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lunes, 5 de septiembre de 2011

Prensa 5 de septiembre

Trabajo rechaza nuevos cambios en la tramitación de la reforma de convenios


El Ministerio de Trabajo cuenta con no culminar el actual trámite parlamentario de la reforma de la negociación colectiva como proyecto de ley. Sí confía, por el contrario, en sacar adelante la convalidación del último decreto de medidas laborales en el Congreso.

Tras la aprobación en el Consejo de Ministros del último decreto de medidas laborales (con un nuevo contrato de formación, la posibilidad de encadenar temporales sin límites hasta 2013 y la prórroga del Plan Prepara) se creó una situación de "intercambio de cromos" en la negociación parlamentaria de esta iniciativa, por una parte, y de la reforma de los convenios, por otra.

El Gobierno aprobó hace un par de meses la reforma de la negociación colectiva de forma unilateral, sin el acuerdo de patronal y sindicatos, y usando la vía del decreto. Cuando este texto llegó al Parlamento, los grupos obligaron al Ejecutivo a tramitarlo como proyecto de ley, lo que abría la posibilidad de incorporar modificaciones al texto. De hecho, los negociadores por parte del Gobierno llegaron a pactar en un primer pleno la futura incorporación de algunos cambios exigidos por los nacionalistas, fundamentalmente un mayor peso de los convenios autonómicos.

Dicho esto, y tras el adelanto electoral al 20 de noviembre, los planes del Ejecutivo cambiaron y, en privado, fuentes cercanas a la negociación admiten que su intención era alargar esta tramitación hasta que fuera imposible sacarla adelante por la disolución de las Cortes. De esta forma, se mantendría en vigor el decreto aprobado, sin ninguna modificación proveniente de los nacionalistas.

Pero estos planes se tambalearon tras la aprobación el pasado 26 de agosto de un nuevo decreto de medidas laborales, ya que el Gobierno necesita ahora apoyos parlamentarios para convalidar esta norma en el Congreso de los Diputados. Si la mayoría de los grupos votara en contra de esta convalidación, el decreto debería derogarse, con lo que el contrato formativo, el encadenamiento de temporales y la prórroga de los 400 euros dejarían de estar en vigor. Esto nunca ha ocurrido en la historia parlamentaria.

Ante esta necesidad de apoyos, CiU y PNV están intentando ofrecer su respaldo a esta convalidación como moneda de cambio para forzar al Gobierno a que termine la tramitación parlamentaria de la reforma de convenios e incluir así los cambios que ellos persiguen.

De momento, los responsables de Trabajo han dicho públicamente que su intención es "cumplir los compromisos parlamentarios". Esto es, esperar a que termine el plazo de enmiendas, el próximo día 10, con lo que no hay tiempo material para terminar la tramitación de la reforma como proyecto de ley. El Gobierno se quedaría por tanto sin el respaldo nacionalista para convalidar el decreto laboral, pero "confía" en el apoyo a última hora del PP en forma de abstención, según estas mismas fuentes.

Novedades ya vigentes en la negociación colectiva

Si finalmente el actual trámite parlamentario de la reforma de los convenios como proyecto de ley queda en vía muerta, como pretende el Gobierno, el texto que quedará vigente en la legislación laboral es el del decreto que entró en vigor el pasado 11 de junio.

Las principales novedades de dicho decreto son la primacía de los convenios de empresa sobre el resto, salvo pacto en contrario de los representantes sindicales y patronales en el sector; una mayor facilidad para que las empresas se acojan al descuelgue salarial ante una "disminución persistente de su nivel de ingresos"; y la creación de nuevos plazos para la denuncia del convenio (tres meses) y su negociación (entre 8 y 14 meses). Patronal y sindicatos tienen un año para fijar sistemas de mediación si transcurrido ese plazo no hay acuerdo.

 

La inflación de la eurozona se mantiene en el 2,5% en agosto


La tasa de inflación de la zona euro se situó en agosto en el 2,5%, el mismo nivel alcanzado el mes anterior, según el indicador adelantado de inflación publicado por la oficina europea de estadística, Eurostat.

Por su parte, el Instituto Nacional de Estadística (INE) informó ayer de que el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) de España alcanzó en agosto el 2,7%, lo que reduciría a dos décimas el diferencial con la eurozona.

La estimación de inflación de la eurozona combina información histórica y datos sobre la evolución reciente de los precios. En los dos últimos años, el dato adelantado coincidió en veinte ocasiones con el definitivo, mientras que en los cuatro meses restantes la desviación fue sólo de una décima.


 
Diez claves para analizar el paro


El paro ha aumentado en agosto tras cuatro meses de caídas. ¿Qué ha pasado? A continuación, las claves para analizar este giro en el mercado laboral.

1- Fin de la racha. El paro aumenta en 51.185 personas (un 1,25%) en agosto hasta los 4.130.927 y rompe una racha de cuatro meses consecutivos de caídas.

2- El mercado de trabajo repite el patrón. En agosto el paro ha aumentado siempre en la última década. Desde Trabajo se reconoce que se debe a una mala práctica: las empresas despiden en agosto a sus empleados para no pagarles vacaciones.

3- El aumento del paro va perdiendo virulencia y se acerca a los niveles precrisis. Este año se han registrado 51.185 parados más en agosto frente a los 61.083 que aumentaron en el mismo mes de 2010, los 84.985 de 2009 y los 103.085 de 2008. Sin embargo, la subida de este mes se acerca a la que hubo en 2007, cuando el número de desempleados se elevó en 57.958 personas.

4- El efecto bálsamo del turismo ha llegado a su fin. Si los servicios protagonizaron los descensos del paro de los últimos cuatro meses por el auge de la temporada turística, en agosto vuelven a la primera plana por el motivo contrario. El desempleo aumentó en este sector en 37.707 personas, aglutinando más del 70% del aumento del paro en este mes.

La construcción siguió contribuyendo también en negativo con 10.392 parados más (1,44%) y en la industria lo hizo en 9.421 (2%)

5- Sólo ha disminuido el paro en la agricultura, concretamente en 2.467 personas. Esto se explica por la contratación de temporeros para cubrir la recolección de productos agrícolas en esta época.

6- El paro baja sólo en tres comunidades: en Canarias (-1.151), La Rioja (-402) y Navarra (-337). Sube, en cambio, en las 14 comunidades autónomas restantes, encabezadas por Cataluña (13.779) y Andalucía (10.954).

7- El desempleo afecta casi igual a hombres y mujeres. Hay 2.029.601 de hombres en paro al subir 27.079 (1,35%) y 2.101.326 de mujeres en situación de desempleo, al incrementarse en 24.106 desempleados (1,16%) en relación al mes de julio.

8- Los jóvenes menores de 25 años se libran del aumento del paro y firman cinco meses en descenso. Concretamente, entre este colectivo el desempleo se reduce en agosto en 1.388 personas (-0,33%) respecto al mes anterior.

9- Los extranjeros también esquivan las malas noticias del mercado laboral y reducen el número de parados en 8.544 respecto a julio, una tendencia que se repite en todos los perfiles (hombres, mujeres, mayores de 25 años y menores de esa edad). Los servicios han sido el sector en el que más ha descendido el paro entre los extranjeros (-2.632), seguido de la agricultura (-2.273) y la construcción (-834). La única actividad en la que sí ha subido el desempleo es en la industria (92).

10- La Seguridad Social pierde efectivos. Exactamente, perdió una media de 136.834 afiliados en el mes de agosto. Esta caída en la afiliación también corrobora un cambio de tendencia y augura un aumento de paro en los próximos meses. Si se sigue el patrón de los últimos años, el otoño será una mala época para el invierno. En 2010 el paro subió en el segundo semestre todos los meses a excepción de diciembre que se redujo ligeramente. En enero de 2011 volvió a aumentar y no cambió de tercio hasta abril, temporada en la que el turismo empezó a animar las contrataciones.



El paro vuelve a subir en agosto y enturbia las perspectivas del otoño


El desempleo aumenta en 51.185 personas, menos que el año pasado, y las afiliaciones de la Seguridad Social caen en 136.835 ocupados.

Después de cuatro continuados meses de descensos, el paro volvió a aumentar el pasado mes de agosto. Se han sumado 51.185 personas más a los registros de las oficinas del Servicio Público de Empleo, y la cifra total de parados se sitúa en 4.133.927, de acuerdo con los datos publicados ayer por el Ministerio de Trabajo. No por ser un aumento anunciado deja de ser una mala noticia, que, además, genera más incertidumbre sobre el comportamiento del mercado laboral hasta final de año, a la vista del debilitamiento de la economía que comienzan a apuntar algunos indicadores.

Por la parte de la ocupación, las cifras de agosto tampoco son positivas. La cifra media de afiliados en la Seguridad Social, que equivaldría al número de personas que tiene trabajo, se redujo en 136.835 personas. En términos desestacionalizados, la cifra de afiliaciones cae por cuarto mes consecutivo.

Tampoco la contratación muestra una mejoría apreciable. La cifra de contratos firmados a lo largo del mes se movió en torno al millón, como suele ser habitual, el grueso de ellos temporales. Y además, los indefinidos sigue descendiendo: en agosto se firmaron un 1% menos que en el mismo mes de 2010, mientras que en el acumulado del año, el descenso de loscontratos fijos cae un 3,54%.

Desde hace diez años, el mercado laboral tiene un comportamiento negativo en agosto. Es un hecho al que los responsables del Ministerio de Trabajo se aferraron para tratar de relativizar el dato publicado ayer. Los empresarios, abusando de la normativa laboral y bordeando la ilegalidad, dan de baja a sus trabajadores en el mes de vacaciones por excelencia, para volver a contratarlos en otoño. Los sindicatos han censurado la "pasividad" del Ministerio de Trabajo, al que le reclaman que dé instrucciones "claras y contundentes" a la Inspección laboral para que persiga estas prácticas.

El aumento del paro del pasado mes ha sido inferior al producido en los últimos agostos, pero trunca una racha de descensos favorecidos por la llegada de la temporada estival. Pero el balance de esos cuatro meses previos no es tan favorable como hubiera cabido esperar tras la mejora del turismo este año: entre abril y julio, el registro del desempleo se redujo en 254.000 personas; un año antes, en ese mismo periodo, en un contexto menos positivo, la reducción fue de 258.000 personas.

Ahora, sube en agosto, y es previsible un nuevo repunte con el mes de septiembre. Para la patronal de las ETT, Agett, los datos del desempleo siguen sin anunciar una salida de la recesión laboral y auguran "un nuevo fin de año nefasto para el empleo".

Para el Gobierno, sin embargo, las cifras no alteran en lo sustancial sus estimaciones. La secretaria de Estado de Empleo, Mari Luz Rodríguez, señaló ayer que el aumento del paro del mes pasado "no enturbia" la previsión de que este año cerrará con una leve creación de empleo neto. El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, fue incluso más allá y aseguró que la creación de empleo "ya está cerca".

CCOO señaló que el paro de agosto muestra una situación "preocupante", y reclamó medidas que generen actividad y ayuden a crear empleo. Su secretario general, Ignacio Fernández Toxo, afirmó que las cifras son "malas, sin ningún tipo de paliativos". UGT enfrentó los datos del desempleo a las últimas medidas del Gobierno. "Ni la reforma constitucional para limitar el déficit ni los recortes sociales reactivarán la actividad económica ni el empleo; sólo empeorarán la situación", subrayó en un comunicado. Desde el otro lado, la patronal CEOE esgrimió las cifras del desempleo para abogar por nuevas reformas en el mercado laboral y en la negociación colectiva.

Prestaciones

La cobertura del desempleo, esto es, los parados que reciben una prestación, fue del 71,4% en julio, frente al 79,81% de un año antes (Trabajo publica esto datos con un mes de retraso). El gasto en prestaciones ascendió a 2.400 millones, un 7,1% menos que en los siete primeros meses de 2010.

 

Las cajas disparan el coste del despido en el sector a 97.000 euros por empleado


La indemnización media por despido en España ronda los 12.000 euros. El fuerte ajuste de empleo llevado a cabo durante el primer trimestre en las cajas de ahorros, donde se han pagado elevadas bajas incentivadas en parte sufragadas con las ayudas públicas del FROB, disparó este coste a 97.000 euros de media para cada empleado del sector financiero. Cuatro veces más que en 2008.

La factura de reestructurar el sistema financiero español está resultando mucho más elevada de lo que cabía imaginar. El coste medio de la indemnización por despido en el sector ascendía a 24.357 euros a comienzos de 2008. En el primer trimestre de este año, sin embargo, cuando ha tenido lugar buena parte del ajuste laboral de las cajas de ahorros españolas, la cuantía del finiquito medio que recibió cada trabajador saliente se disparó hasta los 96.922 euros. Un desembolso cuatro veces más elevado que el que le suponía a una entidad prescindir de un trabajador al comienzo de la crisis. Un coste que multiplica por ocho el de la indemnización media española, situada en los 12.119 euros, y que ha sido sufragado, en parte, con fondos públicos.

Aunque el sector financiero cuenta con unos sueldos más altos que los de la media, esta diferencia no termina de explicar por qué la indemnización resulta tan alta. El sueldo promedio de un trabajador de banca o seguros ronda los 4.127 euros, frente a los 1.819 euros que recibe el asalariado medio del conjunto de sectores según los datos recogidos por el INE. Tomando solo esta variable, por tanto, lo lógico es que la indemnización fuera algo más del doble de la media, en lugar de ocho veces más.

Parte del quid de la cuestión radica en el hecho de que el sector ha acudido tradicionalmente a la vía de las prejubilaciones para llevar a acabo sus ajustes. En esta ocasión, sin embargo, el elevado volumen de personal del que debían prescindir rebasaba el número de personas cercanas a la jubilación y obligó a incluir a grupos de menor edad. La opción complementaria que han ofrecido muchas firmas es la de acogerse a bajas incentivadas, por la vía de un ERE, en las que la empresa se compromete a pagar un monto mayor que el de la indemnización mínima exigida (20 días por año trabajado si el despido es procedente, o 45 días si no está justificado) a cambio del cese voluntario. En algunas entidades, a este cálculo por jornadas se le ha sumado una prima fija de miles de euros para todos los interesados, independientemente de su antigüedad.

Es el caso de Bankia, una de las entidades que mejores condiciones ofreció a los trabajadores que aceptaran marcharse. El nuevo banco llegó a ofrecer indemnizaciones por encima de los 60 días de salario, según confirman fuentes sindicales, con primas de entre 10.000 y 30.000 euros. La firma que preside Rodrigo Rato ha aprobado 3.756 salidas, de las que un 76% quedaron cerradas durante los tres primeros meses de 2011.

Inviable sin fondos públicos

Otro de los factores, fruto de las fusiones multibanda que han tenido lugar (de hasta siete cajas entre sí), es que la duplicidad de puestos directivos ha obligado a prescindir de altos cargos, con salarios muy superiores a los de la media o cláusulas que incluyen cuantiosas indemnizaciones en caso de despido. Unas cifras que suben mucho la media.

A estas peculiaridades se les suma la facilidad que ha tenido el sector de disfrutar de una inyección de liquidez pública destinada a sufragar la reducción de su estructura. Sin contar lo que termine aportando para reforzar su capital, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) ha concedido crédito por más de 10.000 millones de euros para reformar las cajas. "Sin el FROB, el ajuste que se ha llevado a cabo en banca no hubiera sido posible. Al menos, no en estas condiciones, con tanto volumen de personal saliente o con esas cuantías de indemnización", reconoce Joan Sierra, representante de los trabajadores del sector de ahorro de CC OO. Entre los casos más destacados, por volumen monetario y de plantilla se encuentra el citado recorte de Bankia, entidad que había recibido 4.465 millones de euros de las arcas públicas. Novacaixagalicia, que cerró en el primer trimestre la mitad de las 1.230 salidas anunciadas, había cobrado del FROB 1.162 millones. Catalunya Caixa, con tres tercios de los 1.300 salidas ejecutadas a marzo, había percibido 1.250 millones de capital estatal.

Menos fondos para los próximos recortes

Las cajas de ahorros españolas en las que se detectaron necesidades de capital han prescindido de 9.230 empleados en lo que va de proceso de reestructuración del sector. Les resta una cuarta parte del ajuste, hasta las 12.108 salidas que hay anunciadas. Para cumplir con el calendario del Banco de España deberán culminar el proceso antes de finales de año. Aunque algunas firmas, como Banca Cívica, ya tienen hechos prácticamente todos los deberes, otras, como Cajastur, tienen por delante el grueso del proceso.

La caja asturiana tiene pendiente 1.000 de los 1.500 procesos previstos. BMN, a su vez, ha de ejecutar aún un 20% del ajuste, que afecta en total a 1.049 trabajadores. Sin embargo, el proceso más complejo que queda pendiente es el de Caja Mediterráneo (CAM). Su intervención por parte del Banco de España para su posterior cesión a un eventual comprador privado dejará en manos de este un recorte que se prevé dramático.

Por el momento, sin embargo, los 10.066 millones de euros que ha concedido el FROB a las cajas -más el montante que se destine a CAM- han ayudado a engrasar el proceso de ajuste de empleo más ambicioso que ha encarado el sistema financiero español. La posibilidad de ofrecer fuertes indemnizaciones en forma de bajas incentivadas, primas y prejubilaciones ha permitido llegar a acuerdos relativamente rápidos e indoloros con los representantes de los trabajadores.

Estos se temen, sin embargo, que la situación cambie en la próxima ronda de salidas que tenga lugar. "Ahora hemos tenido el FROB, pero las condiciones actuales no van a ser siempre tan buenas", expone Joan Sierra, de CC OO. La crisis que vive el negocio y la tendencia a seguir reduciendo oficinas hace prever que en los próximos años terminarán produciéndose nuevos recortes del gasto, previsiblemente por la vía del empleo. La falta de fondos que se daría si toca acometer más recortes podría fulminar la calma con la que las cajas han afrontado este proceso. Ejemplo de ello es lo que ocurre en Bankinter, donde el uso del despido usual como fórmula de ajuste ha provocado intensas protestas en la plantilla, la última el viernes.



Adiós a las jornadas de trabajo interminables


Más horas en la oficina no es sinónimo de un mejor resultado. Las jornadas maratonianas no son buenas para nadie y solo consiguen lastrar la productividad de las empresas. Para reducir el tiempo en la oficina y mejorar los resultados es necesario: aprender a definir funciones, contar con un buen líder y apostar por el trabajo flexible.

Los españoles son de los europeos que más tiempo dedican a la faceta laboral. Según datos de Eurofound, la media anual de horas que se pasa en el trabajo en nuestro país es de 1.720, es decir, 26 más que los ingleses y 65 más que los alemanes. Pero los niveles de competitividad siguen siendo más bajos que los del resto del continente. La mala gestión del tiempo es el principal problema de para pasar menos tiempo en el trabajo.

Una buena planificación es clave si no se quieren pasar horas de más enfrente del ordenador. Aplicar una serie de pautas y abrirse a nuevas formas de trabajo le ayudaran en la tarea:

1. Definición de funciones Aprender a diferenciar tareas y darle la prioridad que merece cada una será primordial. Para conseguirlo, una buena fórmula que propone David Comí, socio-director de Incrementis, es establecer timings o externalizar las tareas de menor valor añadido.

2. Retribución variable ligada a objetivos Esta medida es una herramienta muy eficaz que reportan muchas ventajas. Cuando el empleado conoce qué beneficios obtendrá si consigue las metas que le han establecido para un periodo de tiempo determinado, su motivación aumenta.

3. Revisión de la jornada Desde la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles se insiste en que una jornada continua o intensiva favorece la concentración de los trabajadores y su rendimiento al sentir más cerca el horario de salida.

4. Modelos de liderazgo y productividad Como indica Eduardo Navarro, socio-director de Improven, toda entidad necesita buenos líderes, con alta motivación y capacidad de comunicación, que sepan definir bien los procesos de productividad y que adopten buenos modelos en la toma de decisiones�

5. Apender a delegar Es imposible abarcar todas las tareas. Por ello, para disponer del tiempo suficiente para cumplir los objetivos marcados cada día se deben repartir las funciones entre todo el equipo.

6. Enseñar a los empleados a potenciar el rendimiento. Mantener la atención, frente a la ingente cantidad de distracciones e interrupciones, no es fácil. Como señala Jaime Bacás, socio-director de Atesora, es necesario aumentar las habilidades que ayudan a reponer los niveles de energía gastados.

7. Dejar de hablar y pasar a la acción Las quejas y lamentaciones por falta de tiempo sin poner remedio sólo aumentarán su permanencia en el puesto de trabajo.

8. Fomentar el trabajo parcial y el teletrabajo Todos los expertos coinciden en que cambiar algunos modelos de trabajo potenciaría la productividad. Sobre todo aquellos que facilitan la asignación de objetivos definidos.

9. No irse después del jefe Recuerde ponerse un horario de salida. Seguir trabajando cuando ya se ha perdido toda la capacidad de concentración sólo le llevará a cometer errores que luego tendrá que corregir.

Una buena organización en el trabajo evitará pasar periodos interminables en la oficina.



‹‹ Los funcionarios deben ser como trabajadores del sector privado››


Su paso es firme. Denota seriedad. Pero en su cara se advierte cierta distensión. Se acerca sonriente. Aún en camisa de manga corta.«Quiero pensar que aún no se ha acabado el verano. Las vacaciones han sido tan cortas que puedo decir que prácticamente no he tenido. Pero la situación no era para menos. Había que estar al pie del cañon». Se muestra, sobre todo, optimista de cara al futuro más inmediato. El último acuerdo de consenso entre los dos grandes partidos políticos le ha llenado de satisfacción.

—El pasado viernes, Gobierno y PP llegaron a un pacto histórico de consenso de cara a reformar la Constitución para añadir el límite de déficit y deuda. ¿Podría ser un paso adelante hacia nuevos acuerdos de consenso?

—Me ha parecido fantástico. Y me hubiera gustado mucho más si no hubieran sido solo los dos grandes partidos los que hubieran llegado a tal consenso. Cuantos más mejor. Ójala sea el primer paso para que el máximo número de partidos del marco parlamentario español empezasen a pactar acuerdos de forma conjunta. Este país lo necesita, tanto para el medio como para el largo plazo, y no tanto para el corto. Para ello se necesitan más consensos políticos y sociales. Tenemos muchas reformas por hacer, tanto si queremos como si no, porque la situación económica que hemos vivido en los últimos años no va a volver. Vamos a pasar unos años de crisis importante, de hecho los estamos pasando. 2007, que fue el último año de esplendor tanto de la economía española como de la mundial, queda muy lejos, empezamos a tener ya muchos años en los que los crecimientos económicos son endebles, como fue en 2010, está siendo en 2011 y seguirá en 2012, y nos hemos olvidado ya de la gran recesión de 2009. Nos tenemos que acostumbrar a este crecimiento y no nos queda otro remedio que hacer reformas estructurales, y quien mejor las haga y más rápido más posibilidades tendrá de afrontar un futuro estable.

—Comienza el nuevo curso político, aunque las vacaciones ni siquiera han cerrado el anterior, ¿qué balance hace de su casi primer año al frente de la patronal?

—Desde mi entrada, el curso ha sido tremendamente intenso. Constantes contactos con políticos y agentes sociales. De esos contactos se ha intentado lograr algún gran pacto, que al final no ha salido, pero no creo que hayamos perdido el tiempo. Sobre la mesa hemos dejado muchos asuntos. De hecho, ha salido un acuerdo muy positivo e importante, el de la reforma de las pensiones, y sobre todo en el momento en el que lo hicimos. Hicimos lo que había que hacer, tanto empresarios como sindicatos.

—Pero con todos los frentes abiertos que hay ¿no echa de menos haber logrado algún acuerdo más?

—Hay que valorar que si bien no ha habido otros grandes acuerdos, sí hemos avanzado en muchos temas, que si bien luego no se plasmaron en acuerdos concretos, hemos logrado acercar posturas, que estaban muy alejadas. Tanto unos como otros estamos viendo lo que se está haciendo en otros países, donde igualmente los agentes sociales acercan posturas, y nos vamos concienciando de que no nos podemos quedar en el inmovilismo y arriesgar un poco más. Eso es lo que estamos pidiendo desde el mundo empresarial, un mundo que por sí mismo es muy arriesgado. Los empresarios somos aventureros, cuando una cosa no funciona, ponemos en marcha otra, y si no funciona, ponemos en marcha otra, hasta que logramos el éxito. Por ello, cuando hacemos, por ejemplo, en materia laboral, planteamientos de nuevos tipos de contratos, proponemos cosas que no tienen por qué ser eternas. Hay que proponer cosas para ver si funcionan. Hay que intentar crear riqueza, y se crea riqueza creando empleo. El empleo del futuro no vendrá de las grandes empresas ni de las grandes corporaciones. Va a venir del pequeño empresario, seguramente de empresas que todavía no han nacido, y tenemos que convencerles para que se crean, con condiciones flexibles que les anime a ello. Ese será el empleo del futuro.

—El tema de los funcionarios es un asunto que siempre conlleva polémica, y cuando le preguntan, parece que sus respuestas dan muchos titulares...

—Lo sé. Pero yo voy a seguir diciendo lo mismo, aunque malinterpreten mis palabras. En España, como en cualquier otro país, hay muchísimos funcionarios y muchos, muy buenos. Especialmente en dos sectores clave de la economía, en Sanidad y en Educación. Hay otros funcionarios, que el problema no es suyo. El problema es que no tienen competencias, porque éstas se han transferido del Estado central a las autonomías. Se han quedado sin trabajo, y por buenos que sean, no tienen nada que hacer. Y cuando esto pasa en el sector privado, pues se pone en evidencia que hay que reestructurar la situación. También digo, aunque siempre se malinterpreta, que creo que es bueno evaluar a los funcionarios y que tendrían que tener una parte de salario fijo, y otra variable, en función de lo que tengan que aportar. Tienen que ser cada vez más parecidos a los trabajadores del sector privado, en todos los aspectos, es decir, en cuanto a pensiones, sanidad, en cuanto a horarios, etcétera. Con las mismas ventajas y los mismos inconvenientes. Ni más, ni menos

—¿Y sobre los políticos?

—Lo he comentado en muchas ocasiones, y también ha sido malinterpretado, pero sigo reafirmándome en mi postura: creo que los políticos españoles deberían ganar más dinero. No es posible que el presidente del Gobierno gane lo que gana. Debería ganar dos o tres veces más. Y los diputados en el Parlamento, también.

—Todo parece indicar que habrá un cambio político en el seno del Gobierno, reforma laboral, negociación colectiva... aún sigue todo patas arriba...

—Ha habido pequeñas pinceladas o avisos de por dónde deben ir cada una de estas reformas, pero han sido insuficientes. Sobre todo en lo que se refiere a la reforma laboral. Vamos a ver si en el futuro somos capaces de convencer tanto a sindicatos como a los partidos políticos de que debemos cambiar de dirección.

— A lo mejor con un nuevo Gobierno...

—No es un problema de cambio de Gobierno, es un problema de cambio de mentalidad de la propia sociedad española. Ahora mismo en nuestra sociedad existen muchos trabajadores con contratos muy distintos. Muchos con contratos indefinidos que están la mar de contentos. Otros, que son los que trabajan en el sector público, de los cuales algunos tienen contratos indefinidos, que son los funcionarios, y otros que no tienen contrato indefinido, que son los temporales... Otro gran grupo son aquellos que tienen contratos temporales fuera de la administración que están con la inseguridad de que les despidan, por ser los de menor coste, otro de los grandes temas que debemos retomar en el futuro. Y luego, por último, tenemos un grupo en comparación enorme, de casi cinco millones de personas, que están en paro. Demasiados grupos, demasiado diferentes, unos con demasiados derechos y otros con muy pocos, por no decir ninguno. Debemos hacer una reflexión social, para ser capaces de entender que hay lo que hay hasta la fecha pero que de cara al futuro hemos de hacer un nuevo marco laboral, donde haya muchas nuevas empresas, que creen puestos de trabajo y riqueza en el futuro. El dato más alarmante en la economía española es que este año se van a crear la mitad de empresas que se crearon hace un par de años. Es un dato muy dramático, y si no recuperamos la ilusión y mentalidad de crear empresas este país lo va a tener muy difícil, y eso se recupera solo con confianza y entorno adecuado.

—En ese futuro de reformas habría que volver a abrir la de la negociación colectiva...

—Sí, la hemos de volver a abrir. Y no digo abrirla en canal y cambiarla radicalmente, porque eso sería un trauma, pero sí debemos ver la legislación que tenemos hasta la fecha, que nace en el Estatuto de los Trabajadores del año 80, y la que debemos tener a partir de ahora. No estoy diciendo ni mucho menos que por ejemplo a los trabajadores actuales con contratos indefinidos se les cercenen los derechos, no, lo que digo es que a partir de ahora debemos entrar en una nueva etapa, radicalmente distinta a la que hemos tenido hasta ahora, en la que debemos buscar otra fórmulas y vías, que van a ser trabajadores distintos, que deberán adaptarse a la nueva realidad laboral. Las empresas nacen, crecen, muchas fallecen, otras triunfan, pero nada es eterno, ni vitalicio en el mundo, y los empleos, tampoco.

—Lo último de lo último en el mundo es la subida de impuestos a los ricos... ¿estaría dispuesta la CEOE a liderar un movimiento entre grandes empresarios, como se hizo con el tema de la competitividad, pidiendo que se suba la fiscalidad para las rentas más altas, como en Francia y Alemania?

—Bueno, una cosa es que lo digan y otra que la hagan. Los italianos también dijeron que lo harían, y luego lo desdeñaron. Nosotros como empresarios lo que decimos siempre es que cuantos menos impuestos mejor. Lo que también decimos, y lo digo yo personalmente siempre, es que los impuestos crean civilización, pero los impuestos llevados a ciertos extremos, y tenemos ejemplos de muchos países como los nórdicos que han dado marcha atrás, asfixian la economía. En ese asunto tenemos que estudiar hasta dónde somos capaces de llegar y hacia dónde tenemos que ir. Una cosa es la presión fiscal y otra cosa es el esfuerzo fiscal, que es lo que se paga en función de lo que se tiene, y creo que esa es la vía que deberíamos tomar.



Grecia invoca al fantasma del impago y el paro en EEUU remata a las bolsas


Los viejos espíritus bajistas de agosto vuelven al mercado. El sexto tramo del rescate a Grecia está en el aire dejando al país al borde del precipicio. El catastrófico dato de paro en agosto de Estados Unidos levanta más temores de que la economía caiga en recesión. El Ibex 35 cae un 3,4%, la cuarta peor caída del año y el riesgo soberano se vuelve a disparar.

La última jornada de la semana ha tirado por tierra cualquier esperanza de recuperación para los mercados. Si está mañana advertíamos la necesidad de consolidar niveles para aspirar a un patrón alcista del Ibex 35, la dura realidad de la maltrecha economía estadounidense y la persistente crisis de deuda en Europa ha abortado cualquier posibilidad.

Los índices europeos retrocedían un 1% anticipando el negro día que se avecinaba. Al otro lado del Atlántico durante la semana se había fraguado un pesimismo sobre el dato de empleo de agosto en Estados Unidos. Y Grecia volvía a primera línea de fuego con el examen de la ‘troika’ para aprobar el sexto tramo del rescate financiero. El ministro de finanzas griego ha advertido que no cumplirán los objetivos de déficit y que la economía se derrumbará un 5% este año. Parece que Grecia ha arrojado la toalla al afirmar Venizelos que no van a adoptar nuevas medidas de ajustes.

La referencia del día, el dato de empleo de agosto en Estados Unidos, ha terminado por rematar a las bolsas. No creó ni un solo empleo, cuando el consenso de analistas esperaba al menos 68.000 nuevos puestos de trabajo. La tasa de paro permanece estable en el 9,1%. Además, la cifra ha venido acompañada también por una drástica revisión a la baja del número de empleos creados en julio y en junio.

El Ibex 35 ha terminado la sesión con un descenso del 3,4% en 8.463 puntos, en línea con el resto de bolsas europeas. A pesar de la pésima jornada el selectivo español sube más de un 3% en el cómputo de la semana. El Dax alemán es la única gran plaza del Viejo Continente que registra ligeros números rojos.

Los dos grandes bancos españoles, Santander y BBVA, se han llevado uno de los peores castigos con una caída alrededor del 5%, en algunos momentos ha superado el 6%. Los problemas de Grecia, y en la crisis de deuda soberana, se trasladan directamente a estos valores. La prima de riegos de España se ha disparado en los dos últimos días cerca de los 310 puntos básicos y la de Italia por encima de 320 puntos básicos.

La deuda de ambos países ha perdido interés en los últimos días. Ayer y antes de ayer emitieron deuda con una demanda muy frágil. Ésto unido al repunte de compras del bund alemán ha llevado a que el riesgo soberano suba un 10% en dos días. El peor valor de la sesión es Arcelor con un descenso del 6% seguido de Gamesa.

Durante la semana, han brillado con luz propia Sacyr, que se ha anotado un 22% al alza y Repsol, un 8%; en mitad de una lucha corporativa por hacerse con el control de la petrolera. OHL sube un 10% en cinco días.

En otros mercados, el euro cae hasta mínimos de tres semanas en niveles de 1,42 dñolares. El brent cae un 1% hasta los 113 dólares y el texas un 2% hasta los 87 dólares.



El dato de empleo y Grecia provocan el desplome de la bolsa neoyorquina


Los peores augurios se han cumplido. El mal dato de empleo de Estados Unidos ha llevado a los principales indicadores de la bolsa neoyorquina hasta el desplome. Las noticias que llegaban desde Europa tampoco eran muy alentadoras. Grecia y el sector bancario también se convertían en fuertes lastres para el mercado.

Wall Street se despide hasta el martes, el lunes es el día del Trabajo en Estados Unidos, con fuertes pérdidas. El Dow Jones perdió un 2,2% tras dar su último cambio en los 11.240,26 puntos, mientras que el Standard & Poor’s retrocedió un 2,53%, hasta los 1.173,97 puntos. Por su parte, el índice de composición tecnológica Nasdaq cedió un 2,58%, hasta las 2.480,33 unidades.

Las principales plazas europeas tampoco han conseguido esquivar la ola bajista. De esta forma, el Cac francés, el Ibex español, el Mib italiano, el Dax alemán y el Ftse 100 británico han terminado con pérdidas superiores al 3%.

El ambiente vendedor del viernes convirtió en negativo el balance semana norteamericano. El Dow Jones cedió un 0,39%, el S&P un 0,24%, mientras que el Nasdaq tecnológico se mantuvo plano.

El protagonismo de la sesión recaía en las novedades macroeconómicas. Los inversores de la Gran Manzana, que se temían lo peor en materia de empleo, han visto cumplidas sus peores pesadillas. El dato de creación de empleo de agosto ha sido nulo. En dicho mes Estados Unidos no creó ni un solo puesto de trabajo, una cifra que ha extendido los números rojos a ambos lados del Atlántico. En Wall Street contaban con 68.000 nuevos puestos de trabajo, una cifra ya de por sí baja, pero la economía estadounidense parece estar agotada. El camino a la recesión parece de no retorno ya que para que el país salga de la crisis hace falta un ritmo de crecimiento mucho mayor.

Además, la tasa de paro se mantuvo en el 9,1% que, aunque en línea con las previsiones del mercado, supone un dato muy desalentador.

Otra vez Grecia

Para completar el círculo de malas noticias, el país heleno volvía a situarse en primera plana. La visita de los expertos de la Unión Europea a Grecia ha dado más tiempo al país para cumplir los objetivos de déficit, pero su ministro de Finanzas ha asegurado que, con la caída del PIB –la economía helena podría decrecer un 5% este año-, no va a poner en marcha nuevas medidas de recorte, algo que no ha gustado a los mercados.

Por lo tanto, el billete verde aprovechó la coyuntura para escalar posiciones en su cruce con el euro y la moneda única europea se acabó pagango a 1,42 dólares. El repunte del dólar y las malas perspectivas económicas frenaron la cotización del petróleo. El barril de Texas perdió un 3%, hasta los 86 dólares, mientas que el barril de Brent cedió cerca de un 2%, hasta los 112 dólares. El miedo a la recesión disparó la cotización del oro, que subió un 2,7% y vuelve a acercarse a la cota psicológica de los 1.900 dólares.

Lastre financiero

El sector bancario (-4,5%) también se sumó a las caídas generalizadas de hoy. Bank of America (-8,34%), JP Morgan (-4,6%), Citigroup (-5,33%) o Wells Fargo (-4,08%) terminaron teñidos de rojo después de que la agencia federal inmobiliaria, que supervisa el mercado hipotecario de Estados Unidos, decidiera demandar a los principales bancos del país por su mala gestión, según el diario The New York Times. El mercado no se lo tomó nada bien y el sector retrocedió un 4,5% en conjunto.

De los treinta valores que componen el Dow Jones, ninguno esquivó las pérdidas por lo que además del la banca, HP (-5,18%), Alcoa (-3,60%), Caterpillar (-3,58%), Boeing (-3,06%) y 3M (-2,77%) sufrieron fuertes recortes.


 
El Nikkei cierra con una caída del 1,86%


El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio cerró hoy con una caída de 166,28 puntos, el 1,86 por ciento, y quedó en 8.784,46 enteros. El índice Topix, que agrupa a todos los valores de la primera sección, cedió 13,96 puntos, el 1,81 por ciento, hasta 755,82 enteros.

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