueses
tienen la suerte de acceder a un puesto de trabajo, tienen que conformarse, en
la mayoría de los casos, con el sueldo mínimo nacional.
Es más o menos lo que le pasa a
Joana Garnecho, de 24 años, auxiliar de educación en una guardería a las
afueras de Lisboa desde hace 2 años. Gana 445 euros netos al mes por lo que es
para ella "impensable" emanciparse de la casa de sus padres e irse a
vivir con su novio, que gana poco un poco más. De momento, Joana ha optado por
comprarse un coche para poder ir a trabajar y estudiar Educación Infantil y
Primaria para "intentar ganar un poco más en el futuro", aunque lo
dice poco convencida.
Sumando todos sus gastos –los de
la facultad y la letra del coche- le quedan tan solo unos 100 euros para pasar
el mes. "Ahora voy menos al cine o a cenar fuera y las vacaciones son o
unos días de camping o a casa de familiares, y aun así ya gastamos mucho en
peajes y gasolina", explica Joana, que se pregunta si las cosas van a
cambiar en Portugal o si "van a ir cada vez a peor".
La banca
"rescata" al Ibex de la ola bajista que dominó en los parqués
europeos
El selectivo español se desmarcó
de la tónica bajista que este viernes predominó en las principales plazas
bursátiles europeas. Parece que el análisis de las consultoras Oliver Wyman y
Roland Berger han hecho sobre el sector bancario español, que prevé una
recapitalización de 62.000 millones de euros para sanear a la banca, ha
convencido a los inversores. Así, este viernes, el Ibex 35 se disparaba un
1,52%, hasta los 6.873,3 puntos con Banco Popular y Banco Sabadell en cabeza
subiendo un 10,5% y un 8,5% respectivamente.
El resto del sector también se
apuntó grandes revalorizaciones ya que Bankinter (7,17%), Bankia (5,21%),
CaixaBank (4,46%), BBVA (0,94%) y Banco Santander (1,07%) terminaron liderando
en verde. Fuera del sector bancario, ACS (7,22%), FCC (4,46%), Ferrovial
(4,25%) e Iberdrola (3,45%) también lograron "colarse" entre las
mayores subidas de la
jornada. En el caso de la eléctrica, su fuerte subida se
debió a la mejora en las previsiones de crecimiento para 2012 por parte del
presidente de la compañía, Ignacio
Sánchez Galán.
El Ibex recibió su último impulso
por parte del Consejo Europeo, donde Alemania, Francia, Italia y España
acordaron estudiar un plan de crecimiento económico por valor de 130.000
millones de euros, que supone el 1% del PIB de la Unión Europea. Entre
las medidas acordadas destacaba la aprobación de un tasa Tobin para las
transacciones financieras.
La prima de riesgo reaccionó a la
baja y terminó relajándose hasta los 479 puntos desde los 517 que llegó a
marcar en las primeras horas de cotización. El bono de deuda a diez años
terminó pagándose a 6,38%.
En el mercado pasó prácticamente
desapercibido que Moody's rebajara el rating a 15 entidades financieras en todo
el mundo, incluidas cinco bancos cotizados en Wall Street: Bank of America,
Citigroup, Goldman Sachs y JP Morgan. Entre las europeas destacan el alemán
Deutsche Boerse, el francés BNP Paribas y el helvético Credit Suisse.
"Estos bancos tienen una significativa exposición a la volatilidad y el
riesgo por las grandes pérdidas vinculadas a sus actividades en los mercados de capitales", señalaba en
su nota la agencia de rating.
Muy distinto era el panorama en
el resto de bolsas europeas. Fráncfort lideró los descensos tras ceder un
1,26%, seguida de Londres (-0,95%), París (-0,75%) y Milán (-0,65%). Mercados e
inversores se mostraron preocupados después de que encuesta IFO alemana sobre
el clima económico marcara en junio su nivel más bajo de los últimos dos años.
Durante el último mes, el indicador bajó hasta los 105,3 puntos desde los 106,9
que registró en mayo.
En el mercado de materias primas,
el precio del crudo volvía a recuperar valor tras el fuerte varapalo sufrido el
pasado jueves. El barril de crudo Texas, de referencia en Estados Unidos, se
revalorizaba cerca de un 2%, hasta pagarse a 90,8 dólares. El barril de Brent,
su homólogo europeo, subía un 1,6%, hasta rozar los 80 dólares. El oro, por su
parte, se mantenía en terreno negativo al ceder un 0,3%, hasta los 1.566
dólares la onza.
En el mercado de divisas, el euro
reaccionó con una subida hasta los 1,258 dólares a las conclusiones a las que
llegaron Alemania, Italia, Francia y España. Pero finalmente, la euforia
inicial se diluyó hasta terminar cotizando a 1,255 dólares.
Wall Street
cierra con un ascenso del 0,53% en el Dow Jones de Industriales
Wall Street incrementó hoy su
avance en la recta final de la jornada y el Dow Jones de Industriales, su
principal indicador, subió el 0,53% como un efecto rebote tras la caída de la
víspera, cuando vivió su segundo peor día de 2012.
Ese indicador, que agrupa a
treinta de las mayores empresas cotizadas de EEUU, sumó 67,21 puntos para
acabar en las 12.640,78 unidades, al tiempo que el selectivo S&P 500 ganó
el 0,72 % (9,51 puntos) hasta 1.335,02 unidades y el índice compuesto del mercado
Nasdaq el 1,17 % (33,33 puntos) hasta 2.892,42 unidades.
El rebote en el parqué
neoyorquino fue permitido principalmente por la subida del 1 % que registró el
sector financiero un día después de que la calificadora Moody's
degradase la nota de quince grandes bancos, entre ellos cinco de los pesos
pesados de Wall Street.
Las rebajas fueron recibidas con
alivio entre los inversores neoyorquinos, que habían temido que fueran más
severas, por lo que Bank of America subió el 1,53 %, JPMorgan Chase el 1,35 %,
Morgan Stanley el 1,29 % y Citigroup el 0,57 %, aunque Goldman Sachs bajó el
0,29 %.
Así, tan solo tres de los
integrantes del Dow Jones acabaron a la baja liderados por la cadena minorista
Walmart (-0,59 %), mientras que el lado de las ganancias lo capitanearon la tecnológica Microsoft
(1,87 %), la
farmacéutica Merck (1,85 %), el mencionado avance de Bank of
America y la cadena
Home Depot (1,48 %), entre otras.
Fuera de ese índice el fabricante
de automóviles General Motors bajó el 0,19 % tras anunciar que aumentará más
del doble su capacidad en la planta de San Petersburgo como parte de una
inversión de 1.000 millones de dólares en Rusia en los próximos cinco años.
Mientras, su competidora Ford
bajó el 0,78 % después de que la Dirección Nacional de Seguridad en el Tránsito
Vial de EEUU anunciase que investiga quejas que pueden afectar a más de 170.000
vehículos de esa empresa y de Chrysler por problemas con el volante y
atascamiento del motor.
En el mercado Nasdaq sorprendió
el sólido avance de la red social Facebook (3,8 %), que reconquistó los 33
dólares por acción, y también subieron las tecnológicas Google (1,11 %), Apple
(0,77 %), Amazon (0,72 %), entre otras.
En otros mercados el petróleo de
Texas subió el 1,99 % hasta 79,76 dólares por barril, el oro ascendió a 1.566
dólares la onza, el dólar perdía terreno frente al euro (que se cambiaba por
1,2565 dólares) y la rentabilidad de la deuda pública estadounidense a diez
años progresaba al 1,67 %.
El Nikkei
baja 63,73 puntos, el 0,72 por ciento, hasta 8.734,62 puntos
El índice Nikkei de la Bolsa de
Tokio cerró hoy con un descenso de 63,73 puntos, el 0,72 por ciento, y quedó en
8.734,62 unidades.
El índice Topix, que agrupa a
todos los valores de la primera sección, cedió 5,70 puntos, un 0,76 por ciento,
hasta 745,22 enteros.
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