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viernes, 5 de noviembre de 2010

Prensa 5 noviembre

Trichet hace caso omiso a la expansión monetaria de EE UU


El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, no variará ni un ápice su política monetaria. Ayer anunció que mantendrá los tipos en el 1% y no emulará a la Reserva Federal, que el jueves aprobó una inyección de liquidez de 425.000 millones de euros. La decisión agudizó la apreciación del euro, que ayer alcanzó su mayor nivel desde enero.

Impertérrito ante los movimientos de la Reserva Federal (Fed, por sus siglas en inglés), el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, no secundó a sus colegas americanos y mantendrá la misma política monetaria. Así, el tipo de interés oficial no se moverá del 1%, como era previsible. Además, los bancos seguirán contando con crédito del BCE al 1,75% y el rendimiento de los depósitos continuarán en el 0,75%.

La máxima autoridad monetaria mantendrá la retirada gradual de la compra de deuda pública, política que Trichet aseguró que era excepcional y que, por tanto, tiene fecha de caducidad. Con todo, el presidente del BCE aseguró que en los últimos días había comprado deuda pública aunque no quiso especificar de qué país.

Quien sí reaccionó, y con avidez, a la decisión de la Reserva Federal y del BCE fue el mercado. Así, mientras los grandes banqueros de la zona euro se reunían para decidir en Fráncfort la política monetaria de la zona euro, la moneda única no cesaba de encarecerse.

El euro se cambió ayer a 1,428 dólares. Por el momento, ello no parece preocupar al BCE. Trichet aseguró que no cree que la política expansiva de la Reserva Federal suponga una "táctica para debilitar al dólar". Sea o no una estrategia, lo cierto es que la Fed está inundando el mercado de billetes verdes, lo que abarata el dólar en un momento en que otras grandes potencias también tratan de depreciar sus divisas para fortalecer la economía.

Un lastre a la exportación

Trichet aseguró que todo indica que la recuperación de la Unión Europea se mantiene a pesar que persiste la incertidumbre. De hecho, en este momento, una de la mayores incertidumbres procede de la fortaleza del euro que resta competitividad a las exportaciones comunitarias. Alemania, la primera potencia europea y con un mayor sector exportador, es el país más perjudicado.

En cualquier caso, Trichet vaticinó que la inflación se mantendrá en sus niveles actuales durante lo que queda de año, lo que supone que el IPC se moverá en torno al 2%, nivel óptimo para el BCE. Con todo, la autoridad monetaria indica que los precios soportarán presiones al alza por el encarecimiento de las materias primas y la energía, así como por el aumento de los impuestos indirectos y las tasas administrativas.

Por otro lado, el BCE defendió que las medidas para establecer un Gobierno económico fuerte en la UE son poco ambiciosas. Y reclamó una mayor vigilancia sobre aquellos países con un elevado déficit, como España o Irlanda. La analista de Ernst & Young Marie Diron opinó que Trichet no variará su política monetaria hasta "tener más información acerca de los efectos de los ajustes fiscales".



El incremento de la temporalidad pone en cuestión la reforma laboral


El paro registrado aumentó en octubre por tercer mes consecutivo, situando el número de desempleados en 4.085.976. El aumento de 68.213 personas es moderado en comparación con años anteriores, pero se ve empañado por un nuevo repunte de la temporalidad.

La reforma laboral aprobada por decreto hace cuatro meses y convalidada por el Parlamento en septiembre presenta, hasta ahora, un suspenso sin paliativos en uno de sus principales objetivos: la reducción de la temporalidad. Las cifras de afiliación y paro registrado publicadas ayer por el Ministerio de Trabajo ofrecen un sombrío panorama por lo que toca a la estabilidad en el empleo. Así, de los 1.346.087 contratos de trabajo celebrados en octubre, solo 118.422 (es decir, el 8,8%) tienen carácter indefinido. Los contratos fijos se reducen un 6,38% en tasa interanual, más que en los dos meses anteriores, y el descenso acumulado hasta octubre alcanza los 92.255.

El ministro de Trabajo e Inmigración, Valeriano Gómez, afirmó ayer que todavía es pronto para analizar los efectos de la reforma laboral, y difirió un primer pronunciamiento gubernamental hasta finales de año. Sin embargo, reconoció que el grueso de los contratos que se firmen en el futuro más inmediato serán temporales, limitándose los indefinidos a la conversión forzosa de los anteriores.

Desencanto frente a la EPA

Los datos publicados ayer suponen, por lo demás, una dosis de desencanto después de que la Encuesta de Población Activa presentara la semana pasada la primera reducción trimestral del paro desde el inicio de la crisis. Según Trabajo, octubre se saldó con 68.213 parados más que en el mes anterior, lo que supone un incremento mensual del 1,7% y deja el paro registrado en 4.085.976 personas.

Eso sí: octubre, marcado por el fin de la temporada veraniega, acostumbra a incidir negativamente en el empleo. Por eso cabe matizar que el aumento del paro es sensiblemente inferior al registrado doce meses atrás, y queda muy lejos de la sangría de hace dos años. Con todo, el deterioro se mantiene por encima de los años de ciclo alcista que concluyeron de forma abrupta con la crisis financiera.

En términos desestacionalizados, el paro tuvo un mejor comportamiento, reduciéndose en 9.639 personas; en cambio, la afiliación cayó más en estos términos que en la serie original (27.000 personas frente a 5.000). Las inscripciones en la Seguridad Social suman así cuatro meses consecutivos a la baja y dejan el total en 17.666.149 ocupados, si bien el descenso de octubre (0,03%) permite hablar de estabilización.

Por lo que afecta a los sexos, el paro masculino y el femenino mantienen niveles equilibrados, superando marginalmente los dos millones de personas en cada caso. Ahora bien: en el último año, el desempleo femenino ha crecido de forma más acusada (165.679 frente a 111.944 nuevos parados). Por lo demás, la menor tasa de participación en el mercado laboral lleva a que el paro femenino sea sensiblemente superior en términos relativos.

Desde el punto de vista sectorial, el paro subió en octubre en el grueso de las ramas de actividad, destacando el aumento en los servicios (49.056 personas) y la agricultura (13.861); ambos casos son compatibles con la estacionalidad citada más arriba. Pero la construcción logra escapar del deterioro general, reduciendo su paro en 2.697 personas respecto a septiembre. Esa variación podría responder al hecho de que, por primera vez desde 2006, se estén vendiendo más viviendas de las que se terminan y, por tanto, comienza a reducirse el ingente stock. El cambio de tendencia sería especialmente relevante para un sector que responde de la pérdida de uno de cada dos empleos durante la crisis económica.

 

Trabajo marca el calendario a los agentes sociales para negociar


El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, se marcó ayer como principal objetivo restaurar el diálogo social, aunque advirtió que el Ejecutivo no renunciará a gobernar si no hay acuerdo. "El diálogo entre empresarios y sindicatos estará herido de muerte si no consigue dar sus frutos", advirtió.

El Ejecutivo presentó ayer ante sindicatos y empresarios el calendario con el que pretende restaurar el diálogo social quebrado por la reforma laboral y que desembocó en la huelga general del pasado 29-S. Y la primera premisa es hacerlo en tiempo récord, de tal manera que antes de final de año esté cerrado un nuevo reglamento para la ley de Extranjería y la reforma del sistema de las pensiones y que en el primer trimestre del año estén sellados el acuerdo de negociación colectiva y el nuevo esquema de políticas activas de empleo. "El principal objetivo de la política laboral para lo que queda de legislatura será restablecer el diálogo social y hacer que rinda", afirmó ayer durante la toma de posesión de la nueva secretaria de Estado de Empleo, María Luz Rodríguez.

Con este mensaje, Gómez quiso dejar claro a los interlocutores sociales que no les va a permitir que amplíen las negociaciones sine díe, tal y como sucedió con la reforma laboral, y les exigió altura de miras para afrontar un momento tan delicado como el actual. "No es lo mismo producir políticas consensuadas en etapas de auge como cuando hay dificultades. Los interlocutores tienen que adaptarse ante la mayor exigencia de la sociedad, que demanda mucho más de sus gobiernos. Es en estos momentos cuando tiene que dar frutos porque si no está herido de muerte", recalcó. Y en este punto aprovechó para advertir a los agentes sociales que el Ejecutivo tiene que gobernar cuando las cosas van bien o mal y eso implica que el diálogo no puede frenar los retos pendientes. "El Ejecutivo no va a renunciar a regular si no funciona", avisó.

Gómez resaltó que la reforma prioritaria es la de las pensiones, que deberá estar antes de final de año. "El Ejecutivo no contempla un escenario de desacuerdo. La reforma de las pensiones es el principal edificio del Estado de Bienestar. No hay sociedades avanzadas sin un sistema de pensiones consolidado", advirtió.

Los otros tres retos que planteó el titular de Trabajo fueron la reforma del reglamento de extranjería, de las políticas activas de empleo y de la negociación colectiva. Respecto a esta última, Gómez mantuvo que debe estar cerrada antes de marzo y por ello instó a empresarios y sindicatos a reeditar el acuerdo de moderación salarial firmado en febrero.

Horas antes, el secretario general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, exigió el rediseño de las políticas activas de empleo, "que deberían vincularse a programas formativos, porque es imprescindible preparar a los parados para ocupar empleos fuera de la construcción".



Gómez dice que el objetivo de Trabajo es acercar la edad de jubilación real a los 65 años


Actualmente los trabajadores se jubilan de media a los 63 años.

El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, ha dicho hoy que no es «razonable» apostar todo el crecimiento del empleo a la reforma laboral y ha considerado que en la primera mitad del año próximo dejará de destruirse empleo.

En declaraciones a Telecinco, el ministro dijo que cada tres o cuatro meses se presentarán datos para evaluar la reforma laboral, y señaló que octubre es un mes en el que tradicionalmente «el paro sube».

Subrayó que aunque sólo ha pasado un mes y medio de efecto real de la reforma laboral, hay «datos esperanzadores», como más contratos de fomento de contratación indefinida.

Insistió en que los pronósticos son difíciles, aunque a su juicio «se está cerca de alcanzar el momento en que la economía deje de destruir empleo».

Respecto al aumento de la edad de jubilación, apuntó que el gran objetivo ahora es desplazar la edad real de jubilación, que está por encima de los 63 años, a la edad real, y avanzó que una de las maneras de lograrlo es el aumento progresivo de la edad legal.

No obstante, declaró que se trata de un planteamiento abierto, con un conjunto de medidas para consolidar el sistema de pensiones.

Afirmó que diciembre será el mes en que finalicen los trabajos de la comisión del Pacto de Toledo y que en la primera parte del año próximo habrá un proyecto de ley de reforma concreta.

Sobre las prestaciones por desempleo, el ministro consideró que no deben alargarse mucho más, sino mantenerse en un nivel adecuado, y acerca de sus relaciones con la ministra de Economía, Elena Salgado, dijo que es buena, aunque ve «inevitable» que ella cuide los presupuestos, mientras la misión del titular de Trabajo es estar «más atento a los problemas sociales».



España no puede despedir a la austriaca


La reciente reforma laboral y la aplicación en España de un modelo similar al austriaco centraron unas interesantes conferencias-debate organizadas por la Asociación Hispano-Austriaca de Juristas (AHAUJ). La experiencia demuestra que este modelo ha supuesto un abaratamiento del despido en Austria a la vez que ha aumentado la movilidad laboral.

Para comprender mejor cómo funciona y la forma en que se puede aplicar en España el Fondo de Capitalización de indemnizaciones por despido, el embajador de Austria en España, Rudolf Lennkh, Ana de Timoteo, especialista en Derecho comparado del Departamento Jurídico de Porsche en Salzsburgo, o el delegado comercial de Austria en España, Robert Punkenhofer se dieron cita en unas conferencias organizadas por la AHAUJ en Madrid.

Los expertos austriacos explicaron que este sistema es obligatorio para todos sus trabajadores y autónomos y que el capital aportado es gestionado por Cajas que funcionan como fondos de inversión. Después de 3 años de contribuciones, el empleado puede cobrar lo acumulado en caso de despido, de resolución del contrato de común acuerdo, o de jubilación.

Pero, sin duda, uno de los puntos más polémicos tratados en las jornadas fue la forma de financiación de este Fondo. Mientras que en Austria, según explicó su embajador, "el Fondo se nutre con las aportaciones del empresario, que paga mensualmente un 1,53 % del sueldo mensual bruto de cada trabajador a una Caja de Previsión para empleados", en España todavía está por determinar quien asumirá el pago de esos fondos.

El Fondo se nutre con las aportaciones del empresario, que paga mensualmente un 1,53 % del sueldo mensual bruto de cada trabajador a una Caja de Previsión para empleados, en España todavía está por determinar quien asumirá el pago de esos fondos.Las opcionesz

En palabras de Gabriel Vázquez, abogado laboralista y socio del Despacho Advocatia Abogados, "al no estar previsto que el Fondo se financie con el incremento de las aportaciones de las empresas a la Seguridad Social, las opciones que quedan son: modificar los porcentajes del resto de las cuotas de cotización o que sean los trabajadores los que asuman el pago de las aportaciones de las que se nutrirá el Fondo".

Tanto Gabriel Vázquez como los otros ponentes españoles, Francisco González de Lena, director del Gabinete del Presidente del Consejo Económico y Social, y Carlos Miralles, profesor de Derecho del Trabajo y abogado laboralista del Despacho Miralles, coincidieron en que la opción más previsible en España es la de cambiar los porcentajes de las cuotas para financiar el Fondo sin que suponga un coste adicional para las empresas.

Así funciona el modelo austriaco

Uno de los puntos que se recoge en la última reforma laboral está basado en una de las que el Gobierno austriaco introdujo en su país en 2003. El aquí llamado ‘modelo austriaco’ buscaba flexibilizar el mercado laboral y ofrecer un capital a largo plazo a todos los trabajadores.La principal característica es que cada empleado cuenta con un sistema de indemnización por despido que funciona como un fondo de ahorro.

En Austria, esta hucha se nutre con pequeñas aportaciones mensuales de las empresas en las que cada trabajador haya estado empleado –en concreto del salario del propio trabajador al que se le resta un 1,53%–. Lo más destacado es que si el trabajador cambia de compañía, no pierde este fondo.

En caso de que sea despedido tiene derecho inmediato a acceder a este dinero que serviría para compensar su despido, pero si deja su empleo de forma voluntaria sólo podrá acceder a él después de 5 años sin trabajo. Otra de las peculiaridades es que si al final de su vida laboral este fondo es positivo, la cantidad acumulada serviría para completar su pensión. Mientras que si produce el fallecimiento del trabajador el dinero pasa a sus herederos.

Otro caso a estudio: la jornada alemana

La reducción de la jornada laboral ha sido una de las opciones que también se está barajando para paliar la precaria situación del mercado de trabajo español. El ejemplo que se propone seguir es el alemán, el Kurzarbeit. La reducción temporal de la jornada se contempla en tres modalidades: por motivos coyunturales, estacionales o por una situación derivada de un ERE.

Este modelo alemán consiste en la reducción de la jornada laboral en una proporción variable y con la misma reducción proporcional del salario. De esta forma la empresa únicamente retribuye al trabajador por las horas realizadas, mientras que las no trabajadas son retribuidas por el Estado (Agencia Federal de Empleo, en el caso alemán).

En concreto, en este país el Estado cubre el 60% de lo que dejan de recibir los afectados por las horas no trabajadas (un 67% si tienen hijos). Asimismo, los afectados mantienen su afiliación a todos los seguros sociales sin que consuman su derecho a la prestación por desempleo. En cuanto a la cotización a la Seguridad Social se divide a partes iguales entre el empresario y el Estado, pero si el empresario ofrece formación a los trabajadores el porcentaje que asume es del 100%.



¿Estaría dispuesto a estar más horas en su puesto de trabajo para evitar ser despedido?


Una nueva tendencia ha aparecido en el mercado laboral, el presentismo: trabajadores que alargan su jornada diaria más allá de lo necesario por su carga de tareas, con la única intención de hacer notar su presencia en el puesto de trabajo.

En los últimos dos años se han detectado varios cambios en la actitud de los trabajadores. Uno ha sido la drástica reducción del absentismo injustificado, ya que los trabajadores habían reducido las ausencias y faltas en el trabajo únicamente a motivos de salud. A este cambio se añade ahora un nuevo fenómeno entre los profesionales: pasar más horas en la oficina, sin necesariamente ser más productivos.

Son los propios trabajadores los que han identificado esta tendencia. Según una encuesta realizada por Randstad a un total de 1.000 personas (a una muestra aleatoria por toda la geografía española), un 45,8% reconoce que sus compañeros están más horas en su trabajo por miedo a perder el empleo.

Los profesionales son conscientes de la compleja situación laboral que vive nuestro país y de lo difícil que resulta en muchos casos encontrar de nuevo un empleo si se pierde el actual. Generalmente el "presentista" es varón, menor de 25 años, con estudios básicos y de origen español. Se trata del mismo perfil que ha reducido en mayor número su absentismo injustificado con motivo de la crisis.

Algo lógico ya que son ellos los que más sufren el desempleo y para quienes resulta aún más complicado encontrar un trabajo, en especial si no tienen formación. Son ellos los que sienten una mayor aprensión por quedarse sin empleo, ya que no pueden aportar tanta experiencia laboral como otros candidatos a la hora de competir por un puesto.

La productividad no mejora

Sin embargo, este aumento en la jornada no tiene como consecuencia un aumento de la productividad. Los trabajadores no buscan mejorar el rendimiento de la compañía, sino asegurar su puesto de trabajo. Esta mayor presencia está motivada por factores que nada tienen que ver con el compromiso hacia la empresa o una alta motivación en el desarrollo de su trabajo. De hecho, aunque la crisis ha aumentado el ratio de productividad, las tasas todavía son bajas si las comparamos con el resto de Europa.

Por otro lado, aumentar el "presentismo" en el empleo tampoco es algo que repercuta positivamente en el mercado laboral. Los trabajadores valoran muy por encima de otros factores la capacidad de conciliar familia y empleo, lo que significa que están sacrificando parte de su vida personal para asegurar la laboral y que tan pronto mejore la situación económica regresarán a su tónica habitual. Es más, si las empresas valoran la presencia por encima de la eficacia, puede hacer que otros trabajadores no se sientan alineados con la filosofía de la compañía y abandonen la empresa ante una nueva oportunidad, con el riesgo de pérdida de talento que esto conlleva.

Cómo evitar el presentismo de baja productividad

Los directivos de las compañías son los responsables finales de que el "presentismo" sea una tónica general en su empresa. Para evitarlo es necesario fomentar una comunicación fluida dentro de la organización.

- Comunicación. Los trabajadores deben conocer en todo momento cómo evoluciona la empresa, de esta manera afrontarán con mayor tranquilidad su puesto dentro de la estructura de la compañía.

- Hacer partícipes a los trabajadores. Involucrar a los trabajadores en los resultados de la compañía ayuda a mejorar la productividad, ya que los empleados se sienten parte de un proyecto.

- Comunicar los problemas. En ocasiones los trabajadores no transmiten los problemas que tienen en los procesos productivos y de ahí que los cambios se realizan de forma vertical, desde los escalafones más altos de las compañías. Preguntar e investigar sobre qué factores son susceptibles de mejora puede ayudar a las organización a mejorar su productividad.

Este aumento de la presencia laboral no es sinónimo de un aumento de la productividad, algo que también reconocen los propios trabajadores: casi un 60% reconoce que su productividad no ha aumentado con la crisis.

Uno de los principales problemas del empleo español sigue siendo los bajos ratios de productividad. Desde el comienzo de la crisis la productividad española ha aumentado un 2,63% anual, mientras que ha caído en la zona euro. En España solemos aumentar la productividad en momentos de crisis, pero es sólo gracias a la racionalización de los puestos de trabajo y a políticas rigurosas en la gestión de los costes.


 
El Ibex se pierde la fiesta de Bernanke por culpa del riesgo soberano


El Ibex 35 ha terminado la sesión con una subida del 0,32%, avance casi testimonial en comparación con las alzas cercanas al 2% que han marcado sus homólogos europeos. Lastrado por el rebrote de los temores soberanos en Europa, el parqué español no ha podido aprovechar el buen tono general tras la inyección de liquidez administrada ayer por la Fed. Y espera muy malas noticias una vez que pase la euforia.

Si estos son los poderes del mercado nacional, tenemos un problema. Lo visto hoy deja mucho que desear y más que temer de cara a un futuro que se ha vuelto hostil e imprevisible. Sólo así puede entenderse que el Ibex se deshiciera como un azucarillo tras la apertura de Wall Street, mientras las bolsas europeas y la americana rebotaban un 2%.

La Reserva Federal puso toda la carne en el asador, al anunciar una inyección de liquidez que superó ligeramente las expectativas del mercado. Vistas las subidas de hoy, el efecto sobre el mundo financiero ha sido el deseado. Ahora están por llegar las segundas lecturas, que pueden no ser tan optimistas. Primero, porque las grandes expansiones monetarias de este estilo sólo tienen efectos a corto plazo, en el mejor de los casos. A largo plazo, todo se traduce en incremento de los precios. Veremos si estas medidas pueden incentivar finalmente el empleo, que es lo que hace falta.

Pero las bolsas europeas hoy lo han comprado todo, aunque pueda haber dudas razonables de que las medidas de Bernanke vayan a funcionar. Tampoco se ha notado en exceso en las contrataciones el repunte de las primas de riesgo soberano en la periferia europea, lo que todavía complica más la ecuación. ¿Cómo cuadra un avance superior al 1,5% en las plazas europeas con un diferencial para el bono irlandés al alza y de casi 550 puntos?

Quizás sea difícil de explicar, pero para el Ibex se ha traducido en un castigo selectivo que se ha visto agravado por la propia composición del indicador. “Si los bancos no tiran, es difícil que lo haga el índice”, ha dicho Nuria Álvarez, analista de Renta 4. Y ahí se puede buscar la flojera del mercado, con Sabadell o BBVA en números rojos, bien es cierto que la entidad vasca por culpa de su ampliación de capital.

Además de los efectos sobre las bolsas, el gran damnificado por la chequera de Bernanke ha sido el dólar, que se depreciado hasta las 1,42 unidades contra el euro. Miel y hojuelas para Estados Unidos, que así podrá vender más en el exterior al resultar sus productos más baratos. Esa es la auténtica realidad de las cosas, por mucho que Trichet haya intentado confundir a los inversores al afirmar que un dólar fuerte va en el mejor interés de Estados Unidos.

Tras dejar el precio del dinero en el 1%, Trichet ha vuelto a repetir machaconamente su mensaje: Tipos apropiados, política monetaria acomodaticia, expectativas de inflación firmemente ancladas y recuperación con tono positivo aunque con incertidumbre. Ni frío ni calor sino todo lo contrario. Tras sus palabras, el dólar volvía a debilitarse un poco más y se acercaba a las 1,43 unidades contra la moneda única.

Dentro del parqué español, la noticia ha estado en Enel Green Power, que se ha estrenado en bolsa con un desplome del 18% por culpa de un fallo de coordinación entre las cotizaciones de Madrid y Milán. Además, las acciones de EADS han bajado cerca de un 4%, tras saberse que el ‘superjumbo¡ A380 se ha visto obligado a aterrizar de emergencia en Singapur por un fallo en sus motores. Por arriba, Iberia ha liderado las subidas con un rebote del 4% en tanto que Telecinco y Arcelormittal han ganado el 2%. Por el contrario, Grifols, Iberdrola Renovables o Ferrovial se han dejado entre el 1,5% y el 2%.

En el resto de Europa, los principales indicadores, Ftse, Cac y Dax terminan con alzas próximas al 2%. Pese a que los temores sobre la deuda europea surgieron en Irlanda, el selectivo de este país, el Irish Overall, ha finalizado ganando alrededor del 1,5%. Pero el Athens Composite griego se ha dejado un 1,3% y el PSI portugués el 0,7%. ¿Van o no van los tiros hacia la periferia europea?



Wall Street regresa a los niveles anteriores al desplome de Lehman Brothers


La Bolsa de Nueva York vivió hoy una jornada de euforia, en la que sus principales índices registraron subidas de alrededor del 2 por ciento, que permitieron al Dow Jones de Industriales cerrar en los niveles que tenía antes del desplome de Lehman Brothers en 2008, desencadenante de la crisis.

El principal indicador de Wall Street subió casi 220 puntos (1,96%) y se situó en 11.434,88 enteros, una cota que no había alcanzado en más de dos años, desde la semana de septiembre de 2008 en que ese banco de inversión protagonizó la mayor bancarrota de la historia y se desencadenó la crisis económica.

El Dow cayó 504 puntos el 15 de septiembre de ese año, el día en que uno de los buques insignia de Wall Street se declaró en quiebra.

El regreso a los niveles en los que el parqué neoyorquino se encontraba hace más de dos años es la muestra más tangible de la buena acogida que ha tenido entre los inversores el plan de estímulo monetario lanzado el miércoles por la Reserva Federal de Estados Unidos.

Con ese plan, la Reserva inyectará 600.000 millones de dólares de liquidez en la economía, que sobrepasó los cálculos de los analistas, que habían previsto que la medida fuese de entre 100.000 y 500.000 millones de dólares.

Un día después de ese anuncio, el presidente del banco central, Ben Bernanke, explicó con detalle un plan que superó las expectativas de los analistas y que, según dijo en un artículo que publica el diario The Washington Post, "promoverá el crecimiento económico".

"Las condiciones financieras más propicias promoverán el crecimiento económico", sostuvo Bernanke sobre la medida adoptada por el Comité de Mercado Abierto de la Reserva, que dirige la política monetaria de Estados Unidos, y en la que también se incluye el mantenimiento de las tasas de interés excepcionalmente bajas.

La aportación de liquidez hecha por el banco central fue bien recibida por los mercados y al aumento de hoy en el Dow Jones, hay que sumarle el 1,93% que subió el selectivo S&P y el 1,46% que avanzó el índice compuesto del mercado Nasdaq, donde cotizan numerosas empresas de tecnología e internet, entre otras.

Wall Street se movió en terreno positivo durante toda la sesión y, entre los sectores que más ganaron en esta jornada de ánimo comprador, destacó el de las entidades financieras, que vio cómo algunos de sus principales nombres sellaban firmes avances.

Así el banco JPMorgan Chase lideró esos ascensos con una subida del 5,51%, seguido por Bank of America (5,3%), la financiera American Express (3,95%) y la aseguradora Travelers (2,38%).

Fuera de ese índice, destacaron también las subidas que experimentaron firmas como Morgan Stanley (3,82%), Wells Fargo (3,78%), Citigroup (3,34%) y Goldman Sachs (2,31%).

Fueron muchas las acciones que acabaron con subidas en el Dow Jones de Industriales, entre las que destacaron el fabricante de maquinaria pesada Caterpillar (4,13%) y el fabricante de aluminio Alcoa (3,5%).

También cerraron con avances superiores al 2% la petrolera Chevron (2,95%), el conglomerado GE (2,8%), la aeronáutica Boeing (2,77%), la química DuPont (2,76%) y las tecnológicas Intel (2,39%) y Cisco (2,11%), entre otros.

Poco después del cierre de la sesión, los inversores conocieron las cuentas trimestrales del gigante de la alimentación Kraft, que había cerrado también en el Dow con un avance del 0,7%, pero que en las operaciones electrónicas posteriores caía un 1,86%.

Kraft Foods anunció que ganó 3.574 millones de dólares en los primeros nueve meses de 2010, el 54,7% más que en la misma fecha del año anterior, pero las cuentas relativas al tercer trimestre de este año -a las que más atención prestan los analistas de Estados Unidos- reflejaron que ganó el 8,5% menos que en el mismo trimestre de 2009.

En otros mercados neoyorquinos destacó el debilitamiento del dólar frente a otras divisas, como el euro, de manera que por una moneda europea se pagaban este miércoles 1,4207 dólares, comparado con los 1,4121 de la sesión anterior.

Esa depreciación ayudó al petróleo de Texas a cerrar a un precio de 86,49 dólares por barril, su punto más alto en casi siete meses, mientras que la deuda pública a diez años subía de precio y ofrecía una rentabilidad, que funciona en sentido inverso, del 2,49%.

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