Sociólogos y
economistas proponen la jubilación progresiva
El presente y el futuro de la
jubilación es un debate de realidades e intereses dispares. La crisis, la
situación del mercado laboral, los puntos de vista en muchas ocasiones
contrapuestos entre el Estado y los empresarios llevan a análisis excesivamente
apegados al presente. Se arrincona el planteamiento a futuro y el impacto de
una sociedad que envejece. Y también se orilla el lado psicológico, sociológico
y la repercusión de la pérdida de capital intelectual que supone el abandono
del trabajo por parte de los mayores.
Hay coincidencia entre los
sociólogos a la hora de considerar absurda la obligatoriedad de la jubilación
(las edades varían en función de cada país de la UE). Pau Miret, sociólogo e
investigador del Centre d'Estudis Demogràfics (UAB), señala que se tendría que
eliminar la edad máxima para que fuese el trabajador el que eligiese cuándo
abandona el mercado laboral. La jubilación supone una pérdida de capacidad
adquisitiva y un cambio importante en la trayectoria vital, que convendría
pilotar -en un escenario de normalidad ahora inexistente- personalmente.
Pero no sólo desde la sociología
se defienden estas tesis. En una Unión Europea caracterizada por una mayor y
mejor esperanza de vida, la edad media real de jubilación es de 61 años. Es una
foto con algo de movimiento, ya que la crisis económica está llevando a los
gobiernos a modificar esta realidad, pero un movimiento insuficiente según los
analistas económicos. En un nuevo y prolijo estudio realizado desde el Iese por
el profesor Antonio Dávila para la Comisión Europea se señala que los trabajadores
mayores que elijan mantenerse en activos laboralmente van a ser vitales para la economía. Bajo el
título Golden workers (trabajadores dorados, o de oro), el informe advierte de
la necesidad de mejorar los entornos -en todos los niveles- laborales para
retener a esta población mayor, que ahora las empresas quieren quitarse de
encima por su mayor coste.
No se trata de hacer una apología
del trabajo, ya que lo que muchos desean (en el caso de que conserven su
empleo) es jubilarse y cobrar una pensión, sino de mirar hacia un futuro
próximo: la economía y la sociedad han cambiado y se necesitan fórmulas
flexibles. El descenso de la natalidad, el aumento de la esperanza de vida y el
incremento de su calidad dejan obsoleta la relación trabajo-cronología. Desde
que se creó la
Seguridad Social (1967) esta esperanza ha aumentado más de un
lustro -hoy los 70 años se corresponden a los 65 de no hace tanto-. Entendida
la jubilación como un derecho, y no una obligación, lo ideal, señala Pau Miret,
es que se camine hacia una jubilación flexible; es decir, que el profesional
siga aportando conocimiento aunque sea a tiempo parcial. Legalmente, la
posibilidad existe -en España se puede trabajar hasta los 70 años y aplicar una
reducción de jornada-, el problema es que casi no se practica -salvo los
autónomos-.
El estudio del Iese parte de la
constatación de que en el 2050 un tercio de la población europea tendrá 60 años
o más, lo que puede impactar profundamente en la sostenibilidad del sistema de
pensiones. Ante esta proyección, se intentan aportar ideas para desarrollar y
se desmontan los "mitos discriminatorios" que vinculan a los mayores
con falta de eficacia y productividad. Además de defender el aumento la edad de
la jubilación, se apuesta por introducir de facto el retiro por fases o
parcial, así como reducir el coste de la seguridad social de los más mayores
para las empresas. Esto choca con el menú de los últimos años, que ha sido el de
las prejubilaciones masivas -actualmente los gobiernos han puesto coto-, el
interés de las empresas por quitarse de encima a los trabajadores más caros,
que son normalmente los veteranos.
El estudio del profesor Dávila
indica que la discriminación por edad es una de las mayores barreras para la
empleabilidad de los mayores, cuando en realidad las investigaciones no han
encontrado diferencias relevantes con respecto a lo que aportan los
trabajadores jóvenes. Si bien la capacidad de realizar algunas labores físicas
y algunas funciones mentales pueden menguar, señala el informe, las personas
mayores son mejores en el uso del lenguaje, a la hora de procesar problemas
complejos en situaciones extremas y en el control de las emociones. También se
subraya que el absentismo no aumenta con la edad. Se reclama así un entorno físico adecuado
en el trabajo y que se ofrezca formación en lo que se refiere a las nuevas
tecnologías para evitar unas de las principales causas de retiro: la
desmotivación al verse relegado.
Puede parecer que el informe del
Iese es excesivamente economicista, pero, sea casual o no, muchos
planteamientos coinciden con aquellos en los que el individuo es el centro del
análisis. El grupo de investigación de Sociología del Envejecimiento de la Universitat Jaume I
ha elaborado un estudio en el que defiende la opción de retirarse temporalmente
de la vida laboral en el momento que cada persona considere más oportuno
(estudios, paternidad, viajes...) y no obligatoriamente al final del ciclo. O
sea, propone combinar el trabajo con ciclos de descanso en el que se
"consuma" parte de la pensión.
La flexibilidad es clave para
afrontar el futuro, pero las teorías chocan con los rígidos usos y costumbres.
Las estructuras vitales están cambiando o, por lo menos, el anhelo de tener una
vida en la que se equilibre simultáneamente el trabajo, la familia, la
educación y el ocio y que estos no sean tramos secuenciales. Aquí está la
propuesta de los Golden workers.
El paro en
la OCDE creció en 13 millones entre 2008 y 2011
El número de desempleados en los
34 países de la OCDE aumentó en 13 millones entre el cuarto trimestre de 2011 y
el segundo trimestre de 2008, momento que precedió el inicio de la crisis
financiera, según informó hoy la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico.
En total, 528 millones de
personas tenían un empleo en la
zona OCDE en el cuarto trimestre de 2011, dos millones menos
que en el segundo semestre de 2008, precisó en un comunicado.
Grecia, Irlanda y España fueron
los países en los que el índice de desempleo creció más notoriamente y perdió
ocho puntos o más de porcentaje, mientras que Estados Unidos cayó más de cuatro
puntos, Canadá y la zona
Euro algo menos de dos, y Japón medio punto.
Los únicos países que mostraron
un índice de empleo sensiblemente superior a finales de 2011 respecto al inicio
de la crisis fueron Chile (4,2 puntos), Alemania (3,4) y Turquía (3,8), resaltó
la OCDE.
Subrayó, igualmente, que en ese
mismo período, la población en edad activa -de 15 a 64 años- aumentó en 17
millones y el número de personas sin empleo que no buscaba empleo, la
"población inactiva", aumentó en seis millones.
Lo que se tradujo en una baja de
1,6 puntos del porcentaje de empleo en el cuarto trimestre del año, con un 64,9
por ciento de la población activa de la OCDE empleada, respecto al segundo
trimestre de 2008, cuando trabajaba un 66,5 por ciento.
En la zona euro esta tasa era a
finales de 2011 de 64,1 %, en contraste con España (56,8 %) y Francia (73,2 %),
mientras que en México era de 60,9 %, en Canadá de 71,8 %, en Japón de 70,4 % y
en Estados Unidos alcanzaba el 66,8 %.
De otro lado, el índice de
desempleo juvenil bajo más de 15 puntos de porcentaje en Irlanda y España y un
10 por ciento o más en Dinamarca, Grecia, Islandia y Portugal, precisó la OCDE.
Agregó que en casi todos los
países de la zona, la crisis del empleo afectó más severamente a los hombres,
al bajar desde su inició en 2008 2,6 puntos de porcentaje, frente al 0,7 de las
mujeres.
Tuvo igualmente más repercusiones
en los jóvenes, entre quienes el empleo retrocedió 3,3 puntos de porcentaje,
que en las personas en edad "muy activa", de entre 25 y 54 años, para
las que el retroceso fue de 1,7 de puntos de porcentaje.
Un mundo con
trabajo
Aquí hay trabajo de sobra.
¡Varios de mis amigos han venido y a los dos días lo han encontrado!".
Carlos M. tiene 26 años y un empleo que le encanta en una tienda londinense.
Cansado del paro y de un país que no deja de destruir puestos de trabajo, este
mallorquín aficionado al fútbol se despidió de España en 2011. Todavía no ha
vuelto. "Me animó a venir un amigo", recuerda desde Inglaterra. Llegó
y empezó el reparto de currículos. Sin apenas inglés y sin un título
universitario. Con ganas, muchas ganas. Y a la tercera entrevista, llegó la
vencida: "Entré en la plantilla de Hamleys, una juguetería muy
famosa".
Carlos es un número más en una
estadística que no deja de crecer. Con una tasa de paro del 24,44%, la mayor de
Europa, y un máximo histórico de 5.639.500 desempleados en la última Encuesta de
Población Activa, la opción de emigrar gana enteros: ya viven en el extranjero
1,8 millones de españoles, cuando en 2009 había 1,4 millones, según los últimos
datos disponibles en el Instituto Nacional de Estadística (INE), que elabora
este censo desde hace cuatro años. Otras dos estadísticas confirman la
tendencia de España, que de país inmigrante pasa a ser un país de emigrantes:
la de población, cada vez más estancada, y la de remesas recibidas desde el exterior.
Tras un crecimiento fortísimo en
los últimos años de la década de los noventa, España solo ganó en 2011 22.497
residentes, hasta situarse en 47.212.990 personas, con una caída del número de
extranjeros del 0,7%. Y el dinero que los trabajadores que residen en otros
países envían hacia España batió su máximo en 2011, al alcanzar 5.702 millones
de euros, casi un 6% más, según el Banco de España.
"El mundo demanda
españoles", asegura María José Martín, directora de atracción y gestión de
talento de Manpower, empresa de trabajo temporal de Estados Unidos con 130
oficinas en España. Pese a que se han perdido alrededor de 50 millones de
empleos desde el inicio de la crisis, según un informe de la Organización Mundial
del Trabajo, al igual que el resto de expertos consultados para este reportaje,
Martín observa oportunidades en un mercado laboral cada vez más globalizado.
"La economía no deja de moverse", explica en una conversación
telefónica. "Las empresas se extienden y, por eso, necesitan talento. Lo
buscan allí donde lo haya y saben que España, con más de cinco millones de
parados, tiene una gran cartera de profesionales disponibles".
¿Y dónde hay trabajo?, le
preguntamos. "Tanto en empresas internacionales como en multinacionales
españolas", asegura la ejecutiva de Manpower. "Los candidatos deben
saber idiomas".
Martín explica que el mundo
demanda, sobre todo, licenciados y técnicos -el 80% de los parados españoles
carece de título universitario-. "Ingenieros, informáticos, enfermeros,
profesionales del sector aeronáutico y electromecánico, expertos en tecnologías
de la información…", enumera. Más difícil lo tienen los trabajadores sin
formación. "El 80% de los que se van fuera tienen titulación
universitaria. Al resto le diría que lo tiene muy mal si quiere marcharse y que
nunca es tarde para formarse. Les recomendaría que no miren solo páginas de
ofertas de España, sino de otros países, sobre todo de la Unión Europea ".
"Hay reclutamientos masivos
en países europeos para empleos temporales", confirma Pepa Moleón, jefa
del servicio de orientación profesional Eures, la red de movilidad profesional
de la Unión Europea.
"Se piden agricultores para la vendimia francesa, por ejemplo, y desde
Alemania se solicitan empaquetadores de octubre a diciembre", informa.
Otras migraciones
Tras empujar durante años de la
economía, la construcción ha perdido alrededor de 1,5 millones de empleos en
España, según datos oficiales. El país que llegó a iniciar 900.000 viviendas en
2006 acumula ahora 800.000 inmuebles sin vender. César Castel, director de
operaciones de Adecco Profesional, admite que los albañiles sin títulos que
justifiquen su formación también tienen "muy complicado" encontrar un
trabajo más allá de la
frontera. Los países con grandes construcciones demandan
arquitectos e ingenieros, no obreros. "Esa es la gran diferencia con
migraciones anteriores (en referencia a las que se produjeron durante todo el
siglo XX, hasta finales de los ochenta)", explica el alto cargo de la
empresa de trabajo temporal, con oficinas en 60 países. "En situaciones
desesperadas, uno puede plantearse pillar la mochila y marcharse, aunque es
casi inútil sin formación".
Castel señala que países europeos
como República Checa y Polonia y africanos como Senegal y Argelia viven
"unos años de gran desarrollo de sus infraestructuras públicas".
Carreteras, aeropuertos, edificios... "Eso da oportunidades profesionales
a los parados de la construcción: al ingeniero, al arquitecto, al oficial, al
encofrador...". ¿Por qué no al albañil? La respuesta es sencilla: "Ya
los tienen en casa".
Como el resto de los expertos
consultados, Castel defiende que emigrar no es la respuesta a todos los
problemas pese a que la televisión se empeñe en lo contrario. "Desde
Adecco no recomendamos a todo el mundo que se marche. Eso de llegar y triunfar
no es habitual", explica. Primero hay que superar las fronteras, los
visados, los permisos de trabajo. Luego, conseguir un empleo en tiempos de
crisis. "En todos los países abunda la destrucción de puestos de trabajo.
El que se va tiene que competir con el local en formación o experiencia. No es
nada fácil".
Universitarios
Marie Anne Reynell, coordinadora
del área internacional de la Fundación Empresa de la Universidad de Navarra,
recibe "todos los días" en su despacho a estudiantes que quieren
dejar España, algo que antes era solo para "aventureros", recuerda.
Reynell les asesora, les explica las ofertas disponibles y les recomienda los
mejores destinos. "Y les digo: 'Muy bien, es buena idea eso de marcharse,
pero que sepas que es muy duro. Los primeros días lo pasarás mal. Tendrás que
buscar otro empleo para las noches porque es carísimo vivir en Londres o en
París. Y no sabes cómo de intenso es el ritmo de trabajo en Nueva York".
El número de solicitudes de becas
que llegan a su departamento para emplearse en el extranjero se ha triplicado.
Reynell recibe ofertas de trabajo para becarios de empresas de Chile, Perú,
Malasia, Indonesia, Catar, Sudán, Uganda, Polonia, Rumanía... Alrededor de
500.000 jóvenes han salido de España en los últimos años, según datos de
Adecco. "Es duro, sí", concluye la coordinadora de la Fundación Empresa
de la Universidad de Navarra; "pero si se van, volverán con más
habilidades, aprenderán a trabajar, a ser flexibles, a ser tolerantes... Y no
solo porque habrán mejorado su inglés".
No tan idílico como en la televisión
Los programas de televisión que
muestran la vida de españoles en el extranjero dan una imagen deformada de la realidad. Así lo
señalan desde las empresas de trabajo temporal Adecco y Manpower. "Nadie
debe pensar que por el mero hecho de ser español será apreciado y recibirá
ofertas de trabajo", dice César Castel, director de operaciones de Adecco
Profesional.
María José Martín, directora de
atracción y gestión de talento de Manpower, observa que estos programas
"venden" solo la "imagen del que tiene éxito". "No
todo el mundo se adapta. Algunos piden regresar. Por eso les recomendamos
mesura ante una oferta del extranjero. Hay que leer las condiciones, ver la
remuneración, tener en cuenta el nivel de vida del país...", explica.
Marie Anne Reynell, coordinadora
del área internacional de la Fundación Empresa de la Universidad de Navarra,
pide a los que quieran emigrar que tengan en cuenta que "por el gran éxodo
de españoles" países como Brasil han endurecido los requisitos de entrada.
"La crisis mundial es un gran enemigo de la emigración", señala esta
experta. De ahí que recomiende que los que se marchan planifiquen su salida, se
informen de los tipos de visados que necesitarán y completen los trámites
burocráticos antes de salir.
"Para
trabajar no hacen falta grandes lujos"
El consejero delegado del grupo
financiero independiente Atlas Capital asegura que en época de austeridad no
son necesarios objetos suntuosos en los despachos.
No es nada habitual abrir la
puerta del despacho de un directivo y encontrarle cuidando de su pequeño
huerto. Pues así, metido en faena, nos recibe Jorge Sanz, consejero delegado
del grupo financiero Atlas Capital. En un pequeño balcón de la calle Montalbán de
Madrid crecen las hojas de menta que le echa a su té de media tarde y los
tomates que él mismo siembra y cuida. "Es como en la empresa, las ves
crecer y luego dan su fruto". En ese espacio con vistas al Retiro es donde
consigue la paz y la concentración.
Y al otro lado queda su despacho:
sobrio y dominado por una mesa cuadrada, "de trabajo, no de
despacho". Sanz dice que siempre tiene las puertas abiertas a su equipo, y
no va desencaminado cuando habla en plural, porque su despacho, además del
acceso de entrada, está separado del área comercial por una puerta corredera.
"Pedí que me la pusieran para estar en contacto con ellos. Y si pudiera,
pondría las paredes de cristal". La falta de privacidad no le supone un
problema al directivo: "Todos venimos a lo mismo, a trabajar, y todos
entendemos que hay momentos en los que miras el Marca o te relajas, ni es malo
ni hay nada que ocultar".
En las estanterías guarda libros
profesionales y dos detalles personales: la foto en la que sale practicando una
de sus pasiones, el golf (junto al ciclismo) y una caja de puros. "A la
hora de la comida voy al Retiro y aprovecho para fumarme alguno". También
hay espacio para demostrar sus colores con una pequeña bandera del Real Madrid
y objetos para darle un toque simpático. "En Austria, el cerdo es el
símbolo de la buena suerte, por eso lo compré y me ha acompañado en toda mi
trayectoria profesional". De Morgan Stanley, donde fue consejero delegado,
guarda una fotografía firmada que le regalaron los empleados cuando le
nombraron director general.
Su despacho actual no tiene nada
que ver con el que ocupaba en la entidad financiera. "Era cuatro veces más
grande que éste, con unos muebles de diseño italiano fantásticos y una terraza
espectacular. Sin embargo, a mí no me costó ningún esfuerzo pasar a algo más
sencillo porque las ventajas de trabajar en Atlas Capital superan a los
inconvenientes. Además, no puedes pedir a tus empleados que recorten gastos y
luego comprarte un jarrón chino carísimo para tu despacho. Para trabajar, no hacen
falta grandes lujos".
Hecho a la medida
Mi rincón favorito: El balcón
donde me asomo a contemplar a la gente para relajarme.
Un objeto familiar: Mis puros,
hacen que me sienta como en casa.
Quitaría... El tabique para
convertirlo en una pared de cristal.
Echo de menos...Más medios
tecnológicos en el despacho.
Mi toque personal: Una mesa
cuadrada, apta para trabajar en equipo.
El Ibex
pierde un 0,71 % tras el anuncio de la nueva reforma financiera
El principal indicador de la
bolsa española, el IBEX 35,
ha cedido hoy un 0,71 %, lastrado por las pérdidas de
los bancos tras el anuncio de la nueva reforma financiera, aunque ha repuntado
un 1,74 % en la semana. El
principal indicador español no ha conseguido recuperar los 7.000 puntos, al
quedarse en 6.996 y, a pesar del avance de la semana, acumula unas pérdidas del
18,34 % desde principios de año.
La prima de riesgo española
repuntaba poco antes del cierre hasta los 451 puntos básicos, afectada por la
previsión de la
Comisión Europea de que España incumplirá su objetivo de
déficit este año y el próximo. El optimismo que han despertado los avances en
las negociaciones para la formación de un nuevo Gobierno en Grecia animaban a
las grandes plazas europeas, pese a la apertura en negativo de Wall Street y a
la cotización a la baja del euro. La bolsa de Fráncfort ha subido un 0,95 %;
Londres, un 0,57 %, y Milán, un 0,29 %, mientras que París ha caído un 0,01 %.
Bajo la sombra de la incertidumbre
El Índice General de la bolsa de
Madrid perdía hoy 5 puntos, un 0,72 %, aunque avanzaba un 1,85 % en la semana. La bolsa
española amanecía este viernes bajo la sombra de la incertidumbre por el
contenido de la nueva reforma financiera y los malos resultados trimestrales de
Telefónica, el mayor valor del IBEX, que ha caído un 1,33 % en la sesión de
hoy.
La banca ha profundizado en sus
pérdidas a medida que avanzaba la sesión, en especial tras conocer que tienen
que aumentar las provisiones para los activos inmobiliarios "sanos"
hasta el 45 %, lo que supondrá un total de 30.000 millones de euros
adicionales.
Al cierre de la sesión, Bankia ha
caído un 1,62 %; Banco Popular, un 1,48 %; BBVA, un 1,26 %; Caixabank, un 1,05
%; Banco Santander, un 1 %; Banco Sabadell, un 0,92 %, y Bankinter, un 0,03 %.
Cotización bajista del euro
Sobre la bolsa también pesaba hoy
la cotización bajista del euro, que se situaba en torno a los 1,294 dólares
poco antes del cierre, y la apertura en negativo de Wall Street después de que
unos errores "mayúsculos" hicieran perder a JPMorgan 2.000 millones
de dólares (1.545 millones de euros) en el primer trimestre del año.
Con el bono alemán en mínimos,
los mercados de deuda ignoraban los avances en las negociaciones políticas en
Grecia y la prima de riesgo española repuntaba hasta los 451 puntos básicos
poco antes del cierre. En el IBEX, Sacyr Vallehermoso e Indra se desplomaban un
7,3% y un 6,12%, respectivamente, tras presentar sus resultados trimestrales,
lo que suponían las mayores caídas del selectivo.
Por el contrario, los avances más
destacados eran para DIA, un 4,91 %, seguido de Mediaset (1,89 %) y Técnicas
Reunidas (1,51 %). Por lo que respecta al resto de grandes valores, Inditex
repuntaba un 1,39 %, mientras que Repsol YPF perdía un 1,2 % e Iberdrola, un
0,62 %. En el mercado continuo, destacaba el retroceso de La Seda de Barcelona
(-12,5 %), así como los avances de Montebalito (10 %) y Sotogrande (7,37 %).
Bankia cayó un 15,6% esta semana
En la semana, la mayor caída ha
sido la de Bankia
(-15,64 %) tras la entrada del Estado en su capital, seguida de Gamesa (-8,55
%) e IAG (-5,83 %), mientras que las subidas más destacadas han correspondido a
DIA (6,99 %), Técnicas Reunidas (6,01 %) y Acerinox (5,76 %). En la sesión de
hoy se han negociado títulos por valor de 7.591 millones de euros, de los que
486 correspondían a Telefónica y 413
a Banco Santander.
Wall Street
cierra con un descenso del 0,27 % presionado por JPMorgan Chase
Wall Street cerró hoy sin un
rumbo claro y el Dow Jones de Industriales, su principal indicador, descendió
el 0,27 % presionado por la caída de JPMorgan Chase, que reveló que perderá al
menos 2.000 millones de dólares por unos errores "mayúsculos" en sus
operaciones de derivados.
Según datos provisionales al
cierre de la sesión, ese índice, que agrupa a treinta de las mayores empresas
cotizadas de EEUU, restó 34,44 puntos hasta situarse en 12.820,6 unidades, al
tiempo que el selectivo S&P 500 cedió el 0,34 %. Por lo contrario, el
índice compuesto del mercado Nasdaq subió un marginal 0,01 %.
El Nikkei
sube 20,53 puntos, un 0,23 por ciento, hasta 8.973,84 puntos
El índice Nikkei de la Bolsa de
Tokio cerró hoy con una subida de 20,53 puntos, el 0,23 por ciento, y quedó en
8.973,84 unidades.
El índice Topix, que agrupa a
todos los valores de la primera sección, perdió 1,70 puntos, un 0,22 por ciento,
hasta 756,68 enteros.
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