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viernes, 23 de marzo de 2012

Prensa 23 de marzo

Así quedan los despidos después de la reforma


Antes de la reforma laboral que entró en vigor el pasado 12 de febrero, el 65% de los despidos en España se realizaban a través de la vía del conocido como despido exprés, en el que el empresario reconocía la improcedencia de su decisión (sin necesidad que fuera un juez el que dictara dicha improcedencia) y, por tanto, abonaba la indemnización de 45 días por año trabajado y un máximo de 42 mensualidades. Ahí solía terminar la relación laboral.

La reforma elimina radicalmente de la ley esta posibilidad de despido. Por tanto, las formas de despedir y de resolver estas extinciones de contratos en los juzgados son ahora las siguientes:

Despido disciplinario

Este despido no ha sufrido ninguna modificación en cuanto a sus causas. El empresario recurre a esta modalidad cuando considera que el trabajador comete faltas repetidas e injustificadas de asistencia o puntualidad; indisciplina, desobediencia u ofensas verbales al empresario o compañeros en el trabajo; transgresión de la buena fe contractual o abuso de la confianza en el desempeño; disminución continuada y voluntaria del rendimiento de trabajo; embriaguez habitual o toxicomanía si repercuten negativamente en el trabajo; o acoso al empresario o compañeros por motivos raciales, religiosos, sexuales o de discapacidad.

Cuando la empresa esgrime alguno de estos argumentos para despedir de forma disciplinaria al trabajador, el juez puede dictaminar que la empresa tiene razón y lo declarará procedente; en ese caso el despedido no recibe indemnización alguna. Pero si el juez decide que el empresario no tiene razón, declarará el despido improcedente y ordenará el pago de la indemnización legalmente establecida. Es ahí donde se produce uno de los mayores cambios con la reforma, ya que para los nuevos contratos indefinidos firmados a partir del 12 de febrero dicha indemnización pasará en términos generales de ser 45 días por año trabajado con un máximo de 42 mensualidades a 33 días por año trabajado con 24 mensualidades.

Para los contratos vigentes con anterioridad a la reforma se aplicará un doble cómputo de la indemnización: la parte trabajada antes del 12 de febrero se calculará con los 45 días y la posterior con 33 días. Si bien, estos contratos tendrán un tope indemnizatorio de 720 días. Si superan esta cuantía con los años trabajados antes de la reforma se les respetará este exceso hasta las 42 mensualidades pero ahí se parará el contador, sin aumentar la indemnización por la parte trabajada después de la reforma y hasta el momento del despido.

Despido por causas objetivas.

Este puede ser individual o colectivo (si afecta a diez trabajadores en empresas de menos de cien; al 10% en compañías que ocupen entre cien y trescientos trabajadores o a treinta trabajadores en empresas de más de 300).

El empresario recurre a esta modalidad cuando se produce una ineptitud sobrevenida del trabajador; éste no se adapta; se dan causas económicas, técnicas, organizativas o de producción; o se alcanzan unas cotas determinadas de absentismo.

La causa más comúnmente escogida por las empresas es la económica y su definición ha sufrido un importante cambio con la reforma. Ahora se entiende que concurre esta causa cuando "de los resultados de la empresa se desprenda una situación económica negativa, en casos tales como la existencia de pérdidas actuales o previstas o la disminución persistente de su nivel de ingresos o ventas. En todo caso, se entenderá que la disminución es persistente si se produce durante tres trimestres consecutivos.".

La diferencia con la anterior definición es que concreta lo que supone "disminución persistente del nivel de ingresos o ventas", algo que antes no hacía y quedaba a discrecionalidad del juez decidir si se producía o no. Además, con la norma anterior la empresa debía también justificar la "razonabilidad de la decisión extintiva para preservar o favorecer su posición competitiva en el mercado"; esto es argumentar que debe despedir y no tomar otra decisión de ahorro de costes para mantener su situación financiera. Ahora ya no.

En el caso de los despidos objetivos individuales, si el juez estima que son procedentes, les aplicará una indemnización de 20 días por año trabajado y un máximo de 12 mensualidades; como ocurría ya antes de la reforma. Pero si considera que las causas no concurren, lo declarará improcedente. En ese caso la indemnización será de 33 días por año trabajado y un máximo de 42 mensualidades. Pero para los trabajadores que tuvieran un contrato indefinido ordinario antes de la reforma, se aplicará el cálculo dual arriba explicado para los despidos disciplinarios improcedentes.

Si los despidos son colectivos, lo que cambia, en lugar de la indemnización legal, es el procedimiento. Antes se realizaban a través de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), que requería una autorización administrativa de la autoridad laboral (Ministerio de Empleo o conserjerías autonómicas de trabajo, dependiendo de la implantación de la empresa). Ahora se elimina dicha autorización administrativa, y aunque se respeta la exigencia de llevar a cabo un periodo de consultas con los trabajadores, si este no concluye con acuerdo el empresario acometerá igualmente por decisión unilateral el despido colectivo.

La indemnización correspondiente a estos despidos colectivos es de 20 días por año trabajado con un máximo de 12 mensualidades, igual que antes de la reforma. Si bien con la legislación anterior, lo que ocurría en la práctica es que la mayor garantía de conseguir la autorización administrativa era que hubiera un acuerdo entre la empresa y los trabajadores. Por ello en el proceso de consultas, los trabajadores solían conseguir de la empresa indemnizaciones mayores a los 20 días que ponía la ley, para que el ERE llegara pactado a la autoridad laboral y esta diera su visto bueno sin más.

Ahora, la empresa no necesitará elevar las indemnizaciones previstas en la ley para lograr la autorización y podrá despedir colectivamente pagando los 20 días por año. No obstante, los trabajadores podrán recurrir estos despidos a la jurisdicción de lo Social (antes debían ir a la contencioso-Administrativa, con un periodo de resolución de más de 18 meses, el triple que lo Social; y donde conseguir una sentencia a favor del trabajador y en contra de la Administración es mucho más difícil).

Así ahora, si los trabajadores recurren el despido colectivo y el juez lo estima procedente se abonará la indemnización de 20 días y si no, la de 33 días y respetando igualmente el cálculo dual de la indemnización para los trabajadores con un contrato fijo ordinario anterior a la reforma, como en los despidos objetivos individuales.

Todos los despidos anteriormente descritos pueden ser declarados nulos por el juez, si considera que la empresa vulnera derechos fundamentales del trabajador, si la persona es discriminada, por ejemplo, por razón de raza, sexo o religión. De producirse la nulidad, el trabajador deberá ser readmitido en la empresa.

Otras novedades

La nueva ley modifica los criterios para medir el absentismo como causa objetiva de despido. En concreto, se podrá despedir al trabajador -independientemente del nivel de absentismo de la plantilla- por faltas de asistencia al trabajo, aunque estén justificadas, si alcanzan el 20% de las jornadas hábiles en dos meses consecutivos, o el 25% en cuatro meses discontinuos dentro de un periodo de 12 meses.



Los ERE se dispararon el año pasado


La cifra de expedientes de extinción de empleo crecieron en enero de este año un 76,3% respecto al mismo mes del año pasado y los trabajadores afectados por ellos un 90,8%. En el caso de los expedientes de regulación, aumentaron un 33,1%.

En el primer mes de este año se presentaron 2.067 expedientes de regulación de empleo (ERE), el 33,1% más que un año antes, para 27.188 asalariados, lo que supone un 44,9% más de afectados según el Boletín de Estadísticas Laborales (BEL) del Ministerio de Empleo y Seguridad Social.

Del total de ERE, 418 fueron de extinción de empleo (el 76,3% más), 1.036 para suspender la actividad (el 29% más) y 613 para reducir la jornada (el 19,4% más), informa Efe.

Los 418 ERE de extinción se autorizaron para 5.469 trabajadores (el 90,8% más), los 1.036 de suspensión para 16.008 personas (el 56,6% más) y los 613 de reducción para 5.711 asalariados (el 0,6% más).

El Boletín de Estadísticas Laborales también califica los ERE por finalidad: de los 2.067 de enero, 106 fueron de "extinción actividad-rescisión contrato" (el 82,7% más que un año antes), 1.037 de suspensión de actividad (el 30,6% más), 316 de reducción de plantilla (el 66,3% más) y 608 de variación de jornada (el 18,9% más).

Según dicha finalidad, 1.538 trabajadores (el 94,9% más) se vieron afectados por un ERE de extinción de actividad-rescisión de contrato, 16.079 (el 56,7% más) por uno de suspensión de actividad, 3.724 (el 66,7 % más) por reducción de plantilla y 5.847 por variación de jornada (el 6,6% más).

Andalucía, Aragón y Asturias, las autonomías con más ERE

Por comunidades autónomas, en Andalucía se autorizaron 140 ERE; en Aragón, 94; en Asturias, 113; en Baleares, 19; en Canarias, 33; en Cantabria, 66; en Castilla-La Mancha, 80; en Castilla y León, 160; en Cataluña, 536; en la Comunidad Valenciana, 225; en Extremadura, 39; en Galicia, 85; en Madrid, 135; en Murcia, 59; en Navarra, 65; en País Vasco, 203; en La Rioja, 13, y en Ceuta y Melilla, 2.

Respecto a los trabajadores afectados, en Andalucía hubo 1.434; en Aragón, 815; en Asturias, 1.336; en Baleares, 127; en Canarias, 317; en Cantabria, 631; en Castilla-La Mancha, 584; en Castilla y León, 1.221; en Cataluña, 9.349; en Comunidad Valenciana, 1.981; en Extremadura, 290; en Galicia, 746; en Madrid, 2.833; en Murcia, 714; en Navarra, 1.341; en País Vasco, 3.332; en La Rioja, 123, y en Ceuta y Melilla, 14.



El Ibex cae un 1,62% por las dudas sobre el futuro de España


España vuelve a estar en el centro de la diana del mercado. La prima de riesgo supera en la jornada los 360 puntos con la rentabilidad del bono en máximo de tres meses. Santander y BBVA caen más de un 2%.

España está, otra vez, en primera línea de fuego. La deuda está siendo castigada con dureza. La prima de riesgo ha superado durante la jornada los 360 puntos básicos, mientras la de Italia se sitúa alrededor de los 320 puntos.  Durante todo el mes de marzo la deuda española está más cuestionada que la del país vecino, a raíz de la desviación de déficit para este año. Además, el economista jefe de Citi, Willem Buiter, ha levantado la liebre -y el miedo- tras indicar que el riesgo de quiebra de España es más elevado que nunca.

El repunte de la crisis de deuda soberana se está volviendo a cebar con el sector financiero. Las caídas en Bankinter se acercan al 4%, mientras el resto de valores ha estado por encima del 2%, menos en Bankia que cede unas décimas. El Ibex cae un 1,62% hasta los 8,353 puntos, otro vez liderando los descensos en Europa.

El retroceso complica el aspecto técnico del selectivo al quedar por debajo del soporte de los 8.450 puntos, según Josep Codina, analista de finanzas.com. hora seguimos estando en el lateral. “Al fallar la superación de la zona de resistencia a corto plazo mantenemos la mirada puesta sobre 8230-8130 puntos”.  

Telefónica se dejó un 0,97%, mientras que Iberdrola cedió un 1,06%. Con sólo cinco valores positivo, las pérdidas en el Ibex las lideraron Sacyr (-5,38%) y Arcelormittal (-4,30%). 

Las bolsas europeas comenzaron la sesión con recortes moderados que no iban más allá del 0,5%. El Ibex no corría tanta suerte y se dejaba alrededor del 1,7% en la media sesión, con los bancos entre los valores más tocados y la prima de riesgo volviendo a subir hasta los 353 puntos básicos. El dato negativo que ha tumbado el sentimiento de los inversores es una mala estimación del PMI de manufacturas chino.

El mercado vuelve a encogerse hoy como el papel de fumar con la vista puesta muy de cerca en China, donde todo parece indicar que a los gobernantes se les ha ido la mano intentando enfriar la economía. En concreto,  los inversores ponderan hoy negativamente una estimación del PMI chino de manufacturas elaborada por HSBC y Markit Economics, que en a esta variable bajando hasta los 48,2 puntos, frente a los 49,6 de febrero. El dato es preocupante porque ya indica contracción.

Los indicadores en PMI en Europa no han salido mucho mejores. En la mayoría de países registraron contracción y anticipando un mal dato de crecimiento para el primer trimestre que se puede convertir en una con firmación de la recesión. Las referencias de China y Europa se llevaron por delante a Wall Street. Aunque las peticiones semanales de desempleo y el indicador de actividad de la Fed salió mejor de lo previsto no pudieron contrarrestar el sentimiento bajista.

El euro ha perdido los 1,32 dólares y el petróleo Texas cae un 2% por debajo de los 105 dólares y el Brent por debajo de los 123 dólares.



Wall Street sella 3 días a la baja con China como nuevo foco de preocupación


Wall Street acumuló hoy tres jornadas consecutivas a la baja con China como el nuevo foco de sus preocupaciones después de que otro dato decepcionante sobre la actividad industrial del gigante asiático incrementase el miedo a un "aterrizaje brusco" de su economía.

Una vez superada la crisis griega, al menos por el momento, y con los datos macroeconómicos de Estados Unidos echando leña a las esperanzas de recuperación, los inversores neoyorquinos han centrado ahora sus inquietudes en la desaceleración que empieza a experimentar la segunda economía del mundo.

Así, el principal índice del parqué neoyorquino, el Dow Jones de Industriales, cerró este jueves con un descenso del 0,6 % ó 78,48 puntos para acabar en las 12.046,14 unidades, con lo que acumula tres días sin saber lo que son los números verdes y se encamina a firmar su peor semana de 2012.

Entretanto, el selectivo S&P 500 cedió el 0,72 % hasta situarse en los 1.392,78 puntos, con lo que perdió la simbólica barrera de las 1.400 unidades que había reconquistado hace exactamente una semana por primera vez desde junio de 2008, al tiempo que el índice compuesto del mercado Nasdaq bajó el 0,39 %.

Desde el primer minuto de las contrataciones Wall Street se vistió de rojo, un traje del que no se pudo deshacer en toda la jornada debido a que el indicador de la actividad industrial china cayó en marzo hasta los 48,1 puntos, comparado con los 49,6 de febrero, lo que supone su quinto retroceso consecutivo.

La cifra despertó de nuevo los miedos a un "aterrizaje brusco" de la economía del gigante asiático, que a principios de este mes ya empezó a preocupar a los inversores neoyorquinos tras rebajar sus pronósticos de crecimiento para este año en medio punto, hasta el 7,5 %.

Además, esta misma jornada se conoció que la actividad industrial de la zona euro ha vuelto a la recesión técnica al registrar dos trimestres consecutivos de caída, lo que ocasionó que las bolsas europeas cerrasen con fuertes descensos: Milán perdió el 1,7 %, Madrid el 1,62 %, París el 1,56 % y Londres el 0,79 %, entre otras.

A todo ello se unió la fría recepción que tuvieron en Wall Street los resultados de la empresa de mensajería FedEx, que cayó el 3,46 % a pesar de que en los primeros nueve meses de su ejercicio fiscal ganó 1.482 millones de dólares, el 66 % más interanual, ya que algunos de sus segmentos crecieron menos de lo previsto.

Casi inadvertido pasó el buen dato conocido sobre el mercado laboral estadounidense, que cada día da nuevas señales de revitalización, como fue que las solicitudes de subsidio por desempleo descendieran la semana pasada en 5.000 hasta situarse en su nivel más bajo desde febrero de 2008.

Así, los inversores volvieron a aprovechar el día para recoger parte de los beneficios acumulados por el rally del parqué neoyorquino desde comienzos de año, que todavía deja ganancias del 6,78 % en el Dow Jones desde enero.

El principal afectado del ánimo vendedor de esta jornada fue el sector energético de Wall Street, que retrocedió el 1,91 % en su conjunto, así como el de las materias primas (-1,77 %) y el de los transportes (-1,64 %).

El miedo a la ralentización de la economía china también tuvo su impacto sobre los mercados de materias primas, en concreto el del petróleo, de forma que el crudo de Texas bajó el 1,79 % y cerró en 105,35 dólares por barril.

Las acciones de Chevron (-2,37 %) se enfrentaron además a otro golpe, la demanda interpuesta por Brasil contra esa petrolera, su contratista Transocean (-2,61 %) y 17 directivos de ambas firmas por su responsabilidad en un vertido de 2.400 barriles de petróleo ocurrido en noviembre pasado frente al litoral brasileño.

Por otro lado, la cadena de comida rápida McDonald's se dejó el 0,95 % un día después de anunciar que su consejero delegado, Jim Skinner, se retirará a finales de junio después de 41 años en la compañía y será reemplazado por Don Thompson, actual director de operaciones de la firma.



El Nikkei retrocede por los malos datos de Europa y el encarecimiento del yen


La Bolsa de Tokio retrocedió hoy debido a la publicación de datos negativos sobre la actividad económica en Europa, al tiempo que el frenazo en el abaratamiento del yen también afectó el ánimo de los inversores.

El índice Nikkei bajó 115,61 puntos, el 1,14 por ciento, y quedó en 10.011,47 unidades, mientras que el Topix, que agrupa a todos los valores de la primera sección, perdió 9,54 puntos, un 1,11 por ciento, hasta 852,53 enteros.

El sector de las casas de valores lideró las pérdidas, seguido por el de equipos de transporte y el inmobiliario, mientras que el de almacenes y el de electricidad y gas fueron los únicos que avanzaron.

Los inversores se deshicieron de los títulos de muchos valores tras la publicación, ayer, de unos malos indicadores de actividad económica en Europa, que se suma a los datos que apuntan a una ralentización de China, segunda economía del mundo y primera de Asia.

"Aunque se sabe que la zona euro no se recuperará rápidamente, fue una sorpresa para el parqué que los datos procedentes de Francia y Alemania, que lideran la economía de la región, resultaran tan débiles", dijo Takafumi Horiuchi, analista de Mizuho Securities, a la agencia Kyodo.

El fortalecimiento del yen, tras varios días de tendencia a la baja, también se dejó sentir sobre la plaza de Tokio e hizo temer por los ingresos de las empresas exportadoras niponas.
Al cierre de la negociación, el dólar, que ayer se movió en torno a la banda baja de los 83 yenes, se intercambiaba en la franja alta de los 82 yenes.

Por su parte, el euro se situaba en la banda baja de los 109 yenes, mientras que ayer lo hizo por encima de los 110.

Los exportadores sufrieron el encarecimiento de la divisa nipona, con lo que Sharp se dejó un 3,3 por ciento y Sony perdió un 3,1 por ciento.

Entre los fabricantes de vehículos, Nissan Motor se depreció un 2,6 por ciento y Honda Motor cedió un 2,9 por ciento.

La incertidumbre sobre el clima global de la economía también pasó factura a las financieras, por lo que Daiwa Securities Group bajó un 1,7 por ciento y Mitsubishi UFJ Financial Group un 2,1 por ciento.

En la primera sección, 1.097 valores retrocedieron, 438 avanzaron y 140 se mantuvieron sin cambios.

El volumen de negociación fue de 1.759,62 millones de acciones, por debajo de los 1.984,91 millones de la víspera. 

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